En esta calle están los mejores pinchos de España, según The Times
El Laurel, una estrecha vía de apenas 200 metros que alberga más de 80 bares repletos de pinchos y vinos
Calle Laurel, Logroño. | La Laurel
El tapeo en España es mucho más que una simple comida, es una tradición arraigada en la cultura y el estilo de vida de los españoles. Esta costumbre, que consiste en degustar pequeñas porciones de comida acompañadas de una bebida, se ha convertido en una de las señas de identidad de la gastronomía española. Desde las tabernas más tradicionales hasta los bares más modernos, la oferta de tapas es inmensa y variada, adaptándose a todos los gustos y paladares.
España cuenta con una gran cantidad de ciudades y pueblos donde el tapeo es una auténtica institución. Calles enteras se transforman en auténticas rutas gastronómicas, donde los bares se suceden uno tras otro, cada uno con su propia especialidad. Desde las famosas calles Laurel de Logroño y San Nicolás de Pamplona, hasta las más animadas de Granada y Sevilla, cada rincón de España esconde tesoros culinarios que esperan ser descubiertos.
Logroño, el templo del pincho
Si hablamos de tapeo en España, Logroño se lleva la palma. Y es que esta ciudad riojana, además de ser un punto de peregrinación en el Camino de Santiago, se ha convertido en un auténtico templo del pincho.
Su calle más famosa, el Laurel, es una estrecha vía de apenas 200 metros que alberga un tesoro gastronómico: más de 80 bares repletos de pinchos y vinos. A partir de las nueve de la noche, este rincón logroñés cobra vida, transformándose en un bullicioso mercado de sabores donde los precios son más que asequibles. Por menos de 2,50 euros puedes disfrutar de un delicioso pincho acompañado de una caña de cerveza.
¿Cómo surgió esta tradición?
La calle Laurel ocupa el antiguo emplazamiento de las murallas de Logroño. Tras su demolición en el siglo XIX, se construyeron nuevas casas y, con ellas, comenzaron a abrirse los primeros bares. Estos establecimientos, aprovechando los productos de la tierra, empezaron a ofrecer pequeñas raciones de embutidos y quesos acompañados de los mejores vinos de La Rioja. Así, nació una costumbre que hoy en día es sinónimo de Logroño.
Los mejores pinchos
El Blanco y Negro, el más antiguo de la ciudad, nos recibe con clásicos como el matrimonio de queso de cabra y jamón, una combinación que enamora desde el primer bocado.
Pero la oferta va más allá. En el bar Soriano, el champi, un pincho de champiñones, gambas y una salsa secreta, es toda una institución. Y en El Muro, el Cojonudo, con su relleno de carne y huevo de codorniz, es una explosión de sabor.
La calle Laurel y sus alrededores son un auténtico templo del pincho. Conocida como «la senda de los elefantes», su ambiente animado y la calidad de sus vinos hacen que sea difícil resistirse a alargar la velada.
¿Cuáles son los pinchos más famosos de Logroño?
- El «Matrimonio» del Blanco y Negro: un clásico que combina queso de cabra con jamón, una pareja perfecta de sabores.
- Los champiñones del Bar Soriano: un pincho sencillo pero irresistible, con champiñones a la plancha, gambas y una salsa secreta.
- El «Cojonudo» de El Muro: esto es un pincho con un nombre divertido y un sabor intenso, relleno de carne de picadillo de chorizo y huevo de codorniz.
- Las setas a la plancha de El Cid: un manjar para los amantes de los hongos, con una salsa especial que les da un toque único.
- El pincho moruno de Páganos: un bocado lleno de sabor con carne adobada y especias.
- La oreja de El Perchas: una opción más atrevida para los paladares curiosos.
- El solomillo con piña del EntreTapas 941: una combinación dulce y salada que sorprende a muchos.
- El «Tío Agus» del Bar Lorenzo: un pincho muy popular, con una receta que se ha mantenido en secreto durante años.
¿Qué vinos de Logroño maridan mejor con las tapas?
La respuesta no es única, ya que depende mucho del tipo de tapa que elijas. Sin embargo, hay algunas recomendaciones generales que pueden ayudarte a elegir el vino ideal:
- Tapas de jamón ibérico o quesos curados: un vino tinto joven de Rioja, con buena acidez y taninos suaves, resaltará los sabores intensos de estas tapas.
- Tapas de pescado o marisco: un blanco de Rioja, con notas frutales y buena acidez, es una excelente opción para equilibrar los sabores y refrescar el paladar.
- Tapas con salsas o guisos: un tinto crianza o reserva de Rioja, con más cuerpo y complejidad, complementará a la perfección los sabores intensos de estas tapas.
- Pinchos variados: un vino rosado de Rioja, fresco y afrutado, es una opción versátil que combina bien con una amplia variedad de tapas.
