Por qué no consigues mantener tus hábitos saludables (y cinco consejos para lograrlo)

Han pasado algo más de dos meses desde Año Nuevo, fecha clave en la que la mayoría de nosotros nos propusimos retos, propósitos y hábitos saludables. Que si dejar de fumar, que si ir al gimnasio, que si comer de forma sana, que si… ¿Y qué ha pasado, lector? Pues que, efectivamente, la mayoría no los hemos cumplido y la minoría ni siquiera hemos intentado hacerlo.

El tema de mantener los hábitos saludables que nos hemos puesto es harto complicado, como te has podido dar cuenta en tu propia carne. Sobre todo en días malos, regulares o no muy buenos. Esto es, llegas un martes a casa después de un horrible día de trabajo y te habías propuesto cenar verduras y no beber alcohol entre semana. Pero te sientes demasiado cansado con la vida (en especial con la tuya) para cumplirlo, así que mandas todo al carajo, te abres una cerveza y sacas la longaniza.

El problema de esto es que genera un beneficio inmediato pero un coste emocional elevado. No cumplir con tu propio propósito no solo hace que no puedas instaurar el hábito, sino que además te «provoca sentimientos de vergüenza y culpa porque sabes que este hábito no es bueno para ti. Sería más beneficioso si concluyeras el día con una caminata ligera, una breve meditación o hablar con un ser querido», asegura el psiquiatra Dimitrios Tsatiris, de la Universidad Médica del Noreste de Ohio, en Psychology Today.

¿Por qué es tan difícil mantener hábitos saludables?

«Sabes que el ejercicio, llevar un diario, pasar tiempo con tus seres queridos y meditar benefician tu salud física y mental. Sin embargo, es muy fácil caer en vicios poco saludables como comer comida basura, beber alcohol y ver la televisión por la noche. ¿Por qué es tan difícil mantener hábitos saludables?», se pregunta Tsatiris.

La verdad es que no estás solo. La mayoría de los propósitos de Año Nuevo se abandonan después de tres meses. Y aunque los hábitos saludables son bien intencionados, «es difícil mantenerlos porque requieren cierto grado de esfuerzo y fuerza de voluntad. Reunir energía y disciplina para hacer ejercicio, escribir un diario o meditar puede parecer insuperable cuando estás agotado al final de un día laboral».

Además, «los hábitos saludables no producen beneficios inmediatos. No experimentarás la euforia de la euforia de un corredor a los pocos minutos de correr. Tampoco descubrirás una profunda sensación de paz interior después de tu primera sesión de meditación. Comer ese aguacate no mejorará drásticamente tu salud física. Por el contrario, es más probable que experimentes cierta incomodidad inicial mientras empujas tu cuerpo y tu mente a través de un territorio desconocido».

De hecho, «la naturaleza humana se empeña en seguir el camino de menor resistencia, especialmente cuando estás cansado».  Así que «si no perfeccionas intencional y constantemente hábitos saludables, automáticamente caerá en los que no son saludables. Los comportamientos problemáticos como el consumo de alcohol y sustancias, la comida basura y el tiempo excesivo frente a la pantalla llenarán el vacío (…) y calmarán instantáneamente los sentimientos de irritabilidad, tristeza o ansiedad reprimidos durante el día».

Sin embargo, hay un problema: «Los hábitos poco saludables, en última instancia, tienen un coste para tu salud física, mental y social. Son el equivalente a bajar por una pendiente resbaladiza sin final a la vista. Es por eso que necesitas hábitos saludables que sirvan como ancla para afrontar los desafíos de la vida. Es la práctica constante de hábitos saludables a lo largo del tiempo lo que conduce a resultados positivos», sentencia el psiquiatra.

Cómo lograr cumplir con nuestros propósitos y metas

Para obtener los beneficios de los hábitos saludables se requiere cierta fuerza de voluntad, que es la capacidad de resistir las tentaciones a corto plazo para obtener beneficios a largo plazo. Sin embargo, la fuerza de voluntad no es suficiente. También se necesitan sistemas que ayuden a mantener los hábitos saludables. A continuación, el experto ofrece cinco consejos que te ayudarán a mantener tus buenos hábitos:

• Dile adiós a la perfección: «A menudo nos cuesta mantener nuevos hábitos porque ponemos el listón en expectativas poco realistas. No permitas que el perfeccionismo se interponga en su camino hacia el progreso».
• Encuentra tu «por qué»: «Retrasar la gratificación instantánea es difícil si no está conectada con un propósito superior. Es más probable que mantengas un nuevo comportamiento si está relacionado con algo importante para ti».
• Incrementa tu sistema de apoyo: «Establecer un nuevo comportamiento es más fácil cuando tus seres queridos te apoyan. Por ejemplo, puede resultar difícil abstenerse del alcohol o de la comida basura si abunda en casa y se consume delante de ti».
• Póntelo fácil: «Es difícil seguir con un nuevo hábito si es demasiado doloroso o difícil. (…) Trata de mantener su nuevo hábito ligero. En lugar de centrarte en los resultados, concéntrate en disfrutar del nuevo comportamiento. Esto hace que sea más probable que lo esperes con ansias».
• Sé paciente y amable contigo mismo: «Desarrollar un nuevo hábito puede llevar meses . Sé paciente y realista contigo mismo. Practica la autocompasión cuando experimentes deficiencias en el camino. Castigarte te genera dolor emocional que aumenta las probabilidades de que caigas en viejos vicios».

Estrategias para crear un hábito

¿Y cómo podemos crear un nuevo hábito de forma exitosa? Ana García Gutiérrez, profesora titular de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid, ofrece estos consejos en The Conversation:

• Fija objetivos realistas y diferencie entre pequeños refuerzos diarios y la recompensa final. Así podrás disfrutar de moderados beneficios a corto plazo en lugar de estar ansioso por no alcanzar rápidamente la gran meta.
• Crear un hábito depende de ti. «Si te sientes obligado o no te convencen sus beneficios, te resultará más fácil desistir».
• Equilibra el balance de realidad Vs. expectativas. «Si esperas demasiado y obtienes beneficios modestos, podrías frustrarte y abandonar. El simple disfrute del proceso te protegerá de las temibles resistencias psicológicas».
• Enfréntate a lo desconocido con apertura de miras, sin juicio previo, sosteniendo la incomodidad de una nueva experiencia. Cambiar requiere esfuerzo.
• El contexto es tu aliado. «Repetir una conducta en el mismo entorno ayuda a fortalecerla. Para ello elige un momento en el que te encuentres activo y disponlo todo para que practicar sea algo accesible, fácil y agradable.

En definitiva, «recuerda que el interés, la motivación y el contexto serán tus mejores aliados para crear un nuevo hábito», finaliza la experta. ¡Ánimo!