The Objective
Lifestyle

La mejor fruta para fortalecer el sistema inmunológico en otoño

Se ha convertido en una de los alimentos más saludables por su aporte de vitaminas, minerales y antioxidantes

La mejor fruta para fortalecer el sistema inmunológico en otoño

Sistema inmunológico | Canva pro

El mango, considerado el “rey de las frutas tropicales”, no solo destaca por su sabor dulce y su aroma intenso, sino por su extraordinaria versatilidad y valor nutricional. Puede comerse verde, maduro o incluso con cáscara, además de ser protagonista en zumos, batidos, mermeladas o ensaladas. Más allá de su atractivo gastronómico, el mango se ha consolidado como una de las frutas más completas por su riqueza en vitaminas, minerales y antioxidantes que contribuyen a prevenir enfermedades y mejorar el bienestar general.

Una fuente natural de vitaminas y minerales

El mango es especialmente rico en vitamina A, esencial para la salud de la vista y la regeneración celular, y en vitamina C, que potencia la formación de colágeno y refuerza el sistema inmune. También aporta vitaminas del grupo B, E y K, y minerales como magnesio, potasio y calcio, fundamentales para el equilibrio muscular y nervioso. A estos se suman los polifenoles y antioxidantes, compuestos bioactivos responsables de muchas de sus propiedades terapéuticas. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), una porción de 100 gramos de mango fresco contiene alrededor de 60 calorías, un alto porcentaje de agua y más del 60% del valor diario recomendado de vitamina C. Esto lo convierte en una opción ligera, hidratante y nutritiva para cualquier dieta equilibrada.

Propiedades que lo convierten en un “superalimento” tropical

El mango es mucho más que un postre exótico. Sus propiedades digestivas, antiinflamatorias y antioxidantes lo sitúan entre los alimentos más saludables del mundo vegetal. Estudios publicados en revistas como Food Chemistry o Journal of Agricultural and Food Chemistry han documentado los beneficios de compuestos como la mangiferina, el ácido gálico o la quercetina, presentes en su pulpa y cáscara.

  1. Mejora el sistema digestivo: gracias a su contenido en fibras solubles y mangiferina, actúa como un laxante natural suave, ideal para combatir el estreñimiento. Además, estimula la secreción de enzimas digestivas, facilitando la descomposición de proteínas y grasas.
  2. Lucha contra la gastritis: los compuestos activos mangiferina y benzofenona protegen las paredes del estómago al reducir la inflamación y la acidez, ayudando a quienes padecen gastritis o úlceras leves.
  3. Controla la glucemia: algunos estudios señalan que los polifenoles del mango podrían mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los picos de azúcar en sangre. Sin embargo, su alto contenido en fructosa obliga a consumirlo con moderación, especialmente en personas con diabetes o resistencia a la insulina.
  4. Acción antiinflamatoria: la mangiferina y los ácidos fenólicos que contiene el mango actúan sobre los tejidos inflamados, lo que podría resultar beneficioso para enfermedades intestinales como la de Crohn o la colitis ulcerosa.
  5. Potente antioxidante: su combinación de vitamina C, quercetina, kaempferol y ácido cafeico neutraliza los radicales libres que dañan las células y aceleran el envejecimiento. Esto explica su papel en la prevención de enfermedades degenerativas y en el mantenimiento de una piel saludable.
  6. Previene enfermedades cardiovasculares: el mango contribuye a reducir el colesterol LDL (conocido como «malo») y los triglicéridos, mientras promueve la salud arterial. Su contenido en potasio ayuda a regular la presión arterial, un factor clave para el corazón.
  7. Refuerza el sistema inmune: la combinación de vitaminas A, C, E y folato estimula la producción de glóbulos blancos, responsables de la defensa del organismo frente a infecciones.
  8. Cuida la piel y el cabello: la vitamina A mejora la regeneración celular y combate la sequedad, mientras que la vitamina C participa en la formación del colágeno, ayudando a mantener una piel firme y luminosa. Algunos cosméticos naturales incluso incorporan extractos de mango por su acción hidratante y antioxidante.

La fructosa, su cara menos favorable

Pese a sus múltiples beneficios, el mango contiene una cantidad considerable de fructosa, un tipo de azúcar natural que aumenta con la maduración del fruto. Por este motivo, los expertos recomiendan moderar su consumo, especialmente en personas con sobrepeso, síndrome metabólico o diabetes, y preferir piezas medianas o pequeñas, evitando los zumos industriales, donde la concentración de azúcares se dispara.

Publicidad