Olvídate de los regalos: el verdadero gesto de amor que todas las parejas quieren y necesitan
El amor no se mide en cosas, se mide en momentos compartidos que nos recuerdan que no estamos solos

Pareja de enamorados | Canva pro
Cada vez más expertos en psicología y desarrollo personal coinciden en que el verdadero sostén de una relación no se encuentra en los regalos materiales ni en frases románticas, sino en la presencia y la atención plena. Escuchar, acompañar y compartir tiempo de calidad se convierten en los gestos que realmente fortalecen los vínculos amorosos. La coach especializada en desarrollo personal, Inés Mañosa, lo expresa con contundencia en sus intervenciones en redes sociales: «el mayor gesto de amor no es un regalo ni palabras bonitas, es estar presente». Sus palabras resuenan en una sociedad en la que la inmediatez, la sobreexposición digital y la acumulación material conviven con una creciente sensación de soledad y desconexión.
Presencia frente a materialismo
La psicóloga y autora estadounidense Barbara Fredrickson, conocida por sus investigaciones sobre las emociones positivas, ha demostrado que el amor y la conexión se sostienen sobre micro-momentos de atención compartida. Esto significa que la intimidad no se construye en grandes gestos, sino en instantes cotidianos de escucha y acompañamiento. Un paseo en pareja sin mirar el móvil, cocinar juntos una receta improvisada o una conversación antes de dormir pueden tener un valor emocional mucho más profundo que un ramo de flores o un obsequio caro. Lo material, según expertos en vínculos, genera una gratificación inmediata, mientras que la presencia auténtica construye recuerdos y fortalece la confianza a largo plazo.
El auge del “micro-romance”
Esta idea conecta con una tendencia que ya se está imponiendo en redes sociales: el llamado “micro-romance”, donde los pequeños gestos cotidianos son los que más ilusión generan. Un pósit con un mensaje en la nevera, una taza de café preparada sin pedirla o un abrazo inesperado tienen un impacto más duradero que un detalle ostentoso. Según un estudio publicado en el Journal of Social and Personal Relationships, las parejas que practican el “tiempo de calidad” como hábito diario muestran mayores niveles de satisfacción y estabilidad a largo plazo. Este enfoque prioriza la compañía real sobre los símbolos materiales del afecto.

Lenguajes del amor: más allá de los regalos
El escritor Gary Chapman, en su obra “Los cinco lenguajes del amor”, popularizó la idea de que cada persona expresa y recibe afecto de formas distintas: palabras de afirmación, actos de servicio, contacto físico, tiempo de calidad y regalos. Si bien los obsequios forman parte de esta clasificación, cada vez más psicólogos coinciden en que el tiempo de calidad y la atención plena son los pilares que sostienen las relaciones sólidas en la actualidad. Chapman mismo subraya que un regalo no sustituye la presencia emocional. Dar tiempo y atención genuina significa reconocer al otro como prioridad, y en una era de constantes distracciones, ese gesto tiene un peso inigualable.
La visión de Inés Mañosa
Inés Mañosa, coach especializada en desarrollo personal y relaciones de pareja, enfatiza esta perspectiva en sus charlas y publicaciones: «qué es lo más romántico que puedes decirle a una persona: estoy aquí, te escucho. Porque en realidad lo que le estás diciendo es: ahora mismo tú eres lo más importante, ahora mismo no estás sola, ahora mismo tienes toda mi atención». Su mensaje conecta con miles de seguidores que reconocen la dificultad de sentirse escuchados en un mundo saturado de pantallas, prisas y multitarea. «Vivimos en un mundo en el que cada día nos sentimos más solos, donde cada día es más difícil encontrar a alguien que te escuche de verdad y en el que casi nadie hace nada sin esperar algo a cambio. Por eso el mayor gesto que puedes tener por alguien no es un regalo ni palabras bonitas, es tu presencia, sin condiciones, sin distracciones, solo tú aquí y ahora», añade la especialista.
El desafío de la atención plena
No obstante, estar presente no siempre es sencillo. El uso constante del teléfono móvil, las redes sociales y las exigencias laborales reducen la capacidad de dar atención completa. Según un informe de Pew Research Center, más del 50% de las personas admiten que sus dispositivos interfieren en las interacciones cara a cara con sus parejas. Aquí entra en juego la práctica del mindfulness relacional, un enfoque psicológico que enseña a escuchar y compartir sin juzgar ni anticipar respuestas, simplemente estando disponibles. Estas prácticas, cada vez más integradas en terapias de pareja, buscan recuperar la conexión genuina que muchas veces se pierde en la rutina.