Rafael Santandreu, a sus 55 años, enseña cómo saber cuál es «el mejor momento de tu vida»
Un mensaje inspirador que resuena en quienes están replanteándose qué significa realmente tener éxito

Etapas de la vida. | Canva pro
Muchos idealizan la infancia como un paraíso perdido, otros se aferran a la juventud como el cénit de la existencia. Pero para Rafael Santandreu, reconocido psicólogo y divulgador, la mejor etapa de la vida no tiene que ver con la edad, sino con un cambio profundo en la forma de pensar. A sus 55 años, lo tiene claro: «El mejor momento de tu vida solo lo sabrás cuando respires calma». En una sociedad donde el tiempo corre y la presión por lograr, tener y aparentar se vuelve cada vez más intensa, Santandreu plantea una idea contraintuitiva, pero poderosa: la plenitud no está en el pasado ni en un ideal futuro, sino en ese instante en que dejamos de pelear con la realidad y empezamos a valorarla.
Pensar bien: la clave para vivir mejor
Santandreu, autor de éxitos como El arte de no amargarse la vida o Nada es tan terrible, lleva años defendiendo una psicología práctica, alejada del victimismo y centrada en la fortaleza emocional. Según su visión, aprender a pensar bien es lo que marca el verdadero antes y después en la vida de una persona. Y pensar bien no es más que asumir la responsabilidad de nuestra mirada, reeducar nuestros pensamientos y dejar de alimentar quejas, miedos y dramatismos innecesarios. «La verdadera felicidad comienza cuando dejamos de quejarnos, de dramatizar y empezamos a valorar lo que tenemos: nuestro cuerpo, nuestra libertad, nuestros seres queridos, el simple hecho de estar vivos», afirma Santandreu. Esa transformación no depende de una circunstancia externa, sino de una actitud interior. «Es ahí, y no en ningún otro lugar, donde empieza la auténtica felicidad», insiste.
La calma como brújula vital
Respirar calma no significa desconectarse del mundo, sino todo lo contrario: implica habitarlo desde un lugar de mayor aceptación y equilibrio. En un tiempo marcado por la hiperconexión, la exigencia de productividad constante y la ansiedad que generan las redes sociales, hablar de calma puede sonar casi revolucionario. Para Santandreu, cultivar esa serenidad no es un lujo reservado para unos pocos, sino una posibilidad real si se adopta un nuevo marco mental. Es una calma que se construye, que se aprende, y que se fortalece cuando dejamos de asociar el bienestar con lo externo y comenzamos a mirar hacia dentro. Es entonces cuando, según él, ocurre un “clic” fundamental: nos damos cuenta de que ya lo teníamos todo.

La edad no importa, la conciencia sí
El mensaje de Santandreu desmitifica la obsesión con la edad como factor determinante de la felicidad. «Lo mejor es que no depende de la edad», subraya. No hace falta ser joven para vivir con plenitud, ni es inevitable que la vejez traiga consigo amargura o pérdida. Al contrario, cuanto más se ha vivido, más capacidad hay, si se está dispuesto, para comprender que la paz no es un premio que llega por azar, sino una conquista diaria. A sus 55 años, el psicólogo reafirma una visión optimista y transformadora de la vida adulta. No como un declive, sino como una oportunidad de lucidez. Una etapa donde, si se elige bien, la mente puede estar más libre, más entrenada, más dispuesta a valorar lo esencial.
Las palabras de Rafael Santandreu conectan con una generación que empieza a cuestionar las narrativas convencionales del éxito. También ofrecen consuelo y dirección a quienes sienten que han perdido el rumbo o que no han llegado “a tiempo”. Porque si la felicidad no está en la juventud ni en la infancia, sino en la forma de mirar el mundo, entonces nunca es tarde para empezar. Así, la reflexión final no puede ser más clara: quizá no haya una “mejor etapa” definida por la edad, sino un estado mental al que llegamos cuando dejamos de pelearnos con la vida. Y como dice Santandreu, ese instante luminoso empieza cuando aprendemos a respirar calma.