La ciudad abandonada al lado de Madrid que parece Petra
La cívica, en la provincia de Guadalajara, conocida por sus peculiares casas excavadas en la roca
La cívica. | Ayuntamiento de Brihuega
Cívica, un enigma tallado en la roca, es una aldea de Guadalajara que cautiva con su singular arquitectura. Sus casas, excavadas en una enorme pared rocosa, forman un laberinto de cuevas que se adentra en la montaña. El origen de esta peculiar construcción sigue siendo un misterio, envuelto en leyendas y teorías que la convierten en un lugar mágico y lleno de encanto. Sus estrechas calles y su ambiente tranquilo invitan a perderse en un viaje al pasado, donde el tiempo parece haberse detenido.
¿Dónde se encuentra?
Es un lugar fascinante que parece sacado de un cuento. Esta pequeña aldea, ubicada en la provincia de Guadalajara, Castilla-La Mancha, es conocida por sus peculiares casas excavadas en la roca, lo que le otorga un aspecto único y misterioso. Sus habitantes, a lo largo de los años, han excavado en la piedra una serie de habitaciones, pasillos, escaleras y hasta una pequeña iglesia, creando un laberinto de cuevas que se adentra en la montaña.
¿Cuál es el origen de la Cívica?
El origen exacto de Cívica es aún un misterio. Algunas teorías apuntan a que sus inicios se remontan a la época celtíbera, mientras que otras sugieren que fue construida en el siglo XX por un sacerdote llamado Aurelio Pérez. Sea cual sea su origen, lo cierto es que este lugar ha cautivado la imaginación de muchos, desde escritores como Camilo José Cela hasta viajeros de todo el mundo.
La obra de un visionario
Se atribuye la creación de Cívica al sacerdote Aurelio Pérez, quien a mediados del siglo XX, tras heredar un terreno en esta zona, decidió llevar a cabo un proyecto ambicioso: construir una aldea excavada en la roca. Con la ayuda de vecinos y trabajadores, se dedicó a esculpir en la piedra habitaciones, pasadizos, escaleras y hasta una pequeña iglesia.
La arquitectura de Cívica es, sin duda, su mayor atractivo. Las casas cueva, con sus paredes de piedra y sus techos abovedados, ofrecen un ambiente acogedor y fresco en verano y cálido en invierno. Las habitaciones se distribuyen en diferentes niveles, conectadas por estrechas escaleras y pasadizos. Algunas de las casas cuentan con chimeneas y pequeñas ventanas que ofrecen vistas panorámicas del entorno.
Un entorno natural privilegiado
Cívica no solo destaca por su arquitectura única, sino también por su entorno natural. La aldea está situada en una zona de gran belleza paisajística, rodeada de campos de cultivo, bosques y ríos. El río Tajuña, que discurre cerca de Cívica, aporta un toque de frescura y vida al lugar.
¿Cómo acceder a la Cívica?
Para acceder a esta joya arquitectónica incrustada en la roca, deberás ascender por varias escaleras. La emoción crece con cada escalón, pero la cautela es tu mejor compañera, pues algunas zonas muestran el paso del tiempo. Al alcanzar la cima, el premio es doble: la impresionante vista de la aldea y el rumor del río Tajuña que serpentea justo enfrente. A su orilla, un acogedor bar te espera con mesas bajo la sombra de los árboles, invitándote a descansar y disfrutar de la naturaleza.
El municipio de Brihuega
Brihuega tiene una rica historia que se remonta a la época ibérica. Su ubicación estratégica la convirtió en un punto clave a lo largo de los siglos, siendo testigo de numerosas batallas y acontecimientos históricos. La villa conserva parte de su antigua muralla y su castillo, que hoy en día alberga el cementerio municipal.
Uno de los mayores atractivos de Brihuega son sus extensos campos de lavanda. Durante la floración, que suele ocurrir entre junio y julio, el paisaje se transforma en un mar de color morado, creando un espectáculo visual único. Brihuega celebra cada año un festival dedicado a esta flor, donde se organizan diversas actividades como visitas guiadas, mercados artesanales y talleres.
Un paseo por el casco antiguo
El casco antiguo de Brihuega conserva su encanto medieval. Sus calles empedradas, sus casas de piedra y sus plazas invitan a perderse y disfrutar de la tranquilidad de la villa. No te pierdas la Plaza Mayor, la iglesia de Santa María, y el Palacio Ducal de los Mendoza.
