Bromhidrosis: qué es y cómo se combate cuando sudor y mal olor van de la mano
Aunque el sudor sea incoloro e inodoro, puede haber razones por las que puede convertirse en un auténtico problema
Una mujer sudorosa | ©Freepik.
El sudor es una reacción orgánica esencial que cumple una función crucial en la regulación de la temperatura corporal. Cuando la temperatura de nuestro cuerpo aumenta, ya sea por el calor ambiental, el ejercicio físico o el estrés, el sudor se convierte en el mecanismo natural que nuestro organismo utiliza para enfriarse. Sin embargo, puede haber problemas como la bromhidrosis que conviertan en pesadilla esta solución.
A través de la sudoración, el cuerpo libera líquido que se evapora en la superficie de la piel, lo que permite una reducción efectiva de la temperatura. Esta respuesta fisiológica es fundamental para mantener el equilibrio térmico y evitar problemas como el golpe de calor o la hipertermia.
Sin embargo, aunque el sudor es vital para nuestra salud, hay situaciones en las que podemos sudar más de lo habitual. La sudoración excesiva, conocida como hiperhidrosis, de la que ya te hablamos en THE OBJECTIVE, puede ser provocada por diversas causas. Es el caso del calor extremo, del esfuerzo físico intenso, la ansiedad o incluso ciertas condiciones médicas.
El sudor en sí mismo no es un problema, pero cuando se produce en exceso, puede generar incomodidad y afectar la calidad de vida de quienes lo experimentan. Además, la percepción social del sudor, especialmente cuando está acompañado de mal olor, puede aumentar la ansiedad y el estrés en situaciones sociales o laborales.
Es importante destacar que el sudor, en su estado natural, es un líquido inodoro e incoloro. Contrariamente a la creencia popular, el sudor por sí mismo no tiene olor. Lo que comúnmente se asocia con el mal olor corporal no es el sudor en sí, sino la acción de las bacterias presentes en la piel. Estas se descomponen en ciertos componentes del sudor, produciendo compuestos que sí generan olor. Este fenómeno es especialmente relevante en áreas del cuerpo donde hay una mayor concentración de glándulas sudoríparas apocrinas. Algo que sucede en las axilas y en la región inguinal, donde es más probable que se produzca bromhidrosis.
Bromhidrosis: por qué se produce un sudor que huele demasiado
La bromhidrosis es una condición en la que el sudor produce un olor desagradable y persistente que puede ser difícil de manejar con métodos de higiene convencionales. Esta afección ocurre cuando las glándulas sudoríparas, especialmente las apocrinas, producen un sudor que es descompuesto por las bacterias de la piel, generando compuestos malolientes.
Las glándulas apocrinas se concentran en áreas del cuerpo como las axilas, la región genital y los pies, donde el sudor tiene un contenido más alto de proteínas y lípidos que las bacterias metabolizan, resultando en el mal olor característico de la bromhidrosis. Algo que explican desde MSD Manuals.
El cuerpo humano cuenta con dos tipos principales de glándulas sudoríparas: las ecrinas y las apocrinas. Las glándulas ecrinas están distribuidas por casi toda la superficie de la piel. Ellas son responsables de la producción de un sudor claro y salado que se compone principalmente de agua y electrolitos.
Este tipo de sudor se activa principalmente en respuesta al calor y al ejercicio físico, y su principal función es la regulación de la temperatura corporal. Por otro lado, las glándulas apocrinas se localizan en áreas específicas. Es el caso de las axilas y la región genital, donde producen un sudor más espeso que contiene proteínas y lípidos. Este sudor apocrino es más propenso a causar mal olor cuando las bacterias de la piel lo descomponen.
La bromhidrosis se considera cuando el mal olor corporal es lo suficientemente intenso como para ser perceptible por otras personas y no se resuelve con prácticas de higiene estándar. Este mal olor puede ser persistente y puede afectar significativamente la vida social y emocional de quienes lo padecen.
Aunque no es una condición peligrosa para la salud, la bromhidrosis puede causar un gran malestar psicológico y social, por lo que es importante abordar el problema de manera efectiva. Es esencial comprender que la bromhidrosis no es simplemente un problema de higiene, sino una condición médica que requiere un manejo adecuado.
Cómo se combate la bromhidrosis
El tratamiento de la bromhidrosis depende de la gravedad de la condición y de las preferencias del paciente. Se puede considerar que una persona sufre de bromhidrosis cuando el olor corporal es persistente y notable incluso después de lavarse. Para minimizar el impacto de la bromhidrosis, se pueden utilizar varias estrategias.
Una de las más efectivas es el uso de antitranspirantes que contienen sales de aluminio, las cuales ayudan a reducir la producción de sudor. También es importante mantener una buena higiene personal, lavando las áreas afectadas con jabones antibacterianos para reducir la presencia de bacterias en la piel.
En casos más severos, donde los métodos tradicionales no son suficientes, existen tratamientos médicos que pueden ayudar a controlar la bromhidrosis. Entre ellos se encuentran la aplicación de toxina botulínica (botox) en las áreas afectadas para reducir la actividad de las glándulas sudoríparas apocrinas. También hay procedimientos quirúrgicos que eliminan o destruyen las glándulas sudoríparas responsables del mal olor.
