Qué es el 'efecto cumpleaños' o por qué hay más probabilidades de morir en esta fecha
¿Broma del destino o macabra casualidad? Sea como fuere, soplar las velas puede ser un auténtico riesgo
La vida y la muerte son, en esencia, impredecibles. Cada jornada parece tener las mismas posibilidades de marcarnos con una despedida inesperada. Sin embargo, hay un fenómeno inquietante que arroja luz sobre una peculiar coincidencia: el día de nuestro cumpleaños podría ser, paradójicamente, uno de los más peligrosos para morir. Este patrón, conocido como el ‘efecto cumpleaños’, ha captado la atención tanto de investigadores como de personas comunes por sus implicaciones emocionales y estadísticas.
La idea de morir en el día que celebramos nuestro nacimiento puede parecer una ironía cruel del destino, pero estudios han documentado esta tendencia. En distintas culturas, y a lo largo de los años, se han identificado casos notables de figuras públicas que fallecieron justo en la fecha en la que iban a sumar un año más. Ejemplos como el del novelista ruso León Tolstói, el conservacionista español Félix Rodríguez de la Fuente y el científico danés Niels Bohr subrayan lo desconcertante de este fenómeno.
Aunque podría considerarse anecdótico, el ‘efecto cumpleaños’ tiene un trasfondo científico que podría refrendar. Su análisis va más allá de la coincidencia, relacionándose con factores que involucran tanto decisiones personales como respuestas fisiológicas y emocionales. Pero, ¿qué hay detrás de esta conexión entre celebrar y despedirnos de la vida?
Qué es el ‘efecto cumpleaños’
El ‘efecto cumpleaños’ describe un fenómeno en el que aumenta la probabilidad de morir en el mismo día que se celebra el nacimiento. Aunque podría pensarse en una simple coincidencia, la ciencia ha demostrado que no lo es. Investigadores han encontrado patrones que sugieren que este día especial puede desencadenar una serie de situaciones que, en conjunto, incrementan el riesgo de fallecimiento. Algo que avala, por ejemplo, este estudio suizo basándose en las estadísticas de cuatro décadas. Tanto como para apreciar que los mayores de 60 años tenían un 13,8% más de probabilidades de morir ese día.
Uno de los factores clave son los excesos. En los cumpleaños, es común que las personas se permitan licencias que no suelen concederse en días normales: comidas copiosas, consumo excesivo de alcohol e incluso celebraciones hasta altas horas. Todo ello puede afectar a personas con problemas de salud preexistentes, desencadenando complicaciones graves como infartos o accidentes cerebrovasculares. Incluso para quienes están sanos, el estrés asociado a los preparativos o la carga emocional puede jugar en contra. Una realidad que comprobó este estudio estadounidense.
Por otro lado, el aumento de desplazamientos en este día contribuye al riesgo. Ya sea para reunirse con amigos y familiares o para realizar actividades especiales, es más probable que las personas se expongan a accidentes de tráfico.
Asimismo, las emociones intensas, tanto positivas como negativas, tienen un impacto demostrado en la salud cardiovascular. La alegría desbordante o la nostalgia profunda pueden generar picos de tensión emocional que afecten al corazón, especialmente en personas mayores. Algo de lo que hemos hablado en otras ocasiones en THE OBJECTIVE, sobre todo en episodios de estrés o ansiedad.
El ‘efecto cumpleaños’, por tanto, es el resultado de una combinación de factores psicológicos, sociales y fisiológicos que, al alinearse en este día concreto, pueden generar un desenlace fatal. Aunque no se trata de una regla general, es un fenómeno lo suficientemente documentado como para tomarlo en serio.
¿La edad importa?
El riesgo asociado al ‘efecto cumpleaños’ no afecta por igual a todas las edades. Según estudios recientes, la probabilidad de morir en el día del cumpleaños aumenta de manera significativa en personas mayores de 60 años. Esto se debe, en parte, a que a medida que envejecemos, nuestro organismo se vuelve más vulnerable a los factores desencadenantes mencionados anteriormente.
Los datos indican que, en personas mayores, las causas más comunes de fallecimiento en cumpleaños están relacionadas con problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Estos eventos, que ya representan una gran proporción de las muertes en este grupo etario, encuentran en los cumpleaños un contexto propicio para manifestarse. Además, la tendencia a celebrar con mayor intensidad puede tener efectos adversos en aquellos cuya salud es más frágil.
En algunos países, el ‘efecto cumpleaños’ incluye otro componente impactante: un patrón suicida vinculado a esta fecha. Datos japoneses sugieren que personas con antecedentes de depresión o ansiedad pueden experimentar una mayor presión emocional en su cumpleaños. La percepción de soledad, el balance negativo de la vida o la sensación de no cumplir con las expectativas personales pueden exacerbar sentimientos de desesperanza, llevándolos a decisiones trágicas.