Lidia Téllez, esteticista: «Estos son los pasos que no puedes saltarte del 'skincare' de mañana y noche»
Para cuidar la piel no es necesario seguir todas las tendencias, basta con conocer estas pautas básicas

Productos belleza | Canva Pro
Conversamos desde THE OBJECTIVE con Lidia Téllez, esteticista en Clínicas Kiharu, para entender con claridad cuáles son los pasos imprescindibles de una rutina facial efectiva tanto por la mañana como por la noche. En una era donde los consejos de belleza circulan de forma vertiginosa en redes sociales, es fundamental escuchar la voz de una profesional con experiencia, que priorice la salud de la piel por encima de las modas pasajeras. Según Téllez, una rutina bien diseñada no tiene por qué ser compleja ni cara, pero sí debe ser constante y adecuada al tipo de piel. Cada producto tiene una función específica y su correcto orden de aplicación influye directamente en su eficacia.
Pasos del ‘skincare’ de mañana
El objetivo de la rutina matutina es limpiar suavemente, equilibrar y proteger la piel del estrés ambiental. Estos son los pasos que Lidia recomienda seguir cada mañana:

1. Gel limpiador facial: iniciar el día con un gel limpiador suave permite eliminar restos de sudor, sebo acumulado durante la noche y prepara la piel para recibir los siguientes productos. No es necesario que sea agresivo, solo eficaz y adaptado al tipo de piel.
2. Tónico equilibrante: «el tónico cumple una función muy importante que a menudo se subestima», señala Téllez. Ayuda a equilibrar el pH de la piel tras la limpieza y facilita la absorción de los activos que aplicaremos a continuación.
3. Contorno de ojos: la piel del contorno ocular es más fina y delicada, por lo que requiere productos específicos. Un contorno de ojos bien formulado puede hidratar, descongestionar y prevenir la aparición de líneas de expresión.
4. Sérum: este paso es clave. Según la esteticista, «el sérum debe adaptarse al tipo de piel y a las necesidades del momento». Por la mañana, suelen emplearse sueros antioxidantes, como los de vitamina C, que protegen frente a la contaminación y aportan luminosidad.
5. Crema hidratante: indispensable para mantener la función barrera de la piel, la crema hidratante ayuda a sellar la hidratación y deja el rostro más elástico y suave. Hay que elegir una fórmula ligera o más nutritiva según el tipo de piel.
6. Protección solar SPF 50: «este es el paso más importante de todos», subraya Téllez. La fotoprotección es la mejor inversión a largo plazo para prevenir el envejecimiento prematuro y los daños celulares. Incluso en días nublados o si trabajamos en interiores.
Rutina de noche para limpiar en profundidad
Por la noche, la prioridad cambia: se trata de retirar impurezas y estimular la renovación celular. Aquí entra en juego la doble limpieza, una técnica de origen asiático que ha ganado popularidad en Occidente.
1. Manteca limpiadora o bálsamo (cleansing balm): este primer paso sirve para disolver el maquillaje, el protector solar y la grasa acumulada a lo largo del día. Se aplica en seco y se masajea hasta fundirse, retirando luego con agua o un paño húmedo.
2. Gel limpiador: una vez retirada la capa superficial de suciedad con la manteca limpiadora, se limpia nuevamente el rostro con un gel adecuado al tipo de piel. «Esto asegura una limpieza real, sin agredir la barrera cutánea», explica Téllez.
3. Tónico equilibrante: al igual que por la mañana, se aplica para restablecer el pH y preparar la piel para recibir los tratamientos nocturnos.
4. Contorno de ojos: se repite este paso para seguir cuidando la zona ocular durante la noche, momento en el que la piel se repara de forma más activa.
5. Sérum o tratamiento nocturno: aquí la esteticista propone dos opciones. «Podemos aplicar una crema de noche reparadora o, dos a tres veces por semana, alternar con retinol», un activo antienvejecimiento por excelencia, que mejora la textura de la piel y reduce arrugas. Es importante usarlo con precaución y siempre acompañado de una buena hidratación.
Lidia Téllez insiste en que no se trata de hacer una rutina perfecta desde el primer día, sino de crear un hábito adaptado, realista y coherente con el estado de nuestra piel. La clave está en la regularidad y en saber escuchar lo que la piel necesita en cada momento.