Por qué la forma tradicional de hacer la tortilla no es saludable, según una nutricionista
En vez de recurrir a la fritura de las patatas y la cebolla, es mejor cocinarlas al vapor o al microondas con su piel
La tortilla de patata con o sin cebolla ha sido un debate culinario durante años. Sin embargo, según la última encuesta del CIS sobre Turismo y Gastronomía, el 71,4% de los españoles se decanta por la versión con cebolla. Esta preferencia popular ha consolidado a la cebolla como un ingrediente esencial en este plato típico.
Aunque la cebolla aporta numerosos beneficios para la salud, la clave para una tortilla más saludable radica en la forma de prepararla, más allá de la presencia o ausencia de este ingrediente.
¿Cómo se debe de hacer la tortilla de patatas?
La tortilla de patata, un icono de nuestra gastronomía, puede convertirse en un obstáculo para una alimentación saludable si no se prepara de forma adecuada. Aunque los ingredientes en sí son nutritivos, la técnica de fritura tradicional eleva considerablemente su contenido calórico y graso. Como señala la nutricionista Mercedes Gállego, «el método de preparación puede desvirtuar las propiedades beneficiosas de un plato tan querido».
La preparación juega un papel crucial en la preservación de los nutrientes de los alimentos. Los huevos, por ejemplo, son una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro. Las patatas aportan carbohidratos complejos, fibra, vitamina C y potasio, esenciales para el funcionamiento muscular y nervioso.
La cebolla, rica en compuestos azufrados con propiedades antioxidantes, complementa esta combinación, al igual que el aceite de oliva virgen extra, una grasa saludable que aporta ácidos grasos monoinsaturados y vitamina E», detalla la experta en nutrición Mercedes Gállego.
Esta es la mejor técnica
Para aprovechar al máximo los beneficios nutricionales de la tortilla de patata, Mercedes Gállego, experta en nutrición, sugiere una preparación más saludable. En lugar de freír las patatas y la cebolla, recomienda cocinarlas al vapor o al microondas con piel para preservar sus nutrientes. Un toque de aceite de oliva virgen extra al rehogarlas aporta sabor sin añadir exceso de grasa. Además, para lograr una comida completa y equilibrada, es recomendable acompañar la tortilla con una ensalada o verduras frescas.
Dejar enfriar la tortilla potencia sus beneficios nutricionales al convertir el almidón en una forma más resistente, que alimenta nuestra flora intestinal y nos sacia por más tiempo. Aunque esta opción modifica su textura, es una alternativa interesante para quienes priorizan la salud intestinal.
¿Debe comerse poco o muy hecha?
El reciente estudio del CIS ha puesto fin a un debate culinario de larga data: el punto de cocción ideal de la tortilla de patatas. Los resultados revelan una clara preferencia por la tortilla poco hecha (52,9%), seguida de la muy hecha (28,3%). Aunque la tortilla muy hecha ofrece ciertas ventajas en términos de seguridad alimentaria, la nutricionista Mercedes Gállego señala que las diferencias nutricionales entre ambas opciones son mínimas. La elección, en última instancia, se reduce a las preferencias personales del consumidor.