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Pablo Ojeda desmonta el mito: las aceitunas no engordan y son un probiótico natural

Una microbiota intestinal equilibrada no solo mejora la digestión, sino que también protege frente a enfermedades

Pablo Ojeda desmonta el mito: las aceitunas no engordan y son un probiótico natural

Aceitunas | Canva

Durante años, las aceitunas han sido injustamente relegadas en muchas dietas por su aparente aporte calórico y su contenido en grasas. Sin embargo, esta visión está empezando a cambiar gracias a los avances en la ciencia de la nutrición y a expertos como el nutricionista Pablo Ojeda, quien recientemente ha destacado un aspecto sorprendente de este fruto milenario: su capacidad para actuar como un probiótico natural, contribuyendo activamente a la salud intestinal.

Para entender esta afirmación, es necesario adentrarse en el fascinante mundo de la microbiota intestinal, ese complejo ecosistema compuesto por billones de microorganismos —principalmente bacterias, pero también virus, hongos y arqueas— que habita en nuestro intestino. Lejos de ser una simple comunidad microbiana pasiva, la microbiota participa en funciones vitales para el organismo: regula la digestión, protege contra patógenos, influye en el sistema inmunológico, participa en la síntesis de vitaminas como la K y algunas del grupo B, e incluso modula nuestro estado de ánimo y comportamiento. Tanto es así que la comunidad científica ya la considera un auténtico órgano por derecho propio, dadas sus múltiples funciones y su impacto directo en la salud general.

La alimentación también tiene un poder terapéutico enorme. Incluir alimentos fermentados, ricos en fibra, prebióticos y probióticos puede ayudar a restaurar y mantener la diversidad y el equilibrio de la microbiota intestinal. En este contexto, las aceitunas —especialmente las fermentadas de forma natural— han cobrado protagonismo. Además de ser ricas en antioxidantes, ácidos grasos monoinsaturados y compuestos fenólicos, las aceitunas fermentadas albergan microorganismos beneficiosos que actúan como probióticos, ayudando a repoblar y mantener saludable el ecosistema intestinal.

Diferentes variedades de aceitunas aliñadas listas para comer. | Pxhere
Diferentes variedades de aceitunas aliñadas listas para comer. | Pxhere

¿Cómo actúa es probiótico natural?

El nutricionista Pablo Ojeda señala que las aceitunas favorecen la digestión gracias a su contenido en probióticos, que son microorganismos vivos que, al ser ingeridos en cantidades adecuadas, aportan beneficios a la salud del huésped. El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) también respalda esta afirmación, indicando que los probióticos ayudan a mantener el equilibrio de la flora intestinal, mejorar el tránsito digestivo, favorecer la absorción de minerales como el calcio y combatir alteraciones como la diarrea o el estreñimiento.

¿Todas las aceitunas son buenas para la microbiota?

Pablo Ojeda advierte que solo las fermentadas en salmuera natural conservan estos beneficios, pero incluso estas pueden perder sus microorganismos vivos si han sido sometidas a procesos de pasteurización. Para elegir bien, el especialista sugiere tener en cuenta tres claves:

  1. Leer la etiqueta: asegúrate de que el proceso de conservación sea mediante fermentación en salmuera.
  2. Evitar conservantes y acidificantes artificiales: ya que alteran la calidad del alimento y afectan a los probióticos.
  3. Observar el líquido del envase: si las aceitunas están refrigeradas y el líquido se ve “turbio”, es una buena señal: indica la presencia activa de microorganismos beneficiosos.

Otros alimentos que ayudan a tu microbiota

Aunque las aceitunas son una gran opción, también existen otros alimentos fermentados que ayudan a mantener una microbiota saludable:

  • Yogur natural (sin azúcares añadidos)
  • Kéfir
  • Chucrut (col fermentada)
  • Kimchi (fermentado coreano)
  • Miso y tempeh (fermentados de la cocina asiática)
  • Pan de masa madre
  • Vinagre de manzana sin filtrar

Además, la fibra es el alimento preferido de los probióticos, por lo que se recomienda consumir frutas, verduras, legumbres y cereales integrales a diario para “alimentar” adecuadamente a estas bacterias beneficiosas.

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