El juez Llarena plantea a Alemania que entregue a Puigdemont por sedición
El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha remitido un escrito al Tribunal Superior de Schleswig-Holstein en el que plantea la opción de que entregue al expresident de la Generalitat Carles Puigdemont por un delito de sedición.
El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha remitido un escrito al Tribunal Superior de Schleswig-Holstein en el que plantea la opción de que entregue al expresident de la Generalitat Carles Puigdemont por un delito de sedición. En el documento, el magistrado plantea la posibilidad en el caso de que los jueces consideren que no se dan los requisitos necesarios para entregar a Puigdemont por un delito de rebelión por no apreciar violencia.
Pocas horas después, Llarena ha remitido un escrito a las autoridades judiciales belgas en el que plantea la opción de que entregue al exconseller de Sanidad de la Generalitat Antoni Comín por un delito de sedición.
Llarena considera que, conforme al ordenamiento jurídico español, la actuación de Comín «podría ser constitutiva de un delito de rebelión, sin perjuicio de otras calificaciones que quedarían excluidas dado que la regla española de concursos de delitos concentra la calificación en el delito más gravemente penado».
La diferencia entre la rebelión y la sedición radica en que el primero implica el uso de la violencia para obtener el objetivo, mientras que la sedición conlleva un alzamiento “tumultuario”.
Llarena plantea la opción de que lo ocurrido en los días previos y posteriores al referéndum del 1-O y ese mismo día se interprete como sedición y no como rebelión, como ya hizo en el auto dictado el miércoles en el que confirmaba el procesamiento de todos los implicados en el procés.
Por esta razón, pide a los jueces alemanes que se centren en los hechos que figuran en los informes remitidos, más allá de su calificación jurídica. Les pide que analicen si un intento de romper la Constitución, aunque fuera sin violencia, sería delito en Alemania, si sería delictivo un intento de segregación de uno de sus estados.
A pesar de que Llarena defiende que en el procés que hubo violencia “conscientemente asumida y buscada”, admite la posibilidad de que la Fiscalía acuse a Puigdemont por sedición, que se condena con penas de hasta 15 años de cárcel. Sin embargo, el juez no aceptaría la entrega de Puigdemont por un delito menor, como la malversación, según han informado fuentes judiciales a EFE.
Llarena ha tomado la decisión de dividir la causa en dos piezas separadas, la principal, con todos aquellos que están puestos a disposición de la justicia y otra con los siete huidos, según las mismas fuentes. El magistrado considera que la diferencia de ritmos en los procesos judiciales podría dilatar el proceso e impedir su objetivo de que los hechos se juzguen este mismo año.
El magistrado también se ha pronunciado sobre los exconsellers Meritxell Serret y Lluís Puig, también huidos en Bélgica, después de que la Fiscalía belga remitiera un escrito al juez en el que indica que en ningún caso podrá entregar a los huidos por desobediencia, porque este delito no está recogido en la legislación belga, y pidiera aclaraciones por el de malversación. Su entrega por malversación, permitiría el enjuiciamiento en España también por desobediencia como así establece la directiva europea que regula la euroorden.