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Un cardiólogo alerta de que comer galletas en el desayuno se relacionan con ictus y cáncer

Aunque los alimentos ultraprocesados son económicos y aparentemente inofensivos, su consumo tiene consecuencias

Un cardiólogo alerta de que comer galletas en el desayuno se relacionan con ictus y cáncer

Galletas | Canva

Un cardiólogo ha lanzado una seria advertencia sobre un hábito alimenticio muy común: el consumo de galletas. Aunque pueden parecer una opción rápida y sencilla para empezar el día, recientes investigaciones han vinculado su ingesta regular con un mayor riesgo de padecer problemas graves de salud, como ictus y ciertos tipos de cáncer.

Esta alarma pone en el punto de mira a los alimentos ultraprocesados y nos invita a reflexionar sobre el impacto de nuestras decisiones alimentarias en nuestra salud a largo plazo.

¿Qué son los alimentos ultraprocesados?

Los alimentos ultraprocesados han pasado de ser una opción ocasional a convertirse en un elemento habitual en las despensas de los hogares españoles.

Bollería, pizzas industriales, refrescos, salsas y snacks ocupan cada vez más espacio en los supermercados, rivalizando con los alimentos frescos como frutas, verduras y carnes.

Aunque su comodidad y precio accesible los hacen atractivos, su consumo frecuente plantea serias preocupaciones para la salud.

Son productos industrializados que contienen múltiples ingredientes y aditivos, como conservantes, saborizantes, colorantes, aglutinantes y potenciadores del sabor como el glutamato monosódico.

Estos alimentos se diseñan para ser atractivos al paladar y convenientes, pero a menudo carecen de valor nutricional real. Según el cardiólogo y experto en salud José Abellán, estos productos «hackean» los sistemas del gusto y la saciedad, induciendo al consumo excesivo y desregulando los mecanismos naturales del cuerpo.

Galletas

Consecuencias del consumo excesivo

El consumo habitual de ultraprocesados está relacionado con una serie de efectos negativos para la salud:

  1. Impacto metabólico: los picos de glucosa que generan estos alimentos fuerzan al cuerpo a almacenarlos como grasa. Esto puede provocar resistencia a la insulina, obesidad y enfermedades inflamatorias crónicas.
  2. Riesgos cardiovasculares: el almacenamiento de grasa proinflamatoria incrementa el riesgo de problemas cardiovasculares como infartos o hipertensión.
  3. Sistema inmune debilitado: la inflamación constante afecta negativamente al sistema inmunológico, haciéndolo menos eficiente en la lucha contra enfermedades.
  4. Problemas mentales: estudios han señalado una conexión entre el consumo de ultraprocesados y una mayor prevalencia de trastornos como la ansiedad y la depresión.

¿Por qué son tan accesibles?

Una de las razones por las que estos productos son tan populares radica en su bajo coste y amplia disponibilidad. Su fabricación utiliza ingredientes de baja calidad, a menudo provenientes de países en vías de desarrollo, lo que reduce significativamente los costes de producción.

Además, requieren poca o ninguna preparación, lo que los hace ideales para estilos de vida acelerados. A esto se suma un marketing agresivo y atractivo que fomenta su consumo, especialmente entre los más jóvenes.

Evidencia científica: riesgos comprobados

Un estudio reciente publicado en el British Medical Journal (BMJ) analizó los efectos de los ultraprocesados en la salud a partir de 45 investigaciones realizadas en varios países con una muestra total de 9,8 millones de participantes.

Los resultados fueron contundentes: consumir estos alimentos aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes tipo 2, obesidad y problemas de salud mental.

En regiones como Estados Unidos y el Reino Unido, más del 50 % de la ingesta calórica diaria proviene de ultraprocesados, lo que agrava la situación.

Cómo reducir su consumo

Reducir el impacto de los ultraprocesados en la dieta no requiere medidas extremas, pero sí implica un cambio consciente en los hábitos alimenticios:

  • Opta por alimentos frescos: prioriza frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y proteínas magras.
  • Cocina en casa: preparar tus comidas te permite controlar los ingredientes y evitar aditivos innecesarios.
  • Lee las etiquetas: evita productos con largas listas de ingredientes, especialmente aquellos que contienen nombres difíciles de pronunciar o números E (aditivos).
  • Planifica tus comidas: tener un menú semanal te ayudará a evitar la tentación de recurrir a opciones rápidas y poco saludables.
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