Un estudio revela el impacto de la comida saludable en el cáncer de mama
Esta enfermedad es la principal causa de muerte entre las mujeres y uno de los tumores más prevalentes
Un reciente estudio español ha arrojado luz sobre el papel crucial que desempeña la alimentación saludable en la calidad de vida de las mujeres que han sobrevivido al cáncer de mama.
La investigación explora la relación entre la adherencia a las recomendaciones de prevención del cáncer emitidas por el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR), y su impacto en el bienestar físico y mental de estas pacientes.
Según los resultados, las mujeres que siguieron con mayor fidelidad estas recomendaciones experimentaron mejoras significativas en su salud física a lo largo del tiempo.
¿Qué pauta el estudio?
El cáncer de mama es la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres y uno de los tumores más prevalentes a nivel mundial.
A pesar de los avances en los tratamientos, los efectos secundarios y el impacto psicológico del diagnóstico afectan considerablemente la calidad de vida de las supervivientes.
Esto ha motivado la búsqueda de estrategias que puedan mejorar el bienestar a largo plazo de estas mujeres.
En este sentido, el WCRF y el AICR han desarrollado 10 recomendaciones para la prevención del cáncer, las cuales incluyen pautas sobre alimentación, actividad física y otros aspectos del estilo de vida.
En 2018, estas entidades actualizaron sus guías, aconsejando a las supervivientes de cáncer que, en la medida de lo posible, adopten las mismas recomendaciones que la población general para mejorar su calidad de vida y reducir el riesgo de recurrencia.
A pesar del aumento de los casos de cáncer de mama y la mejora en la supervivencia, hasta ahora había poca evidencia científica sobre el impacto a largo plazo de seguir estas recomendaciones en la calidad de vida de las supervivientes. El análisis epidemiológico reciente busca cerrar esta brecha.
¿Cuál fue la metodología de la investigación?
El estudio, denominado Health-EpiGEICAM, fue llevado a cabo por investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama, con la financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
Se realizó un seguimiento a 406 mujeres supervivientes de cáncer de mama durante un período de 7 a 12 años después de su diagnóstico.
A lo largo de este tiempo, se recogieron datos sobre sus hábitos alimenticios, niveles de actividad física y calidad de vida, los cuales se evaluaron utilizando el cuestionario SF-36.
Para medir el grado de adherencia a las recomendaciones del WCRF/AICR, se utilizó una escala que variaba de 0 a 7 puntos, dependiendo de cuán fielmente las pacientes seguían las pautas sobre alimentación y estilo de vida.
Los investigadores analizaron la relación entre esta adherencia y los cambios en la calidad de vida física y mental de las mujeres.
¿Cuáles fueron los resultados?
Los resultados, publicados en The Journal of Nutrition, Health and Aging, revelan que las mujeres que seguían más de cerca las recomendaciones en el momento del diagnóstico presentaban una percepción ligeramente mejor de su salud física, con un aumento de 0,78 puntos por cada incremento en la adherencia.
Este aumento, aunque modesto, es significativo porque sugiere que incluso pequeños cambios en la alimentación y el estilo de vida pueden tener efectos positivos en el bienestar.
Además, las mujeres que incrementaron su adherencia a las recomendaciones en los años posteriores al diagnóstico también experimentaron una mejora en su salud física.
Por cada unidad de aumento en la adherencia a lo largo del tiempo, se observó un incremento de 0,73 puntos en la percepción de su bienestar físico.
Estos datos subrayan que adoptar hábitos más saludables no solo tiene efectos inmediatos, sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida a largo plazo.
Sin embargo, el estudio no encontró una relación significativa entre la adherencia a las recomendaciones y el bienestar mental.
Ni en el momento del diagnóstico ni a lo largo del tiempo hubo mejoras apreciables en este ámbito. Esto sugiere que, aunque la alimentación y el ejercicio pueden influir en el estado físico, otros factores como el apoyo psicológico, el entorno social o la atención médica personalizada podrían ser más relevantes para mejorar el estado mental de las supervivientes.
Implicaciones para el futuro
Este estudio pone de manifiesto la importancia de fomentar hábitos de vida saludables entre las mujeres que han sobrevivido al cáncer de mama.
La adopción de una dieta equilibrada y un estilo de vida activo no solo puede mejorar su bienestar físico, sino que también podría ayudar a reducir el riesgo de recurrencia del cáncer y de otras enfermedades crónicas que comparten factores de riesgo comunes, como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.
Dado el creciente número de mujeres que sobreviven al cáncer de mama, los autores del estudio enfatizan la necesidad de promover las recomendaciones del WCRF/AICR como una estrategia clave para mejorar la calidad de vida de estas pacientes a largo plazo.
Asimismo, sugieren que futuras investigaciones deberían centrarse en desarrollar intervenciones integrales que aborden tanto el bienestar físico como el mental de las supervivientes, teniendo en cuenta las necesidades psicológicas y sociales que muchas de ellas experimentan.