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Nutrición

Cómo evitar problemas digestivos durante el verano (como indigestión, reflujo o hinchazón)

Hay varios factores que favorecen la aparición de molestias en el aparato digestivo en verano

Cómo evitar problemas digestivos durante el verano (como indigestión, reflujo o hinchazón)

Una mujer disfrutando en verano

El verano trae consigo descanso, escapadas y momentos de desconexión. Sin embargo, los cambios en la rutina y en la alimentación que suelen acompañar esta época del año también pueden afectar nuestra salud digestiva. De hecho, según la firma especializada noVadiet, una de cada cinco personas sufre cada año alguna intoxicación alimentaria, siendo el verano la estación donde esto ocurre con más frecuencia. Más del 50% de estos casos suceden en casa, lo que demuestra que, incluso en nuestro entorno habitual, ciertos descuidos pueden pasar factura.

Además, tres de cada diez españoles padecen acidez al menos una vez por semana, y la mitad de la población presenta problemas digestivos recurrentes como digestiones lentas, pesadas o con hinchazón. Las altas temperaturas no ayudan, ya que pueden agravar estos síntomas y hacer más difícil llevar una vida activa y placentera.

¿Qué causa estos problemas digestivos en verano?

fibra
Un hombre con gases. Gtres

Según los especialistas de la citada empresa, hay varios factores que se combinan durante la temporada estival y que favorecen la aparición de molestias en el aparato digestivo:

  • Cambios en los hábitos alimentarios: las comidas copiosas, más grasas, condimentadas o el mayor consumo de alcohol y refrescos pueden dañar la mucosa del estómago y causar ardor o malestar.
  • Desorganización horaria: comer a deshoras o picar entre comidas de forma constante altera la digestión y puede provocar sensación de hinchazón o pesadez.
  • Estrés asociado a las vacaciones: los desplazamientos, la planificación o la preparación del viaje generan un tipo de estrés que, aunque no lo parezca, puede interferir con la salud digestiva a través del vínculo entre intestino y cerebro.
  • Alimentos en mal estado: las altas temperaturas facilitan la proliferación bacteriana en los alimentos, lo que incrementa el riesgo de intoxicaciones.

Molestias digestivas más comunes en verano

Sonia Clavería, médico de familia, destaca los trastornos digestivos más frecuentes durante el verano:

  • Acidez y reflujo: algunos alimentos afectan el buen cierre del esfínter esofágico inferior, permitiendo que los ácidos del estómago asciendan y provoquen ardor o quemazón.
  • Indigestión: suele manifestarse como una sensación de plenitud, náuseas o dolor abdominal tras comidas copiosas o muy grasas.
  • Gastroenteritis: más habitual en verano por virus gastrointestinales o alimentos contaminados. Provoca diarrea, vómitos y, en muchos casos, deshidratación.
  • Estreñimiento: el sedentarismo durante los viajes y la reducción del consumo de fibra hacen que ir al baño con regularidad sea más complicado.
  • Hinchazón abdominal: los cambios en la dieta alteran la microbiota intestinal, favoreciendo la acumulación de gases y causando malestar abdominal.
  • Corte de digestión: el contacto brusco con agua fría después de comer o hacer ejercicio intenso puede desencadenar mareos, náuseas o vómitos.

Cómo cuidar la digestión en los meses de calor

Beber dos litros agua día no siempre recomendable

Para disfrutar del verano sin sobresaltos digestivos, es fundamental adoptar algunas buenas prácticas, como estas:

  • Beber suficiente agua: mantenerse bien hidratado (entre 1,5 y 2 litros al día) es esencial para una digestión fluida y para prevenir el estreñimiento.
  • Elegir alimentos ligeros: optar por comidas ricas en frutas, verduras y fibra, y reducir el consumo de grasas y ultraprocesados mejora significativamente el confort digestivo.
  • Evitar comer a todas horas: dejar espacios sin comida entre las principales ingestas permite que el sistema digestivo repose y funcione mejor.
  • Moderar el consumo de alcohol y cafeína: estas bebidas pueden irritar el estómago y favorecer la acidez.
  • Apoyarse en suplementos naturales: probióticos, jengibre, magnesio o calcio pueden ayudar a mantener el equilibrio intestinal y favorecer una buena digestión. Por ejemplo, Acigastril, de noVadiet, combina ingredientes como alginato sódico, carbonato de calcio, regaliz y malva para aliviar la acidez y proteger la mucosa gástrica.
  • Esperar antes de bañarse tras comer: evitar el contacto inmediato con agua fría tras las comidas previene cortes de digestión.

Precauciones digestivas si viajas al extranjero

Cuando viajamos fuera del país, nuestra salud digestiva puede verse comprometida por las diferencias en la dieta, el agua o las condiciones de higiene. Para evitar contratiempos, conviene tener en cuenta estos consejos:

  • Consulta médica antes del viaje: en especial si vas a destinos con condiciones sanitarias particulares. La Unidad del Viajero puede orientarte sobre vacunas y medidas preventivas.
  • Vigilar lo que comemos y bebemos: evitar alimentos crudos o poco cocinados, beber solo agua embotellada y pelar la fruta antes de consumirla son gestos clave.
  • Cuidar la higiene personal: lavarse bien las manos, usar gel desinfectante o toallitas húmedas cuando no haya agua disponible ayuda a evitar infecciones.
  • Llevar un botiquín preparado: incluye antidiarreicos, probióticos y sales de rehidratación oral para hacer frente a cualquier episodio digestivo inesperado.
  • Prevenir la diarrea del viajero: tomar probióticos antes y durante el viaje puede reforzar la flora intestinal y reducir el riesgo.
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