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Esta es la advertencia de un médico sobre el pan que comemos en España

Es uno de los alimentos que consideramos esenciales en nuestra dieta. Y es que en España, es raro ver una mesa sin pan

Esta es la advertencia de un médico sobre el pan que comemos en España

Una barra de pan | Unespash

El consumo de pan en España es elevado, aunque en los últimos años ha disminuido. Según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca, en el año 2000, el consumo medio de pan en España era de 50 kilos por persona, mientras que en 2022 se redujo a 30 kilos.

A pesar de esta disminución significativa, nuestro país sigue siendo uno de los mayores consumidores de pan diario.

Esta tendencia decreciente es más pronunciada en el caso del pan blanco, ya que la gente está cada vez más preocupada por su salud y prefiere opciones más saludables como el pan integral. Pero, ¿por qué no es tan recomendable consumir este tipo de pan?

¿De qué está hecho el pan?

Los principales ingredientes del pan son harina de trigo refinada, agua, levadura y sal. Si analizamos los panes industriales, como el pan de molde, debemos agregar azúcares y grasas a esa lista, lo cual mejora la textura, sabor y conservación del pan, pero al mismo tiempo disminuye su valor nutricional.

Por lo tanto, considerando los ingredientes del pan blanco, especialmente la harina de trigo refinada, debemos referirnos a las explicaciones y advertencias de los expertos sobre los efectos de este alimento en la salud.

La harina de trigo refinada se obtiene mediante procesos que eliminan la mayor parte del salvado y el germen de trigo, dejando principalmente el endospermo. Esto significa que el pan blanco carece de muchos nutrientes presentes en el pan hecho con harinas no refinadas.

¿Qué dicen los expertos?

El pan es uno de los alimentos que consideramos esenciales en nuestra dieta. En España, es raro ver una mesa sin pan. Este producto también es común en muchos desayunos, meriendas y cenas en todo el país. Sin embargo, lamentablemente, la variedad más consumida es la que más perjudica nuestra salud: el pan blanco.

Un reciente estudio de la Universidad de Navarra, parte del proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra), realizado por Miguel Martínez-González y Maira Bes-Rastrollo, especialistas en Medicina Preventiva y Salud Pública, revela que consumir dos o más porciones diarias de pan blanco (cada porción consiste en tres rebanadas) aumenta el riesgo de obesidad en un 40%, en comparación con quienes limitan su consumo a una porción semanal.

Recientemente, numerosos médicos y nutricionistas han advertido sobre el consumo excesivo de pan en la población y han desmentido la idea de que forme parte de la dieta mediterránea. «España no sigue una dieta mediterránea, sino una dieta occidentalizada: mucha harina refinada, mucho pan blanco, muchos embutidos, mucha pasta», dijo Miguel Ángel Martínez-González para una entrevista en EL ESPAÑOL.

Diferentes clases de pan

¿Por qué es mejor elegir pan integral?

Según la doctora Dulce Campuzano, del equipo médico de la Clínica Mira + Cueto, lo primero que debemos considerar al elegir pan integral es que está hecho con harina integral, producida a partir del grano de trigo entero, conservando así todos sus nutrientes.

Esto lo diferencia del pan blanco, cuya harina se ha refinado eliminando el salvado y el germen. Como resultado, el pan blanco no contiene fibra, lo cual, según la doctora, «provoca un aumento brusco en los niveles de glucosa en sangre tras su consumo, estimulando la secreción de insulina».

Los expertos de la Federación Española de Nutrición (FEN) destacan también que el pan integral es rico en hidratos de carbono complejos, es una buena fuente de fibra, tiene bajo contenido de grasa y proporciona proteínas del grano de trigo, así como vitaminas y minerales.

En el trigo, la proteína más destacada es el gluten, que permite que la harina sea panificable. Además, el pan integral es una fuente de vitaminas del grupo B y minerales como selenio, fósforo, hierro, magnesio y zinc. Por lo que el pan integral contiene más de estos nutrientes porque el grano conserva su cubierta al no ser refinado.

Sin embargo, la FEN advierte que es importante diferenciar entre el auténtico pan de trigo integral y el pseudointegral, al que se le añade artificialmente fragmentos de salvado a la harina blanca.

Este pseudointegral se elabora con grano que no contiene el germen, la parte más rica en vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales, lo que resulta en una calidad inferior comparada con la del pan integral auténtico.

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