¿Cómo afectan tus amistades de la adolescencia en la vida adulta?
Investigaciones recientes han revelado que no solo el tipo de relaciones que experimentan los jóvenes son determinantes
La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo personal de cada persona y está caracterizada por desafíos emocionales y sociales.
A pesar de las dificultades y la confusión que suelen acompañar este período, las amistades forjadas durante la adolescencia juegan un papel fundamental en la construcción del bienestar a lo largo de la vida.
Investigaciones recientes han revelado que no solo el tipo de amistades que experimentan los adolescentes, sino también el momento en que estas relaciones se forman, es determinante para su bienestar en la vida adulta.
¿Qué dice el estudio?
Un estudio publicado en Frontiers in Developmental Psychology y dirigido por Emily Shah, de la Universidad de Arkansas, arroja luz sobre cómo las relaciones sociales durante la adolescencia influyen en la vida posterior.
Según Shah, «la percepción que tiene un adolescente de la aceptación social que recibe de sus compañeros durante la adolescencia temprana es particularmente influyente para predecir el bienestar en la edad adulta».
Esto sugiere que la forma en que los adolescentes jóvenes se sienten integrados en su entorno social puede afectar su bienestar mental y físico en años posteriores.
En la adolescencia tardía, sin embargo, la calidad de las amistades íntimas cobra mayor importancia. Y es que el valor de estas relaciones cercanas se relaciona con menores niveles de ansiedad social y mejores relaciones románticas en la adultez, según explicó Shah.
Este hallazgo resalta que el desarrollo emocional y social en esta etapa más madura tiene un impacto significativo en el bienestar a largo plazo.
¿Cómo es el impacto de estas relaciones en la edad adulta?
Las relaciones que establecemos con otras personas, especialmente durante la adolescencia, son esenciales para nuestra salud psicológica y física.
Durante esta etapa, las amistades proporcionan apoyo emocional que ayuda a los jóvenes a enfrentar las transiciones estresantes de la vida, como los exámenes escolares, la búsqueda de empleo y la independencia del hogar.
Los cambios hormonales y físicos propios de la pubertad añaden una presión adicional sobre los adolescentes, lo que refuerza la importancia de contar con una red de apoyo social sólida.
El Dr. David Szwedo, de la Universidad James Madison y coautor del estudio, enfatiza que las amistades adolescentes son un escenario clave para desarrollar habilidades sociales.
«Dado que los amigos pueden ir y venir, las amistades son un contexto en el que los adolescentes deben aprender a mantener y hacer crecer sus relaciones o arriesgarse a perderlas», comentó Szwedo.
Estas habilidades adquiridas durante la adolescencia son vitales para la formación de futuras amistades y relaciones románticas estables.
¿Qué impacto tiene esta percepción social?
Uno de los hallazgos más reveladores del estudio es que la aceptación social percibida por los adolescentes es el mejor indicador del bienestar futuro.
Los jóvenes que se sentían socialmente aceptados manifestaron en su adultez menor ansiedad social, mejor salud física y mayor satisfacción en sus relaciones personales y profesionales.
Curiosamente, la simpatía que sus compañeros manifestaban hacia ellos no resultó ser un predictor tan fuerte de su bienestar.
Además, el estudio destaca la importancia de la autopercepción del éxito social en la adolescencia temprana. Y es que los jóvenes que se sienten aceptados por sus padres tienden a desarrollar una mayor confianza social y a evitar problemas de salud mental relacionados con el estrés.
Sin embargo, en la adolescencia tardía, la calidad de las amistades cercanas es lo que predice con mayor precisión la satisfacción emocional y el éxito en la vida adulta.
El rol del entorno en el desarrollo adolescente
A pesar de los valiosos descubrimientos de este estudio, los autores reconocen algunas limitaciones. Una de ellas es que los participantes no asistieron a la escuela durante la pandemia de COVID-19, lo que podría haber afectado sus experiencias sociales y, en consecuencia, su bienestar.
Además, gran parte de los datos se basaron en medidas autoinformadas, lo que sugiere la necesidad de investigaciones futuras que complementen estos datos con observaciones directas.
Emily Shah expresó su deseo de que los adolescentes comprendan que no están solos en esta etapa complicada. «No es fácil ser adolescente en este mundo», afirmó, «pero creo que están haciendo lo mejor que pueden con las herramientas que tienen».
Asimismo, hizo un llamado a los adultos a ser más comprensivos y empáticos con los jóvenes, para ayudarles a navegar este período crucial con mayor apoyo emocional.
Por su parte, el Dr. Szwedo enfatizó la importancia de que los padres y cuidadores se involucren en la vida social de sus hijos adolescentes, no solo preguntando quiénes son sus amigos, sino también indagando si se sienten aceptados socialmente.
Esta interacción puede proporcionar información valiosa sobre su bienestar emocional y social, permitiendo una intervención temprana si fuera necesario.