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Estos son los riesgos de no curar bien las ampollas en la piel en verano

Aparatosas, molestas y muy estivales. Estas apariciones pueden amargar más de un día con mucha facilidad

Estos son los riesgos de no curar bien las ampollas en la piel en verano

Una mujer cuidándose los pies. | ©Freepik.

Con la llegada del verano, el sol y las altas temperaturas, nuestra piel se encuentra expuesta a una serie de factores que incrementan la probabilidad de que aparezcan ampollas. Las ampollas, esas pequeñas bolsas de líquido que se forman bajo la superficie de la piel, son una respuesta natural del cuerpo ante el daño cutáneo. En esta época del año, las actividades al aire libre, el uso de calzado inapropiado y el aumento de la sudoración crean el ambiente perfecto para su formación.

El calor intenso y la humedad provocan que nuestra piel se vuelva más sensible y susceptible a las fricciones y quemaduras. El uso de calzado nuevo o inadecuado durante largos paseos, el contacto prolongado con superficies calientes como la arena o el asfalto, y la práctica de deportes aumentan la fricción y el riesgo de ampollas. Además, la exposición al sol puede causar quemaduras solares que también pueden derivar en ampollas si no se toma el debido cuidado. De hecho, son lesiones en los pies bastante comunes.

Qué son las ampollas

Las ampollas son lesiones cutáneas que se presentan como pequeñas burbujas llenas de líquido. Generalmente seroso, aunque también pueden contener sangre o pus si hay una infección presente. Estas burbujas se forman en la capa más externa de la piel, la epidermis, como mecanismo de defensa ante el daño o la irritación. El líquido en su interior sirve como una especie de amortiguador, protegiendo las capas subyacentes de la piel mientras se produce la regeneración y sanación del tejido afectado.

Durante los meses de calor, las ampollas suelen ser más comunes debido a la mayor sudoración, que debilita la piel (de lo que ya hablamos en THE OBJECTIVE) y la hace más propensa a las fricciones. Además, el calor puede causar quemaduras solares, que son otra causa frecuente de ampollas en verano. El uso continuo de calzado cerrado y no transpirable incrementa el riesgo de fricción y acumulación de humedad.

Cómo evitar que aparezcan las ampollas

La prevención de las ampollas comienza con una serie de cuidados básicos para la piel y la elección adecuada de la vestimenta y el calzado. Para minimizar el riesgo de fricción, es fundamental optar por zapatos cómodos y bien ajustados, preferiblemente hechos de materiales transpirables. En actividades que implican mucho caminar o correr, el uso de calcetines técnicos que absorben la humedad puede ser de gran ayuda. Del mismo modo, siempre se debe procurar renovar ese tipo de prendas, para evitar suciedad acumulada que pueda aumentar sus riesgos. Aplicar polvos de talco o productos antitranspirantes en los pies también puede reducir la sudoración y, por ende, la fricción. Lo cual para determinados calzados es especialmente útil.

Si a pesar de todas las precauciones aparecen ampollas, es crucial tratarlas adecuadamente para evitar complicaciones. En primer lugar, es importante no reventarlas, ya que el líquido interno protege la piel subyacente y favorece la cicatrización. Se debe limpiar la zona con agua y jabón suave, y luego cubrirla con un apósito estéril para evitar infecciones. Si la ampolla se rompe, es fundamental mantener la zona limpia y aplicar una pomada antibiótico y antiséptica antes de cubrirla nuevamente. Razón por la que se debe evitar esa fricción, como explica este estudio.

Cuáles son los riesgos de no curarlas bien

Una mujer con ampollas en los pies
Determinado contacto con los pies puede producir ampollas, especialmente por el calor y la sudoración intensa. ©Freepik.

Los riesgos de no curar bien las ampollas son significativos. Una ampolla mal tratada puede infectarse, lo que puede manifestarse con síntomas como enrojecimiento, calor, hinchazón y pus. Las infecciones pueden complicarse y requerir tratamiento médico, incluyendo antibióticos. Además, si las ampollas recurrentes no se manejan adecuadamente, pueden derivar en problemas crónicos de piel y cicatrices permanentes. En casos extremos, una infección grave puede extenderse y causar problemas de salud más serios, aunque lo más habitual es que no alcancen gran trascendencia.

No obstante, las ampollas son una lesión cutánea común. Especialmente en verano, debido al aumento de actividades al aire libre y la exposición a condiciones que favorecen su aparición. Comprender qué son, cómo prevenirlas y tratarlas adecuadamente es esencial para evitar complicaciones. Recordemos siempre mantener una buena higiene, utilizar el calzado adecuado y tratar las ampollas con cuidado para proteger nuestra piel. Algo que, incluso con determinado tipo de calzado que favorezca ese rozamiento, debemos evitar a toda costa.

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