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Pablo Ojeda, nutricionista: «El 93% de la miel que compramos en España es azúcar»

Existen ciertos productos que, aunque se presentan como saludables, siguen siendo fuentes que afectan a la salud

Pablo Ojeda, nutricionista: «El 93% de la miel que compramos en España es azúcar»

Miel en España | Canva

En los últimos años, los españoles hemos empezado a prestar más atención a los efectos perjudiciales del azúcar en nuestra salud, especialmente debido al incremento de enfermedades como la obesidad, la diabetes y los trastornos cardiovasculares. Esta creciente preocupación ha impulsado a muchos a buscar alternativas más saludables para endulzar sus alimentos y bebidas. Edulcorantes como la sacarina, la stevia y el eritritol se han popularizado, pero una reciente advertencia de un nutricionista sobre la miel podría hacernos cuestionar si realmente estamos eligiendo las opciones más beneficiosas. ¿Estamos tomando las decisiones adecuadas?

Edulcorantes sin calorías

Los edulcorantes sin calorías, como la sacarina o la stevia, se han posicionado como los favoritos para quienes desean endulzar sin añadir calorías a su dieta. La stevia, un edulcorante natural extraído de la planta Stevia rebaudiana, ha sido especialmente valorada por su origen natural. Sin embargo, aunque no contienen calorías, los últimos estudios apuntan a que estos edulcorantes pueden tener un impacto en nuestra salud intestinal. El eritritol, por ejemplo, se encuentra en muchos productos sin azúcar, pero algunos estudios sugieren que, aunque no contiene calorías, puede alterar la microbiota intestinal al no ser completamente metabolizado por nuestro organismo. De forma similar, el aspartamo, otro edulcorante artificial, ha sido objeto de controversia durante años debido a sus posibles efectos adversos, aunque las autoridades sanitarias lo consideran seguro en las cantidades permitidas.

Miel, azúcar moreno o azúcar integral

Al margen de los edulcorantes artificiales y naturales, existen otros productos que, aunque no son azúcar blanco, provienen de fuentes más naturales. La miel, el azúcar moreno y el azúcar integral se han posicionado como opciones más saludables, pero es importante comprender qué contienen realmente. El nutricionista Pablo Ojeda, en el programa Las mañanas Kiss de la cadena Kiss FM, advierte que estos productos, aunque a menudo se presentan como más saludables, siguen siendo básicamente azúcar. «Aunque pongas miel, azúcar moreno o azúcar integral, sigue siendo azúcar», asegura. La miel, aunque contiene algunos minerales y antioxidantes beneficiosos, está compuesta en su mayoría por azúcares simples. De hecho, alrededor del 93% de la miel es azúcar, lo que la convierte en una opción igualmente calórica y capaz de afectar nuestro metabolismo de manera similar al azúcar blanco.

A pesar de las propiedades adicionales de la miel, como su capacidad para aportar algunos nutrientes beneficiosos, no debemos engañarnos pensando que es un remedio milagroso. Por ejemplo, se ha atribuido a la miel propiedades curativas para los resfriados o infecciones respiratorias, pero la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha desmentido estas afirmaciones, confirmando que no existen evidencias científicas que demuestren estos efectos. Por lo tanto, aunque la miel pueda calmar la garganta o ser un alimento delicioso, no debemos caer en la tentación de usarla con menos moderación bajo la creencia de que es un producto más sano.

Miel

El efecto HALO: la falsa sensación de seguridad

Otro aspecto relevante que destaca Ojeda es el efecto HALO. Este término hace referencia a la falsa sensación de seguridad que nos puede generar el consumo de productos que creemos saludables, como la miel o el azúcar moreno. «Como es miel, como es panela, azúcar moreno…», explica Ojeda, «es azúcar». La falsa percepción de que estos productos son inofensivos puede llevar a un consumo excesivo, aumentando el riesgo de sobrepasar las cantidades recomendadas de azúcares en la dieta. El efecto HALO nos hace sentir que, al elegir una alternativa aparentemente más natural o menos procesada, estamos tomando una decisión saludable. Sin embargo, la verdad es que el exceso de estos azúcares sigue teniendo el mismo impacto en la salud que el azúcar refinado, especialmente cuando se consumen en grandes cantidades.

Alternativas realmente saludables

Afortunadamente, no estamos condenados a vivir sin sabor dulce si queremos cuidar nuestra salud. Aunque la mejor opción es reducir el consumo de azúcares en general, existen alternativas que pueden satisfacer nuestra necesidad de dulzor sin comprometer la salud. Una de las soluciones más simples y naturales es reeducar nuestro sentido del gusto. Si dejamos de añadir azúcar al café o a otras bebidas, con el tiempo nos acostumbramos a los sabores más naturales y menos dulces. Para aquellos que buscan algo dulce en su dieta, las frutas son una excelente alternativa. Los plátanos, las manzanas o las peras tienen azúcares naturales que proporcionan dulzura sin los efectos negativos de los azúcares procesados. Además, estos alimentos contienen fibra, vitaminas y minerales que son beneficiosos para el organismo. Otra opción son los frutos secos, que también tienen un sabor naturalmente dulce y contienen azúcares complejos que se metabolizan más lentamente.

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