Expertos españoles identifican una de las causas del colesterol alto desde el nacimiento
Este conocimiento abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas dirigidas a mejorar la calidad de vida

Colesterol | Canva
La hipercolesterolemia familiar (HF) es una enfermedad genética que afecta aproximadamente a una de cada 200 o 300 personas. Esta condición se caracteriza por niveles elevados de colesterol de baja densidad (LDL), conocido comúnmente como «colesterol malo», desde el nacimiento, lo que incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como infartos de miocardio, a edades tempranas.
Un estudio reciente, liderado por la investigadora Vicenta Llorente Cortés del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona del CSIC (IIBB-CSIC) y del CIBERCV, junto con Valérie Samouillan de la Universidad Toulouse Paul Sabatier, ha arrojado luz sobre una de las causas subyacentes de esta afección. La investigación, publicada en el Journal of Lipid Research, se centró en la estructura de la proteína Apolipoproteína B100 (ApoB100), componente principal de las partículas de LDL, y su papel en la formación de placas ateroscleróticas en pacientes con HF.
¿En qué consistió el estudio?
La ApoB100 es una proteína clave en el funcionamiento del colesterol LDL, también conocido como «colesterol malo». Su papel es ayudar a que las partículas de LDL se unan a los receptores de las células, lo que permite su eliminación del torrente sanguíneo. Cuando esta proteína funciona correctamente, los niveles de colesterol se mantienen bajo control. Sin embargo, en personas con hipercolesterolemia familiar (HF), se han detectado cambios en la estructura de la ApoB100 que dificultan su trabajo.
El estudio analizó muestras de 35 personas con HF y 29 sin la enfermedad encontró que la ApoB100 en los pacientes con HF es más rígida y pequeña. Este problema parece deberse a un mayor contenido de colesterol en las partículas de LDL, lo que hace que la proteína pierda flexibilidad. Como resultado, las partículas de colesterol LDL tienden a pegarse entre sí y a acumularse en las paredes de las arterias en lugar de ser eliminadas del cuerpo de manera eficiente.

Este proceso facilita la formación de placas en las arterias (aterosclerosis), lo que las endurece y estrecha, aumentando el riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular. Además, como la LDL no se elimina correctamente, permanece más tiempo en la sangre, agravando aún más el problema. Este descubrimiento no solo ayuda a entender mejor cómo la HF provoca el aumento del colesterol, sino que también abre nuevas oportunidades para mejorar los tratamientos. Ahora los científicos pueden buscar formas de modificar la estructura de la ApoB100 para evitar que las LDL se acumulen, lo que podría ayudar a reducir el riesgo cardiovascular en estos pacientes.
Implicaciones clínicas y futuras terapias
Además, este descubrimiento abre la puerta a enfoques terapéuticos personalizados que podrían adaptarse a las características específicas de cada paciente con hipercolesterolemia familiar. La rigidez estructural de la ApoB100 podría convertirse en un biomarcador clave para predecir la progresión de la enfermedad y determinar qué pacientes podrían beneficiarse más de determinadas intervenciones. Investigaciones futuras podrían centrarse en el diseño de fármacos que actúen directamente sobre la ApoB100 para modular su estructura y reducir su tendencia a la agregación, disminuyendo así el riesgo de aterosclerosis.
Asimismo, la terapia génica o la edición genética mediante tecnologías como CRISPR podrían representar soluciones prometedoras a largo plazo, permitiendo corregir la alteración genética subyacente en la HF y restaurar la función normal de la ApoB100 desde su síntesis. Estos avances no solo mejorarían la calidad de vida de los pacientes, sino que también contribuirían a una reducción significativa de la incidencia de enfermedades cardiovasculares asociadas a la hipercolesterolemia familiar.
Importancia de la investigación multidisciplinaria
Este estudio destaca la relevancia de la colaboración entre múltiples centros de investigación para abordar problemas complejos de salud. Participaron diez centros de investigación de España y Francia, incluyendo el IIBB-CSIC, el CIBERCV, el Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB-CSIC), el Institut de Recerca Sant Pau (IR Sant Pau), la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el Instituto CIRIMAT de Toulouse y el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Esta colaboración multidisciplinaria permitió combinar conocimientos en biomedicina, biofísica y ciencia de materiales para desentrañar el papel de la ApoB100 en la HF, ejemplificando cómo la ciencia colaborativa puede conducir a descubrimientos significativos con potencial impacto clínico.