Los científicos aseguran que si naciste en uno de estos meses vivirás más años
Aunque adoptar hábitos saludables y mantener una actitud positiva también influyen en nuestra esperanza de vida
Científicos aseguran que si naciste en uno de estos meses vivirás más años. | (Canva)
Un reciente estudio científico ha revelado una sorprendente conexión entre el mes de nacimiento y la esperanza de vida. Según los investigadores, las personas nacidas en ciertos meses del año tienen una mayor probabilidad de alcanzar una edad avanzada, superando incluso el promedio de longevidad.
Más allá del mes de nacimiento, lo que realmente importa son las elecciones que hacemos a lo largo de nuestra vida. Adoptar hábitos saludables, cuidar nuestro bienestar emocional y mantener una actitud positiva hacia el envejecimiento son aspectos que podemos controlar para aumentar nuestras posibilidades de vivir una vida larga y plena. Y aunque no podamos elegir nuestro mes de nacimiento, sí podemos trabajar para pasar una vejez lo más saludable posible.
¿Qué dice la ciencia?
Una investigación, realizada por el Colegio de Actuarios de Cataluña y difundida analizó una muestra de 17 millones de casos. Los datos revelaron que las personas nacidas entre los meses de enero y abril tienen más probabilidades de superar los 100 años de vida. Esta correlación se atribuye a una combinación de factores ambientales, biológicos y sociales que influyen en el desarrollo temprano de los individuos.
Por ejemplo, el estudio plantea que el entorno en el que nacemos, incluidas las temperaturas estacionales, los niveles de luz solar y la exposición a ciertas enfermedades durante los primeros meses de vida, podría tener un impacto significativo en la forma en que nuestro cuerpo enfrenta el envejecimiento a lo largo del tiempo.
Motivos de esta afirmación
Una de las principales hipótesis detrás de esta relación es el impacto de la luz solar en la producción de vitamina D. Los bebés nacidos en los primeros meses del año experimentan su etapa inicial de desarrollo en primavera, una época en la que aumenta la exposición a la luz solar. Este fenómeno podría influir positivamente en el fortalecimiento de su sistema inmunológico y en la salud ósea, lo que a largo plazo contribuiría a una vida más longeva.
Otro factor a considerar es la influencia de las enfermedades estacionales. Los nacidos en invierno, por ejemplo, suelen enfrentarse a mayores desafíos durante sus primeros meses de vida debido a la prevalencia de infecciones respiratorias y otros problemas de salud propios de la estación fría. Superar estas dificultades en una etapa temprana podría fortalecer su organismo y hacerlo más fuerte frente a enfermedades a lo largo de su vida.
¿Por qué afectan muchos factores?
A pesar de las conclusiones de este estudio, los científicos advierten que la longevidad es un fenómeno multifactorial. Esto significa que, aunque el mes de nacimiento puede ser un factor interesante, no es determinante. La esperanza de vida también está profundamente influenciada por elementos como la genética, el acceso a la atención médica, la alimentación, el ejercicio físico y los hábitos de vida en general.
Por ejemplo, un estilo de vida saludable puede contrarrestar las posibles desventajas asociadas a nacer de mayo a diciembre. Evitar hábitos nocivos como el tabaquismo, mantener una dieta equilibrada y realizar actividad física regular son factores que, en muchos casos, pesan más que la influencia del mes de nacimiento.
Relación causa-efecto
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para la comprensión de la salud humana y el envejecimiento. Si bien el mes de nacimiento no puede modificarse, comprender su impacto podría ayudarnos a identificar estrategias para mejorar la salud pública. Por ejemplo, las mujeres embarazadas y los recién nacidos podrían beneficiarse de intervenciones específicas basadas en la estación del año, como suplementos de vitamina D en invierno o medidas para proteger a los bebés de infecciones estacionales.
Sin embargo, los investigadores también insisten en que estos resultados deben interpretarse con cautela. Los estudios en este campo no establecen relaciones de causa-efecto definitivas. Además, los avances en la medicina y las mejoras en la calidad de vida podrían disminuir la influencia de los factores estacionales en la esperanza de vida en las próximas generaciones.
