La dieta sin dramas para prevenir piedras de ácido úrico, según la doctora Sara Marín
No se trata de prohibirse cosas, sino de aprender a elegir lo que realmente te sienta bien en cada momento a tu estómago

Riñones | Canva pro
Descubrir que tienes piedras de ácido úrico suele ser sinónimo de susto inmediato y de una lista interminable de alimentos prohibidos. De repente, el desayuno de siempre parece vetado, las cenas se convierten en un rompecabezas y la pregunta inevitable aparece:«¿y ahora qué voy a comer?». La buena noticia es que no todo son restricciones. Con un poco de información y algunos ajustes en la dieta, es posible aliviar molestias y de paso mejorar la salud. De todo ello nos habla en THE OBJECTIVE la doctora Sara Marín, que recuerda que la clave no está en prohibirlo todo, sino en aprender a elegir mejor qué ponemos en el plato.
De dónde vienen las piedras de ácido úrico
Según la doctora, las piedras de ácido úrico aparecen cuando en el organismo se acumula una cantidad excesiva de esta sustancia. El ácido úrico procede de las purinas, compuestos que forman parte del ADN y están presentes en casi todas las células del cuerpo. Son esenciales para producir energía y mantener las funciones vitales, pero cuando se degradan se transforman en ácido úrico. En condiciones normales, los riñones se encargan de eliminarlo a través de la orina. El problema surge cuando la dieta aporta demasiadas purinas, procedentes de alimentos como carnes rojas, mariscos o vísceras, o cuando el cuerpo no consigue eliminarlas de forma eficaz. Ese exceso se cristaliza y se convierte en pequeños cálculos que pueden obstruir las vías urinarias y causar dolor. Como explica Marín con una metáfora sencilla, «las purinas son como piezas de Lego: sirven para construir cosas útiles, pero si te sobran y las dejas tiradas por el suelo, alguien las pisa. Y ahí empieza el jaleo».

Qué alimentos conviene priorizar
La buena noticia es que la dieta puede jugar un papel decisivo en la prevención y tratamiento de estas piedras, afirma Marín. Según investigaciones recientes publicadas en Frontiers in Nutrition (2025) y el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK), los siguientes alimentos son recomendables:
- Frutas frescas, especialmente cítricas: la vitamina C ayuda a reducir los niveles de ácido úrico en sangre, aunque en suplementos y en exceso puede producir el efecto contrario.
- Verduras variadas: incluso aquellas que antes se consideraban problemáticas, como las espinacas o la coliflor, hoy se consideran seguras en cantidades moderadas.
- Cereales integrales: avena, arroz integral o pan de centeno aportan energía de calidad.
- Lácteos bajos en grasa: yogur natural, kéfir o leche desnatada son aliados de los riñones.
- Agua: beber suficiente líquido para eliminar al menos dos litros de orina al día sigue siendo la medida más simple y eficaz.

Los alimentos que conviene limitar
No se trata de prohibir, sino de moderar. Los expertos, incluida la doctora Marín, coinciden en que el exceso, más que la ingesta puntual, es lo que dispara el riesgo. Entre los principales enemigos figuran:
- Carnes rojas y vísceras.
- Mariscos y pescados azules pequeños como sardinas, boquerones o arenques.
- Alcohol, sobre todo la cerveza, incluso la “sin”.
- Refrescos azucarados, que actúan como auténticas bombas de fructosa líquida.
Además, conviene tener cuidado con los suplementos de vitamina C, que en dosis altas pueden favorecer la formación de otros tipos de piedras. Mejor optar siempre por la fruta entera.
Dietas que protegen los riñones
La evidencia científica señala que patrones alimentarios como la dieta Mediterránea o la dieta DASH pueden reducir hasta en un 33 % el riesgo de litiasis renal. Un estudio de Biomed Central (2025) sugiere que este tipo de alimentación no solo protege frente a los cálculos, sino que también disminuye la inflamación y mejora el metabolismo, favoreciendo un envejecimiento más saludable. La dieta DASH, diseñada inicialmente para controlar la hipertensión, se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y lácteos bajos en grasa, con bajo aporte de sal, azúcares y carnes rojas. En palabras de Sara Marín, «no hablamos de pasar hambre, sino de reorganizar la despensa y el plato. Con un patrón Mediterráneo o DASH puedes disfrutar de sabores ricos, cuidar tu corazón y además proteger tus riñones».
Vivir con piedras de ácido úrico sin renunciar al placer
Tener piedras de ácido úrico no significa renunciar a comer bien. Implica, eso sí, un cambio de perspectiva, sigiere Marín:
- Beber suficiente agua a lo largo del día.
- Llenar el plato de frutas y verduras.
- Elegir cereales integrales y lácteos bajos en grasa.
- Reducir carnes rojas, mariscos, alcohol y refrescos azucarados.
- Seguir un patrón tipo Mediterráneo o DASH.
El mensaje es claro: equilibrar la dieta con evidencia científica y, como añade Marín, “un poquito de humor”. Porque el café no tiene por qué estar solo en el desayuno, y la vida tampoco.