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Reflujo gastroesofágico: un peligro para la salud más grave que la simple acidez

La alimentación, ciertos hábitos o la forma de dormir pueden influir en el devenir de esta enfermedad y en sus complicaciones

Reflujo gastroesofágico: un peligro para la salud más grave que la simple acidez

Un paciente con dolor de tripa | ©Freepik.

Con una prevalencia del 3-4% de la población, el reflujo gastroesofágico es una patología que afecta a nuestro sistema digestivo, una realidad que además no entiende ni de edad ni de género, pero que viene ir aparejado a complicaciones. A veces desapercibidas, solemos pensar que es poco más que acidez o ardor estomacal, pero no es así.

En resumen, según explican desde Mayo Clinic, el reflujo aparece cuando el ácido estomacal fluye hacia el esófago. Este recorrido es lo que hace que se pueda irritar el revestimiento esofágico, que es lo que genera esos primeros síntomas de acidez. Normalmente controlados con la dieta —sobre todo si prescindimos del alcohol, el picante o el tabaco—, la realidad es que el reflujo tiene una sintomatología que se complica por la noche habitualmente.

Esto se produce sobre todo cuando este ardor en el pecho se manifiesta después de comer o cenar, momentos en los que podemos estar acostados. Al ofrecer una mayor horizontalidad, es más fácil que el ácido suba y baje por el tracto esofágico y se produzca ese ardor, aunque no es el único síntoma.

Tal y como aseveran también desde Mayo Clinic, el reflujo gastroesofágico puede devenir en otras sensaciones. Habitual es que se regurgite el ácido de alimentos o de líquidos agrios a la parte posterior de la garganta. Esta incomodidad a veces también se da al mismo tiempo que notamos dolor en el pecho o abdomen y, especialmente, cuando la disfagia aparece. Esta dificultad para tragar a menudo no se asocia en primera instancia con el reflujo, pero es una causa habitual, del mismo modo que la sensación de nudo en la garganta.

Cómo combatir el reflujo gastroesofágico

Un paciente con reflujo gastroesofágico se toca el abdomen
El reflujo gastroesofágico tiene complicaciones que deben conocerse para saber a qué atenernos. ©Freepik.

Además, es también recurrente que si los síntomas se producen de noche, haya complicaciones añadidas. Es el caso de episodios de tos continua y de algunos problemas que también sacuden a las cuerdas vocales o a la salud pulmonar. Asma o asma agravado, además de inflamación de las cuerdas vocales, conocida como laringitis, también pueden aparecer.

Aunque en general el reflujo gastroesofágico tiene un control relativamente sencillo con cambios en el estilo de vida y medicamentos, puede no ser suficiente. Por este motivo, a veces hace falta intervenir quirúrgicamente para corregirlo o prevenir que no se solape con otras patologías. Por eso también es común que se solape o sea concomitante con la hernia de hiato, que aumentará el malestar.

En esencia debemos saber que se trata de un mal cierre del esfínter esofágico inferior, que es el que se relaja cuando pasan los alimentos y bebidas de camino al estómago. Si este esfínter no cierra como debería, ese ácido regresa al esófago e irrita su revestimiento, lo que causa la inflamación.

El problema además se agrava por ciertas condiciones, como es el caso de la obesidad o de la citada hernia de hiato. No son los únicos, sino también la presencia del vaciamiento gástrico retardado y, como explicamos antes, la dieta. Comer demasiado, ciertos alimentos como fritos o grasas, estimulantes e irritantes como el café o el alcohol o el tabaco suponen aumentar el riesgo.

Las complicaciones del reflujo gastroesofágico

Un hombre con dolor abdominal
Este tipo de afecciones comienzan tratándose con protectores gástricos. ©Freepik.

Se suele tratar con buenos hábitos y con medicación a base de protectores gástricos de la familia de los omeprazoles, aunque ha de comprobarse a tiempo que esta acidez no es casual. Por eso, se ha de tener claro que hay complicaciones que, si no habituales, pueden surgir.

Es el caso de la esofagitis, complicación más habitual, que puede aumentar la inflamación e incluso generar episodios de sangrado. También pueden llegar a aparecer úlceras que, además del sangrado, aumentan el dolor y la dificultad para deglutir. Aunque estos no son los principales problemas del reflujo, pero sí los más comunes.

Lo que conviene a vigilar más de cerca es la hipotética aparición de cambios precancerosos en el esófago, que es lo que se conoce como esófago de Barrett. Cuando esto sucede, el daño del ácido puede causar cambios en ese revestimiento de la parte inferior del esófago. Con esa premisa, el riesgo de que aumente el cáncer de esófago se multiplica, según varios estudios.

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