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¿Sabías que tu salud bucal puede afectar a tu corazón? Consejos del cardiólogo Jeremy London

Este pequeño gesto frente al espejo puede marcar la diferencia entre una vida sana y problemas cardíacos evitables

¿Sabías que tu salud bucal puede afectar a tu corazón? Consejos del cardiólogo Jeremy London

Higiene dental | Canva

Lavarse los dientes es uno de los hábitos más repetidos —y más automáticos— del día a día. Desde la infancia, se nos inculca la importancia de mantener una dentadura sana, limpia y fuerte. Sin embargo, detrás de este gesto cotidiano se esconde mucho más que una simple cuestión estética: la salud bucodental está directamente relacionada con el bienestar general del organismo. Y, aunque sorprenda, también puede influir en la salud del corazón.

Salud dental y cardiovascular

Existe una cierta evidencia científica que apunta a una estrecha relación entre las enfermedades periodontales y el riesgo cardiovascular. Así lo explica el cardiólogo Jeremy London, quien a través de sus redes sociales se ha convertido en un divulgador habitual de consejos para cuidar el corazón. En uno de sus vídeos virales, London lanza una afirmación contundente: «Cepillarse los dientes y usar hilo dental cada día puede reducir el riesgo de infarto hasta en un 12%».

De la encía inflamada a la arteria obstruida

La explicación médica detrás de esta conexión tiene lógica. Una infección crónica en las encías permite que bacterias y toxinas entren en el torrente sanguíneo, generando una inflamación sistémica. Esta inflamación es uno de los factores que puede contribuir a la formación de placas en las arterias, favoreciendo la aparición de enfermedades cardiovasculares como la arteriosclerosis o el infarto de miocardio. El cardiólogo no es el único experto en señalar este vínculo. Numerosos estudios publicados en revistas médicas de prestigio, como The Journal of Periodontology o Circulation, han alertado sobre el impacto que una mala higiene bucodental puede tener en el sistema cardiovascular, especialmente en personas con factores de riesgo previos.

¿Cuántas veces hay que lavarse los dientes al día?

La recomendación parece simple, pero encierra una importancia vital: lavarse los dientes al menos dos veces al día, preferentemente por la mañana y antes de dormir. Así lo aconsejan la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como la mayoría de las asociaciones odontológicas del mundo, entre ellas la Asociación Dental Americana (ADA) y el Consejo General de Dentistas de España. Sin embargo, la frecuencia ideal puede variar según los hábitos alimenticios, el estilo de vida y la condición bucodental de cada persona.

En términos generales, la fórmula más aceptada es la de dos cepillados diarios como mínimo, y tres como ideal, especialmente si se realiza uno después de la comida del mediodía. Este tercer cepillado no siempre es posible para quienes pasan muchas horas fuera de casa, pero cada vez más personas lo incorporan a su rutina llevando su kit de higiene dental al trabajo o a la universidad. No se trata solo de evitar caries o eliminar restos de comida. El cepillado frecuente —acompañado del uso de hilo dental y enjuague bucal— es clave para prevenir enfermedades periodontales.

Cepillarse los dientes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lavarse los dientes al menos dos veces al día

Además, los expertos coinciden en otro punto crucial: no solo importa la cantidad de veces, sino también cómo se realiza el cepillado. Un cepillado rápido o mal ejecutado puede ser tan ineficaz como no cepillarse. La técnica, el tipo de cepillo, la duración (al menos dos minutos), y la calidad del dentífrico también influyen directamente en la eficacia del hábito.

Un hábito cotidiano que salva vidas

La escena es habitual en oficinas, talleres y todo tipo de entornos laborales: muchas personas, por cuestiones de horario o por la falta de tiempo para regresar a casa a mediodía, optan por llevar su cepillo de dientes al trabajo. Esta práctica, que en apariencia responde únicamente a razones de higiene básica o cortesía social, en realidad encierra un valor mucho más profundo y, en muchos casos, subestimado. Por eso, ese gesto aparentemente sencillo, en realidad, es una acción preventiva. La ciencia es contundente: cuidar la boca no solo previene caries o problemas de encías, también ayuda a proteger órganos vitales.

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