Soy nutricionista y este es el desayuno perfecto para activar el metabolismo todas las mañanas
Adoptar una dieta basada en alimentos naturales transforma la manera en que el cuerpo obtiene y utiliza energía
El cuerpo humano es una máquina compleja que puede funcionar con diferentes fuentes de energía: carbohidratos, grasas y en menor medida proteínas.
La capacidad de alternar entre estos combustibles, conocida como flexibilidad metabólica, es clave para mantener la salud y prevenir enfermedades metabólicas.
Sin embargo, las dietas modernas, cargadas de azúcares y carbohidratos refinados, están obstaculizando esta flexibilidad.
¿Qué es la flexibilidad metabólica y por qué es importante?
La flexibilidad metabólica es la habilidad del organismo para elegir entre carbohidratos y grasas como fuente de energía según las necesidades del momento.
Cuando consumimos demasiados alimentos procesados, como bollería, pasta, pizzas y otros productos hechos con harinas refinadas, obligamos a nuestro cuerpo a depender casi exclusivamente de los carbohidratos como fuente de energía.
Esto no solo dificulta el uso de grasas como combustible, sino que también impacta negativamente en la salud celular, particularmente en el funcionamiento de las mitocondrias, nuestras centrales energéticas.
“La flexibilidad metabólica es la llave de oro de nuestra salud”, explica la Dra. Isabel Belaustegui para Telva, experta en medicina integrativa. “Permite que la célula se nutra correctamente y que la mitocondria funcione de manera óptima, activando o bloqueando procesos esenciales para el organismo”.
Consecuencias de perder la flexibilidad metabólica
Cuando el cuerpo pierde la capacidad de utilizar grasas como energía, se desencadenan varios problemas:
- Dependencia de carbohidratos: necesidad constante de ingerir alimentos para mantener los niveles de energía.
- Resistencia a la insulina: un exceso de carbohidratos puede llevar a este problema metabólico, precursor de la diabetes tipo 2.
- Inflamación crónica: las dietas altas en azúcares y harinas refinadas fomentan un estado inflamatorio que afecta múltiples sistemas del cuerpo.
- Falta de energía estable: la dependencia de carbohidratos provoca fluctuaciones de energía, lo que genera cansancio y dificultad para concentrarse.
¿Cómo recuperar la flexibilidad metabólica?
La buena noticia es que la flexibilidad metabólica se puede recuperar a través de cambios conscientes en el estilo de vida. La Dra. Belaustegui señala cuatro pilares fundamentales:
- Alimentación: opta por alimentos naturales y sin procesar, como frutas, verduras, hortalizas, carne, pescado, mariscos, frutos secos y semillas. Reduce o elimina los azúcares y las harinas refinadas, favoreciendo fuentes de grasas saludables como aguacate, aceite de oliva virgen extra y mantequilla ecológica.
- Ejercicio físico:combina actividades de resistencia, como levantamiento de pesas, con ejercicios cardiovasculares para mejorar la capacidad del cuerpo de quemar grasa.
- Gestión del estrés:altos niveles de cortisol (hormona del estrés) afectan negativamente la flexibilidad metabólica. Practica técnicas como meditación, yoga o mindfulness.
- Descanso adecuado:dormir entre 7 y 9 horas por noche es esencial para la regulación metabólica y la salud mitocondrial.
Activa tu metabolismo desde por la mañana
Un ejemplo práctico de cómo apoyar la flexibilidad metabólica es el café con mantequilla ecológica, una receta popularizada por expertos en salud metabólica.
Según la Dra. Belaustegui, esta combinación fomenta el uso de grasas como combustible y mejora la salud mitocondrial.
La receta incluye:
- Una taza de café americano.
- Una cucharada de mantequilla ecológica (preferiblemente de animales alimentados con pasto).
- Una pizca de sal y canela para potenciar los efectos metabólicos.
Esta bebida no solo mantiene al cuerpo en un estado de quema de grasas durante el ayuno, sino que también estimula procesos clave para la salud celular, como la mitofagia.
Este mecanismo de reciclaje celular permite que las mitocondrias, conocidas como las «centrales energéticas» de nuestras células, eliminen componentes dañados o disfuncionales y se regeneren con mayor eficacia.
Al mejorar la función mitocondrial, se optimiza la producción de energía, se reduce el estrés oxidativo y se fomenta un envejecimiento celular saludable.
Además, este estado metabólico favorece la utilización de cuerpos cetónicos como fuente principal de energía, lo que proporciona una energía más estable y duradera, mejorando la claridad mental y la resistencia física.