Dolor de estómago y ejercicio físico: por qué te duele la tripa después de hacer deporte
Depende del tipo de actividad, determinadas molestias pueden aparecer
Es posible que más de una vez hayas sentido dolor de estómago después de hacer ejercicio físico. Si es tu caso, no te preocupes más de la cuenta porque no estás solo. De hecho, es algo relativamente habitual entre muy distintos tipos de deportistas, incluso los profesionales.
Sin embargo, eso no quita que la sensación de dolor de tripa o de ciertas patologías gastrointestinales, sean, especialmente molestas después de haber hecho deporte. Además, es bastante posible que esté inmerso en la cuesta de enero o en los buenos propósitos de Año Nuevo y notes. Cómo estás molestias pueden frenar tu progresión.
En cualquier caso, hay varias razones por las que el dolor de estómago puede estar vinculado el ejercicio físico o, mejor dicho, al momento posterior a haber realizado ejercicio. Hay algunas razones que obedecen a cuestiones puramente físicas, pero también hay otras que pueden haber sido empeoradas por patologías previas que nosotros tengamos.
De hecho, se pueden experimentar sensaciones muy molestas que acaben, provocando que dejemos de hacer deporte. Hay ciertos casos en los que determinados síntomas antro test hales son muy frecuentes entre los que se incluyen la acidez estomacal o ardor de estómago, las náuseas e incluso la diarrea. Lo malo, como apuntábamos al principio, es que alguno de estos síntomas incluso se puede producir, mientras estamos haciendo deporte, lo cual todavía los hacen más molestos. Incluso la postura que adoptemos podría empeorar otras patologías como el reflujo gastroesofágico.
Por qué aparece el dolor de estómago durante el ejercicio físico
hay razones muy dispares, por las que el dolor de estómago puede aparecer durante el ejercicio físico o después de este. Hay que recordar también que cuando hacemos deporte, ejercicio físico vamos a estar provocando algunos pequeños cambios en cómo nuestro cuerpo u organismo reacciona. Entre ellos, algo tan evidente como ciertos cambios en la frecuencia cardiaca, en la presión arterial o en cómo está funcionando nuestro corazón. De hecho, cuanto más intenso es un ejercicio, también estamos exigiendo al cuerpo una extra de bombeo de sangre (y de oxígeno) que se está centrando en determinadas partes del cuerpo.
Aunque no lo creas o hayas terminado de comer bastante tiempo antes, nuestro estómago, evidentemente, sigue necesitando un aporte sanguíneo para funcionar, pero como la sangre están nutriendo otros músculos u otras partes del cuerpo. Nuestro estómago siente que le falta ese sustento. Por eso sucede lo que se conoce como isquemia intestinal, que es lo que genera esa diarrea o ese dolor abdominal que muchas veces se puede sentir tras ejercicios físicos, particularmente potentes como una maratón o carreras de resistencia.
También sucede, especialmente cuando corremos o nos sometemos en esfuerzos muy altos, que estemos dando un poquito de caña extra a nuestro intestino. No dejemos de tener claro que, aunque nuestro estómago y nuestro cuerpo esté bastante bien articulados para sobrellevar este tipo de traqueteo, el hecho de movernos más de la cuenta también aumenta la motilidad intestinal. Por eso el dolor de estómago y el ejercicio físico pueden estar relacionados.
Cómo puede influir la dieta
Por último, y no menos evidente, también debemos tener clara claro que la nutrición juega un papel fundamental en cómo nos sentimos al hacer deporte y su relación con el dolor de estómago. Hay ciertos alimentos o macronutrientes que pueden provocar un malestar extra cuando hacemos deporte, si los hemos comido poco antes. Las grasas, por ejemplo, son difíciles de digerir y suelen estar asociadas a digestiones muy pesadas y molestas.
La fibra, por su parte, de la que te hemos hablado en otras ocasiones en THE OBJECTIVE, es fundamental. No obstante, también puede generar cierto malestar intestinal. Por eso, siempre que vayamos a hacer deporte, deberíamos tener más o menos claro que hay alimentos que nos pueden perjudicar en el momento de hacer ejercicio físico. Por otra parte, la deshidratación que se puede generar mientras realizamos deporte también jugaría en nuestra contra en este sentido.
Cómo evitar el dolor de estómago después de hacer ejercicio
Lo primero que debemos hacer es comprobar si hemos podido comer algo antes de hacer ejercicio que posteriormente podamos vincular al dolor de estómago. Si no es así, también deberíamos prestar atención a qué síntomas experimentamos después de hacer ejercicio. Si es diarrea, es muy posible que se deba a esa agitación del sistema digestivo.
Si sucede esto, lo más conveniente es consumir líquidos que nos permitan no caer en la deshidratación. Por eso, habría que recuperar con productos como agua, zumos o bebidas isotónicas bajas en azúcar. No obstante, si esta diarrea se produce de manera muy consecutiva en el tiempo, conviene acudir a un médico. Otra de las opciones es que, si no encontramos a qué achacar nutricionalmente este malestar, sea cuestión del tipo de ejercicio.
En este sentido, una vez que empecemos experimentar molestias, podemos intentar enfocarlas desde la reducción de la intensidad del ejercicio físico o cambiando de actividad. Es posible que determinadas prácticas como running o ejercicios de alto impacto nos supongan más malestar que ejercicios de más bajo impacto como la natación o el ciclismo.