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¿Cómo integrar el arte del Puttering? Descubre el poder de hacer menos y lograr más

En un mundo donde la productividad es el centro de la vida, surge una alternativa que parece contradecir el éxito

¿Cómo integrar el arte del Puttering? Descubre el poder de hacer menos y lograr más

Una mujer haciendo limpieza | Canva

Este concepto anglosajón, aunque poco conocido, ofrece una forma de bienestar emocional a través de pequeñas tareas cotidianas realizadas sin presión.

Inspirado por el principio 80/20 popularizado por Tim Ferriss en La semana laboral de 4 horas, el puttering demuestra que menos puede ser más, incluso en las actividades más simples.

¿Por qué menos es más con este concepto?

Lejos de ser un término oscuro, el puttering se refiere a dedicar tiempo a realizar pequeñas tareas cotidianas de manera relajada y sin un objetivo específico. Ordenar un armario, limpiar una estantería, cuidar el jardín o incluso preparar una comida son ejemplos perfectos.

Lo esencial del puttering es la ausencia de presión o metas concretas, de esta manera e inconscientemente terminas haciendo más en menos tiempo.

No se trata de ser productivo en el sentido tradicional, sino de disfrutar del proceso y permitir que la mente fluya mientras se realiza una actividad sencilla. Esta práctica no solo organiza el espacio físico, sino que también calma el caos mental.

Beneficios psicológicos del Puttering

Aunque puede parecer contradictorio, actividades tan simples como doblar ropa o fregar platos tienen un impacto significativo en el bienestar emocional. Según la psicología, el puttering ofrece una serie de beneficios:

  1. Reducción del estrés: al centrarse en tareas sin presión, el cerebro desconecta de las preocupaciones diarias, disminuyendo los niveles de estrés. Este estado de relajación es clave para la salud mental.
  2. Sensación de logro: completar tareas pequeñas produce una recompensa instantánea en forma de dopamina, conocida como la hormona de la felicidad. Este sentimiento de logro, aunque modesto, refuerza la motivación y el bienestar general.
  3. Fomento de la creatividad: las tareas ligeras permiten que la mente vague, lo que activa procesos creativos. Grandes ideas pueden surgir durante estos momentos de «descanso activo», útiles para resolver problemas o generar nuevas perspectivas.
  4. Mindfulness natural: al realizar tareas sencillas, como cocinar o limpiar, puedes concentrarte en los detalles, reduciendo pensamientos intrusivos sobre el pasado o el futuro. Esto promueve un estado de mindfulness de forma natural, ayudando a mantener la calma y la concentración.

Actividades de Puttering para llevarlo al siguiente nivel

Aunque cualquier tarea sencilla puede servir, hay actividades específicas que maximizan los beneficios del puttering:

  1. Manualidades y arte: dibujar, pintar o realizar cualquier actividad creativa manual fomenta la expresión emocional y libera tensiones acumuladas. Al hacerlo sin expectativas, se potencia una sensación de libertad y flujo creativo.
  2. Limpieza y organización: ordenar espacios como un escritorio o una estantería puede ser una forma efectiva de aliviar el caos mental. Un entorno organizado contribuye a la claridad mental, lo que mejora el enfoque y la productividad.
  3. Jardinería: cuidar plantas es una forma de conectarse con la naturaleza mientras se cultiva paciencia y atención plena. El proceso de cuidar un jardín no solo es relajante, sino que también proporciona una satisfacción única al ver los resultados tangibles.
  4. Cocinar y hornear: preparar recetas sin prisas permite combinar creatividad y relajación. Cocinar no solo tiene un resultado tangible (y delicioso), sino que también promueve una experiencia sensorial que ayuda a desconectar.
Limpieza y organización

¿Cómo integrar el Puttering en tu vida?

Adoptar el puttering en tu vida no exige un cambio radical, sino una forma distinta de abordar las tareas cotidianas. Disfruta del proceso y no en la búsqueda del resultado perfecto.

  1. Elige una tarea simple que hayas pospuesto: comienza por identificar aquellas pequeñas tareas que llevas tiempo postergando. Una vez que elijas tu tarea, dedica tiempo a prepararte para disfrutarla. Por ejemplo, si decides ordenar tu armario, vacía un espacio cómodo, ten a mano cajas o bolsas y permítete ir a tu ritmo.
  2. Dedícate a la tarea sin prisa ni expectativas de perfección: la clave del puttering es liberar la mente de la presión por cumplir estándares altos o de terminar rápido. Si estás limpiando, no te preocupes por que cada rincón quede impecable.
  3. Usa el tiempo para desconectar: haz de este momento una pausa para recargar tu energía mental. Escucha música relajante, pon un podcast inspirador o incluso disfruta del sonido del silencio. Estas actividades pueden ayudarte a desconectarte del estrés diario y a entrar en un estado de calma.
  4. Recuerda que el objetivo no es el resultado, sino el proceso: cambia tu perspectiva sobre las tareas cotidianas. No te enfoques en «terminar» o en que el resultado sea impecable; concéntrate en disfrutar cada movimiento, cada detalle.
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