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¿Dieta o ejercicio? Un estudio analiza qué es más eficaz para prevenir la demencia

En el círculo virtuoso del deterioro cognitivo no todos los factores suman –o restan– por igual

¿Dieta o ejercicio? Un estudio analiza qué es más eficaz para prevenir la demencia

Dos personas maduras practican yoga. | ©Freepik.

Prevenir la demencia es una tarea pendiente en las sociedades occidentales, especialmente cuando se consideran las repercusiones del envejecimiento y la longevidad. El aumento de la esperanza de vida conlleva no solo beneficios, sino también retos importantes en muchos escenarios, desde lo social a lo económico.

Entre ellos, el envejecimiento de la población trae consigo una mayor prevalencia de enfermedades asociadas al deterioro cognitivo. Es aquí donde la demencia aparece como una de las más temidas. Condiciones como el Alzheimer o la demencia vascular no solo tienen un impacto devastador en las familias y pacientes. También generan una presión significativa sobre los sistemas de salud y asistencia social.

Estas enfermedades no solo afectan la calidad de vida de los afectados, sino que también tienen una repercusión económica y social significativa. En España, se estima que más de 800.000 personas sufren algún tipo de demencia. Como es lógico, este número va en aumento debido al envejecimiento de la población. A nivel global, la cifra asciende a 50 millones de personas, y se prevé que en 2050 supere los 150 millones. El coste asociado a la atención de estos pacientes es elevado, tanto a nivel personal como económico, ya que muchas veces se requiere asistencia constante y especializada.

La demencia se caracteriza por una pérdida progresiva de las funciones cognitivas, como la memoria y el razonamiento, afectando actividades cotidianas básicas. Sin embargo, aunque la genética desempeña un papel en la aparición de estas enfermedades, la evidencia científica ha demostrado que existen múltiples factores que pueden prevenir o retrasar su aparición, en especial aquellos relacionados con el estilo de vida.

Cómo se previene la demencia

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El abordaje preventivo para reducir el riesgo de demencia abarca varios aspectos de la vida diaria. Según la investigación científica, tanto la actividad física regular como una dieta equilibrada son fundamentales para el mantenimiento de la salud cognitiva. Un estudio reciente sugiere que el ejercicio regular ayuda a mejorar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que potencia la neurogénesis y refuerza las conexiones neuronales. Este impacto positivo del ejercicio físico en el cerebro ha sido documentado en numerosas investigaciones, destacando la importancia de la actividad aeróbica como caminar, correr o nadar.

Asimismo, la dieta juega un rol clave. Se ha demostrado que una dieta rica en antioxidantes, omega-3, y baja en grasas saturadas está asociada con un menor riesgo de deterioro cognitivo. El patrón alimenticio de la dieta mediterránea, que incluye frutas, verduras, pescado y aceite de oliva, ha sido señalado en estudios como un factor protector contra la aparición de la demencia.

El descanso también juega un papel crucial. Un sueño de calidad contribuye a la eliminación de toxinas acumuladas en el cerebro, proceso esencial para prevenir el deterioro cognitivo. Dormir bien, del que hemos hablado en THE OBJECTIVE, facilita la consolidación de la memoria. También ayuda a reducir los niveles de proteínas beta-amiloides, que se asocian con el desarrollo del Alzheimer.

Por otro lado, las interacciones sociales y el ejercicio mental también son factores protectores. Participar en actividades que estimulen el cerebro, como leer, resolver crucigramas o aprender algo nuevo, junto con mantener relaciones sociales activas, contribuyen a crear nuevas conexiones neuronales y fortalecer las existentes.

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Mantener una actividad mental exigente contribuye a prevenir la aparición de la demencia. ©Freepik.

El círculo virtuoso que se forma al combinar una dieta adecuada, actividad física, descanso adecuado, interacción social y ejercicio mental, parece ser la clave para reducir el riesgo de demencia. Estos hábitos no solo ayudan a mantener un cerebro saludable, sino que además promueven una mejor calidad de vida en general.

¿Deporte o dieta? Qué es más importante

El debate sobre si la dieta o el ejercicio físico es más eficaz para prevenir la demencia no tiene una respuesta definitiva. Un estudio reciente analizó la relación entre estos dos factores y la prevención de la demencia. En este sentido, concluyó que ambos juegan un papel importante, pero no se puede determinar cuál es superior.

Mientras que el ejercicio físico tiene un impacto directo en la función cognitiva al mejorar la circulación cerebral y la plasticidad neuronal, la dieta es crucial para proporcionar los nutrientes esenciales que el cerebro necesita para funcionar correctamente. El estudio indica que, aunque cada uno de estos factores es importante por sí mismo, los mayores beneficios se obtienen cuando se combinan. Las personas que siguen una dieta saludable y realizan ejercicio regularmente tienen un menor riesgo de desarrollar demencia en comparación con aquellas que solo se enfocan en uno de estos aspectos.

No obstante, el estudio comprobó que las personas (de los 9.000 miembros del muestreo) que tenían una mayor actividad física presentaron una tasa de demencia inferior. En este sentido, la investigación, que se extendió durante nueve años y se realizó sobre personas sin demencia y con una edad promedio de 51 años, informó de que en ese período desarrollaron demencia 1.500 de ellos. De tal modo, la capacidad física que se demostró en el estudio redujo el porcentaje de riesgo de desarrollar entre un 5% y un 6%. De tal modo que, a priori, el ejercicio sería más relevante.

En cualquier caso, el estudio tiene flecos que hacen que no se pueda tener totalmente en cuenta. Lo que se explica en él es que, por ejemplo, los hábitos alimentarios solo se analizaron tres días y que la capacidad física solo se midió una vez. Eso quiere decir que los hábitos de los participantes pudieran cambiar a lo largo del estudio. O que solo se dependiera de la información de los sujetos sobre su dieta, por lo que la inexactitud podría ser alta.

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