El oncólogo Silvio Garattini: «El 40% de los cánceres se deben a nuestro estilo de vida»
Modificar nuestros hábitos no solo puede proteger nuestra salud, también puede preservar el sistema sanitario

Silvio Garattini | Redes Sociales
A sus 96 años, el oncólogo y farmacólogo italiano Silvio Garattini continúa siendo una de las voces más autorizadas en el ámbito de la salud pública. Fundador del Instituto de Investigaciones Farmacológicas Mario Negri, Garattini no solo representa el rigor científico, sino también una postura firme frente a lo que él considera una peligrosa desviación de nuestra comprensión de la medicina: hemos dejado de priorizar la prevención para rendirnos a los intereses del mercado.
En una época marcada por avances médicos sin precedentes, sorprende que, según datos de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), entre el 30% y el 50% de los casos de cáncer podrían evitarse eliminando factores de riesgo conocidos. Garattini va más allá: asegura que el 40% de los tumores está directamente relacionado con hábitos cotidianos que podríamos modificar.
¿La medicina como negocio de intereses?
«Sabemos perfectamente lo que deberíamos hacer, pero no lo hacemos», advierte Garattini. El tabaco, el alcohol, el sedentarismo, la mala alimentación, la obesidad o incluso ciertas infecciones están detrás de buena parte de los millones de diagnósticos oncológicos que se registran cada año en todo el mundo. Frente a esta realidad, la respuesta de la sociedad parece seguir un patrón de inercia, alimentado, en parte, por un sistema que refuerza la idea de que todo puede curarse con una pastilla. Para el científico italiano, esta mentalidad ha convertido la medicina en un negocio con intereses que van más allá de la salud pública. «El mercado ha logrado monopolizar la información. Nos llega a través de campañas, de publicidad, de mensajes constantes que distorsionan la percepción real de lo que necesitamo», denuncia.
Garattini también lanza una crítica directa al fenómeno de la medicalización creciente. En su opinión, muchas personas se han acostumbrado a recurrir a los fármacos como primera respuesta, incluso cuando no son necesarios. «Yo solo tomo lo estrictamente imprescindible, cuando es necesario y con mucha cautela», subraya. Un caso emblemático es, según él, el del colesterol. «Durante décadas, el nivel considerado normal era de 240 mg/dl. Con la llegada de las estatinas, esa cifra empezó a reducirse. Hoy se considera que cuanto más bajo, mejor. Pero un colesterol demasiado bajo también genera problemas celulares. Esto no es medicina, es mercado», afirma.

Prevenir antes que curar
Frente a esta lógica mercantil, Garattini insiste en recuperar el enfoque preventivo como pilar de la medicina. No solo para evitar enfermedades como el cáncer, sino también otras patologías crónicas como la diabetes tipo 2, que afecta a más de cuatro millones de personas en Italia y representa una carga creciente para el sistema de salud. «Muchas enfermedades no caen del cielo. Son consecuencia directa de cómo vivimos», insiste. Por eso, propone volver a lo básico: adoptar hábitos saludables como una dieta equilibrada, la actividad física regular, el abandono del tabaco y el alcohol, dormir al menos siete horas, mantener vínculos sociales y reducir el estrés. «No hay secretos. Sabemos lo que debemos hacer, pero no lo hacemos. Y eso tiene un coste, tanto individual como colectivo», sentencia.

Un llamamiento a la responsabilidad colectiva
Para Garattini, apostar por la prevención no es solo un gesto de cuidado personal, es también una forma de solidaridad. Menos enfermedades prevenibles suponen menos presión para los sistemas públicos, lo que permite destinar más recursos a quienes realmente los necesitan. «Si viviéramos de forma más saludable, iríamos menos al médico, tomaríamos menos fármacos y contribuiríamos al sostenimiento del sistema sanitario para quienes sí requieren tratamientos que no pueden evitarse», concluye. Su mensaje es claro: cambiar nuestro estilo de vida no solo puede salvarnos, también puede salvar el modelo de salud pública que, como advierte, está en riesgo si no actuamos a tiempo.