Dolores emocionales: qué son y cómo evitarlos
Priorizar tu salud emocional es fundamental para disfrutar de una vida más equilibrada y satisfactoria
En la compleja trama de nuestras vidas, las emociones juegan un papel crucial. Sin embargo, cuando estas emociones se prolongan en el tiempo, pueden desencadenar lo que se conoce como dolor emocional.
Este fenómeno se manifiesta como un estrés crónico que no solo afecta nuestra salud mental, sino también nuestro bienestar físico.
¿Qué es un dolor emocional?
Según Silvia Álava Sordo, Doctora en psicología clínica y de la salud, especialista en Psicoterapia, escritora y conferenciante, todos hemos experimentado ese dolor emocional profundo, la sensación de desgarro interior, el temblor en el alma que parece sacudir nuestros cimientos.
Este dolor no proviene de un problema físico, sino emocional, y frecuentemente está vinculado con sentimientos de pérdida, ya sea por traiciones, rupturas o, especialmente, por la pérdida de un ser querido.
Este dolor emocional es una respuesta prolongada y negativa a la exposición excesiva a una misma emoción.
Consecuencias de sufrirlo
El dolor emocional está estrechamente ligado a nuestro bienestar físico, y cuando enfrentamos angustias emocionales, nuestra salud puede desequilibrarse, dando lugar a lo que se conoce como trastornos somáticos, cuenta la experta en psicología.
Álava habla de como «las emociones negativas activan el cuerpo de manera que no solo generan malestar emocional, sino que también pueden desencadenar una respuesta intensa del sistema nervioso autónomo y del sistema endocrino, resultando en dolor físico. Este dolor puede manifestarse como dolores de cabeza, problemas gástricos como vómitos y diarreas, o trastornos cutáneos sin causa orgánica aparente, todos ellos exacerbados por el desgaste emocional».
Cuando hablamos de dolor somático, no implica que sea imaginario o que no duela de verdad. De hecho, puede ser muy doloroso, pero su origen radica en la intensidad de nuestras emociones negativas, afirma.
Por lo tanto, la solución no se encuentra en tratamientos medicinales o en pruebas médicas, sino en abordar y aliviar ese dolor emocional subyacente.
Estrategias para prevenir el dolor emocional
Cuando se experimentan emociones intensas durante días, semanas o incluso meses, el cuerpo comienza a manifestar los efectos de estas reacciones.
Los síntomas más comunes incluyen dolor en el trapecio y la columna vertebral, dificultades respiratorias y problemas digestivos.
Para mantener una salud mental equilibrada y evitar las reacciones adversas derivadas del estrés emocional, es crucial adoptar medidas preventivas como por ejemplo:
- No ignores el estrés: si experimentas un aumento significativo de estrés, tómate un momento para practicar respiración diafragmática durante 2 a 5 minutos. Esto puede ayudar a calmar tu mente y cuerpo antes de continuar con tus actividades diarias.
- Prioriza un sueño reparador: una buena noche de sueño tiene el poder de restaurar nuestras emociones. Si tienes dificultades para dormir, busca formas de mejorar la calidad de tu descanso siguiendo consejos prácticos para regular tu ciclo de sueño.
- Ejercicio físico regular: realizar actividad física de manera frecuente no solo ayuda a reducir el estrés, sino que también contribuye a mantener el equilibrio corporal y emocional. Incorpora ejercicio físico diario para optimizar tu bienestar general.
Al seguir estas estrategias, puedes fortalecer tu capacidad para manejar las emociones intensas y evitar los efectos negativos del dolor emocional a largo plazo.
Otras estrategias
La Doctora Silvia Álava Sordo también recomienda estas estrategias para prevenir, en la medida de lo posible, las dificultades derivadas de una gestión inadecuada de las emociones.
Sin embargo, es fundamental conocerse a uno mismo para poder anticiparse mejor, ya que cada persona sabe qué es lo que le beneficia o perjudica.
- Reconocer tus emociones es el primer paso para enfrentar el dolor emocional, aunque sea una experiencia desagradable. Ignorar tus sentimientos puede empeorar la situación en lugar de aliviarla.
- No te guardes lo que sientes. Expresar tus emociones, aunque te resulte difícil o no tengas ganas de hablar con nadie en este momento, es crucial.
- La escritura creativa puede ser una herramienta poderosa para canalizar y comprender tus emociones, así como para aliviar la carga emocional que llevas.
- Practica el autocuidado reservando tiempo para ti mismo, escuchando las necesidades de tu cuerpo y emociones, desde las más básicas hasta las más profundas.
- Permítete llorar si lo necesitas; es una forma saludable de canalizar el dolor emocional.
- Intenta mantener un horario regular de sueño. Aunque puede ser difícil conciliar el sueño, respetar las horas de acostarse y levantarse puede ayudar a regular la ansiedad y las emociones desagradables.
- Cuida tu alimentación, tratando de mantenerla similar a como era antes de la pérdida o incluso mejorándola. Esto puede ayudarte a distraerte y pensar en otras cosas.
- Cuida tu diálogo interno. Practica la autocompasión vigilando cómo te hablas a ti mismo. Trátate con amabilidad y acepta tus sentimientos sin juzgarlos.
- Háblate como lo harías con tu mejor amigo/a en momentos difíciles. Las palabras reconfortantes que darías a otros, también puedes decírtelas a ti mismo.
- Empatiza con el dolor de los demás; entender que todos experimentamos emociones similares puede ayudarte a ser más comprensivo contigo mismo.
- Pide ayuda a un profesional, a tus amigos y familia, ya que están ahí para apoyarte y sus palabras pueden ser reconfortantes en momentos difíciles.