Si tienes estos comportamientos es que eres una persona muy perfeccionista
Estas personas se enfrentan constantemente a sí mismas por no poder alcanzar metas poco realistas o imposibles
Nadie es perfecto, pero es natural aspirar a serlo, especialmente cuando nos encontramos en situaciones donde sentimos que fallamos. Ya sea en el ámbito laboral, personal o social, la perfección es un ideal deseable, pero inalcanzable. Y esto puede llevar a que algunas personas se obsesionen.
En psicología, el perfeccionismo es la creencia de que se puede y se debe ser perfecto. Esto se basa en la idea de que cualquier cosa que no sea perfecta es inaceptable.
¿Qué es ser una persona perfeccionista?
Según la psicología, el perfeccionismo se define como un rasgo de la personalidad con dos aspectos: uno positivo, donde las personas perfeccionistas son responsables, y otro negativo, donde aparecen problemas como la ansiedad anticipatoria.
Básicamente, es alguien cuya personalidad se caracteriza por esforzarse al máximo para realizar todo de manera extraordinaria, desde tareas complejas como prepararse para un examen o mantener un estilo de vida cómodo y lujoso, hasta detalles pequeños como limpiar la casa minuciosamente.
Si bien ser perfeccionista puede ser una gran ventaja en ciertos contextos, también puede convertirse en un obstáculo emocional que afecta gravemente la salud del individuo.
En estos casos, el perfeccionismo lleva a la frustración y a la ansiedad, que, si se prolonga, puede evolucionar hacia un trastorno que impacte negativamente en diversas áreas de la vida.
Estas personas se enfrentan constantemente a sí mismas por no poder alcanzar metas poco realistas o incluso imposibles, metas que ellas mismas se imponen y consideran que deben cumplir.
¿Cuáles son sus consecuencias?
Esta búsqueda de perfección suele ser una fuente significativa de sufrimiento, lo que puede llevar a una sensación de descontrol, aunque exteriormente todo parezca estar en orden.
Uno de los síntomas frecuentes asociados con la personalidad perfeccionista se manifiesta en el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Aunque son condiciones distintas, comparten características similares, como el deseo de mantener todo bajo control y la preocupación de que las cosas no salgan según lo planeado.
Esto puede incluir la creencia errónea de que algo está mal, incluso cuando todo está en orden, como revisar repetidamente si se ha cerrado correctamente la puerta al salir de casa.
El perfeccionista necesita aprender a aceptar y manejar este rasgo de su personalidad, adoptando estrategias psicológicas que mitiguen los aspectos negativos del perfeccionismo.
Una persona que es de esta manera busca constantemente la perfección en todo lo que hace, intentando mejorar una y otra vez.
¿Qué comportamientos son perfeccionistas?
Anthony D. Smith, psicólogo estadounidense, ha descrito en Psychology Today los principales rasgos que caracterizan a la personalidad perfeccionista.
No solo identifica los aspectos positivos que pueden llevar a una vida organizada y controlada, sino también los negativos que pueden afectar adversamente las relaciones personales y la autoestima del individuo.
Además, señala cuándo estos rasgos pueden ser preocupantes y sugiere la importancia de buscar ayuda profesional cuando sea necesario.
- Rutinas y horarios estrictos: pueden indicar un rasgo perfeccionista si se vuelven obsesivos y causan malestar cuando se interrumpen. Aunque tener una rutina puede proporcionar seguridad y control, sentirse desesperado o colapsado por cambios repentinos puede señalar un problema más profundo. No es simplemente seguir una rutina diaria, sino cómo se reacciona cuando no se puede cumplir exactamente.
- La atención excesiva a los detalles: no solo afecta las responsabilidades diarias, sino también los momentos de relax. Esto puede relacionarse con el TOC, donde todo debe estar en orden, como ordenar la casa meticulosamente. En entornos grupales, el perfeccionismo puede crear conflictos si alguien no tolera los errores de los demás y el proyecto fracasa.
- Seguir rigurosamente las reglas o mantener una moralidad impecable: puede ser otra señal de perfeccionismo. Aunque cumplir con las normas es positivo, hacerlo de manera obsesiva puede generar estrés y hacer que la persona sienta que todos sus esfuerzos fueron en vano.
- El sobreanálisis de las situaciones: es común en personas perfeccionistas, quienes temen tomar decisiones equivocadas. Constantemente comparan opciones en busca de la elección perfecta, lo que puede llevar a la parálisis y la frustración al no poder alcanzar sus estándares ideales.