Estos son los insectos más peligrosos del verano español: dónde aparecen y cómo son
El calor y la humedad favorecen la aparición de determinadas especies, pero solo unas pocas son combativas
Una avispa autóctona | ©Freepik.
Con la llegada del verano en España, es común observar un aumento significativo en la presencia de insectos. Este fenómeno se debe principalmente a las altas temperaturas que favorecen su desarrollo y reproducción. A medida que el clima se vuelve más cálido, los insectos autóctonos, como las avispas, mosquitos y hormigas, se vuelven más activos y visibles. Además, el aumento de las actividades al aire libre durante esta temporada facilita los encuentros con estos pequeños habitantes del ecosistema. Por eso, conviene saber que hay insectos peligrosos en el verano español, aunque no sean demasiados.
Los insectos pueden encontrarse en una variedad de entornos típicos del verano español. Las playas, humedales, lagos y piscinas son lugares frecuentados tanto por personas como por insectos. En estos sitios, el agua y la vegetación proporcionan el ambiente ideal para la proliferación de muchas especies. Además, las áreas rurales y los jardines urbanos también se ven afectados, ya que ofrecen abundantes fuentes de alimento y lugares de anidación.
La presencia de insectos en verano no solo es un inconveniente menor, sino que en algunos casos puede representar un verdadero peligro. En los últimos años, se ha observado un aumento en la aparición de especies invasoras que no solo afectan a los humanos, sino también a los animales. Estas especies pueden ser particularmente dañinas debido a su capacidad para adaptarse rápidamente y competir con las especies nativas. A continuación, se detallan los cinco insectos más peligrosos que pueden encontrarse en España durante el verano.
Convivir con los insectos en verano: muchos visitantes, pero no especialmente violentos
Si bien es cierto que hay insectos que pueden ser especialmente molestos, la realidad sobre su agresividad o peligrosidad es más bien reducida. No en el caso de personas que puedan sufrir alergias a sus picaduras, lo cual puede poner en riesgo su salud y su vida. No obstante, lo más habitual es que una picadura de una avispa europea o de una abeja melífera se desarrolle sin especiales complicaciones.
También puede ser que aparezcan otro tipo de insectos, especialmente en espacios naturales, como chinches, garrapatas y pulgas, cuyas picaduras no solo son molestas. Debido a que muchos de estos animales son parásitos, conviene tener en cuenta que, una vez identificado, es necesario desinfectar y desinsectar ropas de cama y otros tejidos, además de eliminar convenientemente al insecto en cuestión.
Como es lógico, en nuestro país también existen arácnidos, pero su beligerancia es, en términos generales, muy baja. Muerden –que no pican–, y dejan pequeñas marcas en la piel, pero sus efectos más allá del enrojecimiento de la zona, ligeras protuberancias y el prurito habitual no son muy reseñables.
Estos son los insectos más peligrosos del verano español
Identificar el peligro a la hora de hablar de un insecto va a venir condicionado, si hablamos de humanos, por la posibilidad de que transmita enfermedades o que sus picaduras sean especialmente dolorosas. Hasta la fecha, en España no encontramos demasiados insectos muy peligrosos. Eso no quita que existan. También, como ya te contamos en THE OBJECTIVE, conviene saber identificar las distintas picaduras.
Debido al cambio climático, ciertas especies de insectos que tradicionalmente se asociaban a otras latitudes han empezado a hacer sus particulares ‘agostos’ en España. Si bien no en todas las zonas, sí en determinados puntos del país, especialmente en los más cálidos y húmedos, ya que los dos principales insectos –en cuanto a peligro– provienen de países africanos y del Sudeste asiático.
Aunque hay conatos de aparición de varias especies, actualmente solo se identifican dos especies como fuertemente asentadas en España si hablamos de insectos peligrosos. Aunque su nivel de peligrosidad es distinto y los efectos de su voracidad muy dispares, no quiere decir que no debamos conocerlos.
Avispa asiática
La avispa asiática (Vespa velutina) es reconocida por su tamaño considerable, que puede alcanzar hasta 3.5 centímetros, siendo más grande que las avispas ‘autóctonas’ como la avispa alemana (Vespula germanica) y la avispa común (Vespula vulgaris). Su cuerpo de color negro con una fina franja amarilla en el abdomen y sus patas de color marrón con puntas amarillas, como prueba esta información del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
A España llegó accidentalmente, proveniente del Sudeste asiático y su aparición es más habitual en áreas rurales y suburbanas, generalmente con altos niveles de humedad y poca oscilación térmica, como en las zonas de costa. Sus nidos son grandes, se desarrollan en árboles y sus picaduras generan inflamación, enrojecimiento y un dolor especialmente agudo, similar al de una quemadura.
Mosquito tigre
También lidiamos a menudo con él. El mosquito tigre (Aedes albopictus). Es pequeño, pero se distingue fácilmente por tener rayas blancas y negras tanto en el cuerpo como las patas. En este caso también es una especie que proviene del Sudeste asiático, pero se había instalado previamente en el resto del continente asiático, así como en muchas zonas del África subsahariana y también en el norte de África.
En este caso, esta especie invasora, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, es un insecto más común en áreas urbanas. Sobre todo donde hay encharcamientos de agua como piscinas, fuentes o estanques. Su picadura es dolorosa y persistente, pero también es un insecto peligroso por ser un potencial vector de enfermedades como el dengue o el chikungunya.
