Psoriasis: qué hacer para que no aparezca y qué debes evitar en tu día a día
Los hábitos de vida, pero también la alimentación, la predisposición genética e incluso el clima afectan a la aparición de esta enfermedad de la piel
Frecuente en jóvenes y también en personas maduras, la psoriasis es una de enfermedades más habituales en las consultas de dermatología y, a pesar de ser una enfermedad común, poco se sabe realmente de por qué aparece o cuáles son sus causas. De hecho, siempre se apuntan a ciertas causas genéticas, pero la realidad es que se trata de una patología multifactorial donde infecciones, traumatismos o incluso fármacos pueden hacer que aparezcan.
No es incapacitante, pero sí molesta, sobre todo cuando aparece el clásico escozor al que se asocia y que puede tener más o menos intensidad. Además, es particularmente molesta a nivel cosmético, pues empiezan a reproducirse esas escaras blanquecinas y plateadas brillantes, que es lo más habitual con la aparición de la psoriasis en placas, presentando lesiones aisladas. De hecho, parte de su problemática está en ese carácter gradual, donde aparecen y desaparecen a veces sin justificación. Sin embargo, hay casos más severos donde aparece la artritis psoriásica, que incluso puede suponer destrucción articular.
En cualquier caso, a pesar de que es una enfermedad que no reviste gravedad, es más compleja de llevar a nivel estético y al nivel de condicionamiento del día a día. Esto se debe principalmente a la complejidad de tratar lesiones cutáneas muy extensas e incluso en la forma de conservar la ropa. Muy frecuente en el cuero cabelludo y en codos y rodillas, la psoriasis también aparece con frecuencia en la zona del hueso sacro, así como en genitales y glúteos, razones que la hacen aún más incómoda.
Siempre cabe destacar que no es una enfermedad contagiosa, sino que es simplemente una reacción del sistema inmune a modo de enfermedad inflamatoria que se manifiesta con esas placas tan fácilmente reconocibles. Además, conviene puntualizar que las personas de piel clara tienen un riesgo mayor de sufrirla y que esta patología afecta a prácticamente el 5% de la población mundial, siendo más común en adolescentes y jóvenes alrededor de la veintena y en personas adultas en torno a la sesentena.
Cómo evitar que aparezca la psoriasis
Antes de nada, hay que recordar que esta enfermedad no atiende a criterios de transmisión ni incluso a elementos genéticos, aunque haya una predisposición. Por este motivo, es especialmente frustrante enfrentarse a la psoriasis y a ese efecto de aparición y desaparición que la caracteriza. Además, frecuente es que el hecho de preocuparse por ella la haga cada vez más persistente y abundante.
De hecho, el estrés es una de las causas más habituales de su aparición y es lo que convierte en bucle esta enfermedad, como indican desde la Psoriasis National Foundation estadounidense. Además, las pieles sensibles y las pieles atópicas que se dañan con facilidad también suelen ser especialmente vulnerables ante esta enfermedad, por lo que es más difícil controlar en estos casos. Algo que también explican desde MSD Manuals donde avalan que las heridas, las quemaduras solares y ciertas infecciones como la del VIH o el estreptococo también son desencadenantes habituales de la patología.
Sin embargo, también ciertos comportamientos y hábitos cotidianos que incluso tienen que ver con la alimentación también hacen que aparezca. Especialmente con ciertos alimentos que tradicionalmente van asociados a procesos inflamatorios, aunque no existen pruebas fehacientes más allá de ciertas encuestas que avalen su vínculo. Aun así, las carnes rojas, los lácteos, los productos elaborados con harinas refinadas, el gluten o los alimentos azucarados, además de ciertas solanáceas como la patata o el tomate y el marisco podrían estar detrás de la psoriasis.
En un sentido parecido, conviene prestar atención a las circunstancias atmosféricas, pues también pueden agravar la psoriasis y, en ciertos casos, paliar parte de sus síntomas. Pasa a menudo que el verano y una exposición moderada al sol reduce la virulencia del prurito de la psoriasis, igual que el contacto con agua salada, pero no en exceso. En cambio, el invierno y el tiempo seco y frío, generalmente asociado a descamaciones y sequedad dérmica, es otro detonante.
Como puede resultar también evidente, la psoriasis también brota con más virulencia en personas que tienen ciertos hábitos como son el tabaco y el alcohol. De hecho, hay estudios que avalan que la nicotina incluso interactúa con la medicación y, en casos más graves, contribuir a desarrollar una psoriasis palmoplantar que afecta a manos y pies y que es particularmente rara.
Entre esas evidencias, unos hábitos de vida sedentarios y el desarrollo de patologías como la obesidad, que también se vinculan al tabaquismo y al alcoholismo, corren de la misma cuenta de agravar la psoriasis. Algo que también sucede si tenemos la piel especialmente seca, razón por la que se recomienda mantener la piel lo más hidratada posible como hipotética defensa.