Un hogar libre de tóxicos: 11 claves para reducir las sustancias nocivas que hay en tu casa
La experta Eva Liljeström ofrece las claves para que puedas reducir en la máxima medida posible los tóxicos de tu casa
Cómo eliminar los tóxicos del hogar. | Freepik
Cada vez somos más conscientes del peligro al que estamos expuestos por los tóxicos que nos rodean, tanto en la calle como —y es lo peor— en nuestra propia casa. Se trata de un tema complejo de importancia vital que conviene conocer a fondo para evitar, en la medida de lo posible, efectos adversos tanto para nosotros mismos como para nuestros seres queridos.
Para saber más acerca del tema, hoy en THE OBJECTIVE hemos echado mano al libro Un hogar (casi) libre de tóxicos: cómo reducir las sustancias nocivas que nos rodean, publicado este 21 de febrero por la editorial Alienta. La obra, escrita por una de las mayores expertas en este campo, Eva Liljeström, nos puede ayudar a reducir en la máxima medida posible los tóxicos que hay en nuestro hogar.
«Las recomendaciones que realizo están basadas en mi experiencia personal, la evidencia científica y los conocimientos que he ido adquiriendo en los últimos años», asegura, en su libro, Liljeström, que estudió Ciencias Ambientales en la Universidad de Granada y que en la actualidad dirige el proyecto Casa sin Tóxicos, desde el que orienta a miles de familias en sus cambios de hábitos para mejorar su salud y evitar, o reducir la exposición a sustancias peligrosas.
Los tóxicos que hay en nuestra casa: un peligro real del que hay que ser consciente
Cada día estamos expuestos a decenas de miles de sustancias químicas que entran en nuestro organismo sin que nos demos cuenta. Muchas de ellas son imprescindibles para la vida, pero otras nos la perjudican. Están en el aire, el agua, los alimentos que comemos, los productos que usamos…
Acostumbrados a querer un jabón que cada vez limpie más, una crema que huela mejor o una fruta que nunca se oxide, hemos abierto la puerta de nuestro hogar a miles de tóxicos que ponen en riesgo nuestro bienestar y el del medio ambiente.
Por ello, libros como Un hogar (casi) libre de tóxicos: cómo reducir las sustancias nocivas que nos rodean se tornan del todo imprescindibles. A continuación, te daremos las claves más importantes de la obra, de 313 páginas, en especial los trucos que hemos de aplicar para combatir los tóxicos del hogar.
Una amenaza real
«Gracias a la experiencia de las personas y la confirmación por parte de la ciencia, sabemos que muchas de las sustancias que usamos en nuestro día a día, aunque no tuvieran el propósito de envenenarnos o enfermarnos, lo están haciendo. O que sustancias naturalmente presentes en la naturaleza, que se han usado para fines como conducir el agua o dar color al maquillaje, han resultado ser la razón por la que la salud de millones de niños del mundo se ve comprometida por un elemento común, como en el caso del envenenamiento por plomo», asegura Liljeström en su libro.
La toxicidad es la capacidad de una sustancia para producir efectos perjudiciales e incluso letales en el organismo. Actualmente existe cierta incertidumbre con respecto a los efectos, ya que algo que puede ser inocuo para una persona puede ser letal para otra
«Es muy importante tener en cuenta que, si tenemos una lesión en la piel, como una herida o arañazo, va a ser supersencillo que el tóxico en cuestión se absorba por contacto. Pero ¿si no tengo lesiones en mi piel, me libro de absorber “cositas”? Pues siento decirte que no. Hay sustancias tóxicas que atraviesan lo que haga falta…».
«Aunque el sistema digestivo nos protege de las toxinas ingeridas, suele ser la vía más frecuente de intoxicaciones voluntarias, accidentales y criminales. También es la vía de entrada de los contaminantes ambientales que podemos ingerir a través del agua o los alimentos. Una respuesta rápida que tiene nuestro cuerpo ante esta exposición es la eliminación de estas sustancias a través del vómito o una excreción rápida, como sería el caso de una diarrea».
«Si buscamos información y empezamos a repasar la lista de sustancias a las que nos hemos expuesto en algún momento de nuestra vida, o si nuestro profesional de la salud, consciente de la problemática ambiental en la que nos encontramos, nos pide que lo hagamos para poder prescribirnos las pruebas pertinentes y realizar un diagnóstico, veremos que hay una larga lista de posibilidades. La triste noticia es que no todos lo hacen y por esa razón cada vez cobra más importancia que haya especialistas en medicina ambiental que trabajen con equipos multidisciplinares, así como que las administraciones se tomen realmente en serio trabajar desde la prevención».
Síntomas para saber si alguna sustancia en casa te está perjudicando
Antes de pasar a las claves para eliminar los tóxicos que hay en tu hogar, es importante que sepas distinguir si hay alguna sustancia que te está perjudicando, ya que nuestro organismo nos avisa de que algo hay en el ambiente y no es muy friendly. Entre otras cosas, sus formas de advertirnos incluyen:
- Irritación de ojos, nariz y piel por contacto o inhalación. Lo causan detergentes, productos de limpieza, polen…
- Malestar físico tras la exposición. Se pueden manifestar síntomas como dolores de cabeza, gastritis, problemas respiratorios, asma…
- Olor penetrante. Como el que caracteriza el formaldehído de muebles, gases procedentes de amoníaco, aguarrás, sosa, algunos productos cosméticos, perfumes, colonias….
Cómo evitar los tóxicos: 11 claves y trucos para aplicar en tu día a día
Ahora sí, vayamos a lo práctico. Aunque la experta detalla muchos más trucos a aplicar en nuestro día a día, hemos seleccionado los más destacables a continuación:
1) Evita los plásticos
«Los plásticos son compuestos derivados del petróleo, formados por miles de sustancias que les dan determinadas propiedades, como color, flexibilidad, suavidad o resistencia, junto a algunas de las sustancias que he señalado en la lista anterior, así que, si los evitamos en la medida de lo posible, ¡vamos a estar haciendo muchísimo por nuestra salud!», apunta la experta.
2) No compres ningún producto que contenga la palabra perfume o fragancia en su etiqueta
«Como solución, no compres ningún producto que contenga la palabra perfume o fragancia en su etiqueta, para evitar exponerte gratuitamente a posibles ftalatos. Si quieres que tu piel, tu casa o tu ropa huelan a algo, porque te gusta algún aroma en concreto o porque te reconforta y te hace sentir bien, usa aceites esenciales. Con ellos puedes fabricarte tus colonias, perfumes, productos de limpieza e incluso el suavizante para la ropa».
3) Cuidado con los pesticidas
«Algunos pesticidas han sido relacionados (en estudios en humanos) con problemas que incluyen abortos prematuros, defectos de nacimiento e incluso discapacidad en el aprendizaje o desarrollo de los niños, el alzhéimer o la enfermedad de Parkinson. También pueden pasar a la leche materna. Y no solo hablamos de los que se usan en el campo. Apenas tienes que ver el armario de la limpieza de muchas casas, en el que puedes encontrar envases con productos para matar cucarachas, hormigas y otros insectos».
4) Ventila la casa muy a menudo y hazte con plantas
«Los compuestos orgánicos volátiles son todos aquellos hidrocarburos que se presentan en estado gaseoso a la temperatura ambiente normal o que son muy volátiles a dicha temperatura, es decir, si estamos en casa a una temperatura de 25 °C y abrimos un envase que contenga este tipo de sustancia, se volatilizará y formará parte del ambiente respirable de nuestro hogar. ¡De ahí que sea tan importante ventilar a menudo!», exclama Eva Liljeström.
De hecho, el aire de las casas suele estar más contaminado que el aire exterior. ¿Por qué? «Porque hay muchísimas sustancias disponibles en un espacio muy reducido, en el que no suele haber corrientes de aire salvo que ventiles o purifiques. Si a eso añadimos que pasamos aproximadamente el 90% de nuestra vida entre cuatro paredes… ¡Hola, problemas respiratorios, alergias, dermatitis y derivados!».
«Puedes tener la casa fregadísima y superordenada, que el polvo es cosa de cada día, haya más o menos. Y, sí, limpiarlo da muchísima pereza. Lo que más te va a ayudar a mantenerlo a raya es ventilar y aspirar. Ventilar va a diluir el contenido en sustancias que haya en el aire de tu casa y es muy importante hacerlo cuando el aire exterior esté más depuradillo. Por norma general, se recomienda ventilar diariamente, al menos entre 15 y 20 minutos, con las puertas y ventanas abiertas para que corra el aire y hagamos un détox a la atmósfera de nuestra casa».
Al respecto, en el año 1989 la NASA realizó un estudio para averiguar de qué manera podrían respirar un aire más limpio en entornos tan herméticos como las estaciones espaciales, y la investigación concluyó que «una serie de plantas, además de absorber dióxido de carbono y aportar oxígeno, eran capaces de absorber sustancias como el benceno, el xileno, el amoníaco, el formaldehído y el tricloroetileno. […] Son todo ventajas y no hay mejor propósito de decoración que convertir tu hogar en una pequeña jungla que absorba posibles contaminantes».
5) Vigila el agua del grifo que bebes
«Si el agua que sale de tu grifo sabe mal, tiene color o huele, deberías notificarlo a las autoridades competentes para que la analicen y den solución a tu problema».
«Antes de nada, quiero destacar que la cloración del agua ha supuesto una serie de beneficios incuestionables en cuanto a la reducción drástica de enfermedades bacterianas, virales y parasitarias. Es un recurso de fácil acceso, además de económico, si lo comparamos con otros sistemas de desinfección. No obstante, no está exento de algunos riesgos, entre los que se incluyen la formación de algunas sustancias (subproductos de la cloración o desinfección con cloro) como son los trihalometanos (THM) y las cloraminas».
Si el agua que sale de tu grifo sabe mal, tiene color o huele, deberías notificarlo a las autoridades competentes para que la analicen y den solución a tu problema
«¿Te ha ocurrido alguna vez que, después de volver de vacaciones o pasar una larga temporada fuera de casa, cuando tiras de la cisterna o abres el grifo sale el agua de un color anaranjado o turbio? Se debe a que toda esa materia se ha desprendido de las conducciones, se ha concentrado en el agua estancada de tus tuberías y sale de una vez cuando abres el grifo».
¿Y qué hacer al respecto? La experta recomienda «que consultes con la administración de tu finca qué tipo de conducciones tiene el edificio y que, después de una temporada fuera de casa, dejes correr el agua de grifo. Puedes aprovechar para llenar cubos para fregar o regar las plantas».
¿Y sería mejor beber agua embotellada? Eva Liljeström es clara: «Además de ser una fuente generadora de residuos muy poco sostenible y dañina para el medioambiente, el agua embotellada tampoco es una alternativa respetuosa con nuestra salud».
6) Corta alimentos sobre tablas de madera (pero muy limpias y desinfectadas)
Los utensilios que usamos para cocinar son el vehículo para que llegue el calor al alimento y, si este utensilio no es inocuo, «puede desprender sustancias probablemente dañinas para nuestro organismo. Ten en cuenta que los ácidos y las sales minerales presentes en alimentos y el agua reaccionan al material en el que son cocinados».
Entonces, ¿es buena idea manipular los alimentos sobre madera, como cuando usamos tablas de cortar? «Sí, siempre y cuando la desinfectes bien para impedir la formación de biofilm, que es una colonia de bacterias que están muy a gusto viviendo sobre la madera cuando quedan restos de comida. La identificarás porque, cuando la mojas, tiene un tacto muy resbaladizo. En general, la madera de bambú y la de olivo dan muy buenos resultados».
7) Primero, limpia; luego, desinfecta
«Cuando limpiamos, estamos eliminando gérmenes y suciedad de superficies u objetos y, para ello, usamos jabón o detergente y agua. Cuando desinfectamos, lo que queremos es eliminar microorganismos vivos o paquetitos de material genético, como sería el caso de los virus, y usaremos sustancias específicas para esto. Lo ideal es que, si queremos desinfectar, primero limpiemos, salvo que el producto que empleemos tenga además acción desinfectante».
8) Haz tu propio fregasuelos y detergente
La experta nos anima a hacer nuestro propio detergente: «Limpiar con agua y jabón es fácil. ¿No usas jabón para lavarte las manos cada vez que tocas al perro, antes y después de cocinar o preparar los alimentos, cuando has ido al baño, has tocado la suela de tus zapatos o has arreglado la bici? ¿Usas un jabón especial para cada cosa que has tocado y tienes una colección de ochocientos jabones o es casi el mismo jabón para todo?», comienza.
«Antes del gel hidroalcohólico, el jabón era lo único que usábamos. Si quieres promocionar al siguiente nivel de limpieza respetuosa, te puedes complicar un poco más y usar vinagre mezclado con agua, limpiar con bicarbonato o empezar a comprar productos de limpieza basados en plantas, si te gusta comprarlo todo preparado», concluye en este punto.
9) Compra papel higiénico reciclado y pañales de tela
«Si vas a escoger papel higiénico por encima de todas las cosas, escoge papel higiénico reciclado que, además, no suele llevar perfume. Aunque no se libra de contener sustancias, algo te quitas».
Asimismo, y en lo que se refiere a los bebés, «la elección más sostenible con el medioambiente y más respetuosa con la piel de tu bebé es usar pañales de tela que puedes lavar una y otra vez. A ser posible, elige pañales hechos de algodón, cáñamo o bambú cien por cien, orgánicos y sin tintes en las zonas que están en contacto con la piel».
10) Limpia asiduamente alfombras, colchones y peluches
«Alfombras, colchones, cortinas, moqueta, tapizados y peluches son un fuerte nicho de acumulación de polvo doméstico. Si no vas a mantener la higiene a raya, es mejor que descartes la idea de tenerlos en casa, aún más si tienes personitas con alergias o problemas respiratorios conviviendo contigo».
11) Para tus mascotas: escoge piensos naturales
¿Y qué hay de nuestras mascotas? Eva Liljeström afirma que los piensos son alimentos procesados, así que, si optamos por esta opción, deberíamos escoger el más natural posible: «Existen muchísimas opciones e incluso piensos personalizados en función de las necesidades nutricionales de tu mascota. Y cuantas menos sustancias transfiera el envase al alimento, mejor y, si ya te decides por algunas marcas que optan por papel y cartón reciclado, ¡mucho mejor!».
«Igual que para tu familia, escoge productos naturales, libres de perfumes y sustancias que puedan comprometer su salud. No te dejes llevar por la etiqueta ‘natural’ y mira los ingredientes. Tendrías que ver la cantidad de champús o toallitas para mascotas con fenoxietanol que indican en sus etiquetas que sus ingredientes son naturales…», sentencia.
