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Aurelio Rojas, cardiólogo: «Tomar café después de comer aumenta el riesgo de infarto»

Ya existen miles de estudios sobre este tema, pero el doctor Rojas aporta una nueva interpretación

Aurelio Rojas, cardiólogo: «Tomar café después de comer aumenta el riesgo de infarto»

Una taza de café | Canva pro

El café es una de las bebidas más populares del mundo. En España, más del 80 % de la población lo consume a diario, y con la llegada del frío se convierte en ese ritual reconfortante que nos acompaña después del almuerzo. Sin embargo, el cardiólogo Aurelio Rojas, en el pódcast Tiene Sentido, lanza una advertencia: beber café por la tarde puede tener consecuencias para el corazón. «Las personas que tomaban café después de comer tenían mayor probabilidad de tener problema de corazón», explica, aclarando que no se trata de demonizar la cafeína, sino de respetar los ritmos naturales del organismo.

El especialista alude al ritmo circadiano, ese reloj interno que regula funciones como el sueño, el metabolismo o la presión arterial. La cafeína bloquea los receptores de adenosina, una molécula que induce el sueño y la relajación, y al hacerlo en horas vespertinas puede alterar los ciclos de descanso, incluso en quienes aseguran dormir sin dificultad. «Aunque te duermas, la cafeína afecta a cómo se regenera tu cuerpo. Puede que tengas los ojos cerrados, pero tu cerebro no ha hecho todo el ciclo reparador del sueño», detalla Rojas. El resultado: fatiga acumulada, menor rendimiento y, a largo plazo, mayor riesgo vascular.

Lejos de prohibir el café, el cardiólogo insiste en que la clave está en el momento y la cantidad. Recomienda no sobrepasar las cuatro o cinco tazas diarias y evitar su consumo después de las tres de la tarde. Para quienes son más sensibles, el café descafeinado puede ser una alternativa válida, pues conserva buena parte de sus compuestos antioxidantes y antiinflamatorios. En cambio, los cafés torrefactos o tostados con azúcar deberían descartarse, ya que durante el procesado se generan sustancias potencialmente nocivas.

Qué dice la evidencia científica

Las advertencias de Rojas encuentran respaldo parcial en la literatura científica. Un estudio publicado por la European Society of Cardiology en 2022 concluyó que el consumo moderado de café (entre dos y tres tazas diarias) se asocia a una menor mortalidad cardiovascular, pero señaló que el horario puede influir en los efectos metabólicos y en la calidad del sueño. Otro trabajo del National Institutes of Health (NIH) apunta que la cafeína tarda entre cinco y nueve horas en eliminarse completamente del organismo, lo que explica por qué una taza tomada tras el almuerzo aún puede interferir con el descanso nocturno.

Por su parte, la Fundación Española del Corazón señala que la cafeína puede elevar momentáneamente la frecuencia cardíaca o la presión arterial, aunque no existen pruebas concluyentes de que aumente el riesgo de infarto en personas sanas. No obstante, algunos estudios epidemiológicos sugieren que el exceso de cafeína o su consumo tardío podría relacionarse con mayor incidencia de arritmias o peor calidad del sueño en individuos predispuestos.

Más allá de sus posibles riesgos, el café también tiene efectos protectores: contiene polifenoles, magnesio y otras sustancias con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayudan a mejorar la función endotelial y a reducir el estrés oxidativo, factores implicados en la enfermedad cardiovascular. De hecho, quienes lo consumen con moderación suelen presentar menor riesgo de diabetes tipo 2 y de ictus, según datos de la American Heart Association.

El café no es el villano, pero tampoco el héroe universal que muchos proclaman. En dosis moderadas y en el momento adecuado del día, puede ser un aliado del corazón. Sin embargo, su consumo por la tarde o en exceso puede alterar el descanso y, a largo plazo, comprometer el equilibrio cardiovascular. La receta definitiva, según Aurelio Rojas, sigue siendo la de siempre: alimentación equilibrada, ejercicio regular, buena gestión del estrés y un descanso reparador.

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