El pueblo de Cáceres junto a Portugal Bien de Interés Cultural e ideal para visitar en fin de semana
Este lugar es un ejemplo de cómo cuidar el patrimonio puede impulsar el turismo cultural

Zarza la Mayor | Turismo Extremadura
Zarza la Mayor, pequeña villa fronteriza situada en la provincia de Cáceres, conserva un legado histórico y artístico que pocos municipios de Extremadura pueden ostentar. Su estratégica ubicación en la Raya con Portugal convirtió a este enclave en un punto de encuentro y defensa a lo largo de los siglos, dejando una impronta que hoy se refleja en su patrimonio arquitectónico y urbanístico. Desde 1997, veintitrés bienes inmuebles han sido catalogados por la Junta de Extremadura, un reconocimiento que evidencia no solo el valor artístico de sus edificaciones, sino también su relevancia histórica y cultural dentro de la región.
No es solo un municipio fronterizo, es un auténtico museo al aire libre donde la historia se percibe en cada piedra y cada calle. Entre sus monumentos destacan dos que condensan siglos de arte y tradición: la Fuente Conceja y la Iglesia Parroquial de San Andrés. Ambos son reflejo de la riqueza patrimonial de la villa y recientemente han sido reconocidos como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, consolidando su relevancia histórica y artística.
El monumento más importante
La Fuente Conceja es, sin duda, uno de los monumentos civiles más destacados de Zarza la Mayor. Su arquitectura, que marca la transición del románico al gótico, cautiva a los visitantes desde el primer vistazo. El arco central apuntado, flanqueado por cuatro arcos de medio punto laterales, habla de la precisión y el ingenio de los constructores medievales, y recuerda la importancia que tuvo este lugar en la vida cotidiana de los zarceños. Su reconocimiento como Bien de Interés Cultural fue relativamente rápido: en 1982 se inició el expediente por resolución de la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas, y seis años después, en diciembre de 1987, la Junta de Extremadura la declaró oficialmente Monumento. Desde entonces, La Conceja se ha convertido en un emblema local y en un imán para quienes buscan apreciar su arquitectura y sumergirse en la historia de la villa.

La Parroquial de San Andrés
Si La Conceja destaca por su carácter civil, la Parroquial de San Andrés impresiona por su monumentalidad religiosa. Su estilo herreriano refleja la sobriedad y armonía propias del Renacimiento español, con líneas equilibradas y una austeridad que realza su elegancia. Construida como testimonio del poder de la Iglesia y de la riqueza cultural de la villa en el siglo XVI, la iglesia se erige como un referente arquitectónico de Extremadura. A diferencia de La Conceja, la Parroquial de San Andrés tardó más de cuatro décadas en recibir la distinción oficial. Fue en junio de 2025 cuando se le concedió el título de Bien de Interés Cultural, consolidando su valor patrimonial y asegurando su conservación. Este reconocimiento permite que tanto vecinos como visitantes puedan apreciar no solo su dimensión histórica y artística, sino también su relevancia religiosa y simbólica dentro del paisaje cultural de Zarza la Mayor.
Un patrimonio que une lo civil y lo religioso
Aunque distintos en función y estilo, La Fuente Conceja y la Parroquial de San Andrés comparten hoy el mismo estatus de Monumento protegido, y juntas ofrecen una lectura completa de la historia zarceña. Por un lado, el esplendor civil y la maestría técnica de los artesanos medievales; por otro, la solemnidad y armonía de la arquitectura religiosa del Renacimiento.
Zarza la Mayor demuestra cómo la conservación del patrimonio puede convertirse en motor de turismo cultural y educativo. Sus calles, plazas y monumentos permiten al visitante recorrer siglos de historia, desde la Edad Media hasta el Renacimiento, mientras disfruta de un legado que se conserva gracias a la implicación de las instituciones y de los propios vecinos. Cada reconocimiento oficial refuerza la posición de esta villa en el mapa cultural de Extremadura y de España, consolidándola como un destino imprescindible para quienes buscan combinar historia, arte y tradición en un mismo viaje.