Qué es la hipomineralización molar, los 'dientes de tiza' que aparecen en el 25% de los menores
Hay que prestar atención a otros fenómenos en la salud dental de los niños más allá de las caries
Aunque muchas veces prestamos especial atención a la salud dental en la edad adulta, es común pensar que los niños no requieren tantas visitas al dentista. Sin embargo, la realidad es que existen patologías que afectan a los menores, especialmente a la dentición permanente, la cual comienza a formarse en la infancia.
Una de estas condiciones, que ha aumentado en prevalencia, es la hipomineralización molar (MIH, por sus siglas en inglés), popularmente conocida como «dientes de tiza». En España, esta afección ya se observa en aproximadamente el 25% de los niños, lo que ha encendido las alarmas en la comunidad odontológica, dado su impacto en la salud dental y el bienestar general de los pequeños. Muchas veces pasando desapercibida, como ya hemos alertado en ocasiones en THE OBJECTIVE.
No obstante, hay una vida mucho más allá de las caries, principal motivo de consulta odontológica con los menores. También, como es lógico, un más allá de los problemas de oclusión. Estos, ya a partir de la preadolescencia, ocupan también buena parte de los quebraderos de cabeza de los padres en cuanto a salud dental.
Hipomineralización molar: qué es y por qué sucede
La hipomineralización molar es un defecto en la formación del esmalte dental que afecta principalmente a los primeros molares permanentes y, en algunos casos, a los incisivos. Se caracteriza por la presencia de opacidades en los dientes que van desde manchas blancas hasta áreas de un color amarillo-marrón, lo que hace que los dientes sean más frágiles y propensos a fracturarse con facilidad. Esta condición se desarrolla durante los primeros años de vida, cuando los dientes permanentes aún están en proceso de formación debajo de las encías.
Aunque las causas específicas de la MIH aún no se comprenden completamente, diversos estudios han identificado factores como enfermedades febriles durante la infancia, el uso de antibióticos y complicaciones prenatales o perinatales como posibles desencadenantes. Además, investigaciones han encontrado una fuerte relación entre la hipomineralización y una mayor propensión a desarrollar caries debido a la porosidad del esmalte afectado, que facilita la acumulación de placa bacteriana.
Esta patología recibe el nombre popular de «dientes de tiza» debido a la apariencia frágil y blanquecina que adquieren los dientes afectados. Al ser más débiles, estos dientes se desgastan o fracturan con mayor facilidad, lo que puede generar dolor e incomodidad al masticar, además de problemas estéticos que afectan la autoestima de los niños. Detectar los síntomas a tiempo es crucial, ya que una intervención temprana puede mitigar las consecuencias graves, como la pérdida dental prematura o infecciones recurrentes en la cavidad bucal.
Cómo evitar los ‘dientes de tiza’ en los niños
La clave para prevenir complicaciones derivadas de la hipomineralización molar está en la detección temprana y el control periódico de la dentición infantil. Según los expertos, las visitas al dentista deben comenzar a una edad temprana, idealmente antes de los tres años. Esto permite que el profesional monitoree el desarrollo de los dientes permanentes y detecte posibles anomalías como la MIH a tiempo. A partir de los seis años, cuando los primeros molares permanentes comienzan a erupcionar, es esencial realizar controles regulares cada seis meses, como advierte la Sociedad Española de Odontopediatría.
Además de la MIH, existen otras patologías que suelen afectar a la dentición de los menores. Entre ellas, destacan las caries, que son muy comunes en la infancia, especialmente si no se siguen buenos hábitos de higiene bucal desde los primeros años. El cepillado diario y el uso de pasta dental con flúor son esenciales para prevenir la aparición de caries, especialmente en los dientes afectados por hipomineralización, que son más vulnerables.
Otra condición que puede afectar a los niños es la fluorosis dental, una alteración en el esmalte provocada por una excesiva exposición al flúor durante el desarrollo de los dientes. Aunque la fluorosis generalmente no provoca dolor, puede tener un impacto estético importante, con la aparición de manchas blancas o marrones en los dientes. Es fundamental un balance adecuado en la ingesta de flúor, ya sea a través del agua, la alimentación o los productos de higiene bucal.