Por qué cada vez más personas están dejando de beber leche de vaca
El consumo de leche lleva tiempo descendiendo, lo que nos hace preguntarnos por la salubridad de este hábito
Cada vez más personas están dejando de beber leche de vaca. De hecho, en España, se registró un descenso del 7,2% en el volumen de leche líquida consumida respecto a 2021, principalmente como consecuencia del descenso en el consumo de leche desnatada (-9,7%) y semidesnatada (-9,3%); en el caso de la entera, apenas se registra un descenso del 1,3%, tal y como detalla el Ministerio de Agricultura de nuestro país.
Aunque es cierto que en los primeros meses de 2023 el consumo de leche ha experimentado un ligero repunte, la tendencia sigue estando a la baja, lo que revela un cambio de hábitos.
¿Y a qué se debe? Los expertos no lo tienen claro: podría tratarse simplemente de la aparición de otras alternativas, como las bebidas vegetales, de una mayor incidencia de la intolerancia a la lactosa o de un mayor acceso a la información, que revela que consumir tantos lácteos al día quizá no sea buena idea.
¿Es malo dejar de beber leche de vaca?
Aunque hay informaciones de todo tipo, cada vez hacen más ruido las investigaciones que ponen en tela de juicio que consumir leche de vaca de forma asidua sea bueno para la salud, como estas:
- Un estudio, publicado en la revista científica Molecular Nutrition and Food Research, ha relacionado un alto consumo de leche entera con una mayor tasa de deterioro cognitivo. Concretamente hace referencia a adultos con alto riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Un análisis publicado en el British Medical Journal detalla no existe ningún vínculo entre la ingesta de lácteos y una menor tendencia a tener huesos rotos o fracturas.
- Otras muchas investigaciones, recogidas por el citado comité, han relacionado el alto contenido de grasa y las hormonas de la leche, el queso y otros productos lácteos con el cáncer de mama, como este estudio de 2017, este estudio Life After Cancer Epidemiology. esta investigación, este metanálisis que analizó 32 estudios.
- Ha sucedido lo mismo con el cáncer de próstata, como detalla esta investigación, que halló que los hombres que consumían tres o más porciones de productos lácteos al día tenían un 141% más de riesgo de muerte por cáncer de próstata en comparación con los que tomaban menos de una porción.
Otras posibles consecuencias de consumir lácteos
El consumo de lácteos, como la leche de vaca, también se ha relacionado con otras afecciones, detallan los expertos, como el profesor de Pediatría de la Universidad Harvard David Ludwig:
- Reduce el hierro en el organismo. «La Academia Nacional de Pediatría de los Estados Unidos publicó en 1993 un informe en el que indicaba que ningún niño debería beber leche de vaca antes de los 18 meses. Además, la leche de vaca contribuye a la carencia de ácidos grasos esenciales y vitamina E», recogen los expertos de Mejor con salud.
- La leche contiene una proteína llamada caseína, que se utiliza para elaborar el pegamento y que en muchos niños puede provocar inflamación de los tejidos blandos, lo que puede provocar dificultades para respirar en el menor.
- Relacionada con enfermedades crónicas y distintos tipos de cáncer, como hemos señalado en líneas anteriores.
- Hormonas y antibióticos: «La leche de vaca y sus productos derivados contienen múltiples tipos diferentes de hormonas sintéticas- entre otras, esteroideas, adrenales y sexuales- las cuales se unen a otros tóxicos que pueden causar enfermedades degenerativas. (…) La leche de vaca contiene cantidades anormales de antibióticos, los cuales provienen del proceso de crianza de la vaca».
- Dificultad para digerirla, ya que «la leche de vaca está diseñada especialmente para el sistema digestivo de los bovinos».
- Alergias e intolerancias: cada vez más personas no toleran bien la leche.
Entonces, ¿hay que dejar la leche?
Los expertos no se ponen de acuerdo, porque, evidentemente, también hay estudios que han demostrado las bondades de los lácteos para nuestra salud.
Así, lo mejor sería reducir el consumo de leche de vaca y de otros lácteos o no hacerlo diariamente, ya que no son tan necesarios como siempre se ha creído. De hecho, «se recomienda un consumo máximo de dos lácteos al día», tal y como señala Aitor Sánchez, dietista-nutricionista y tecnólogo alimentario.