El mulá Baradar Akhund, jefe de la oficina política de los insurgentes en Catar, ha declarado el fin de la guerra de Afganistán con la victoria de los insurgentes, un logro inesperado por su rapidez y que se completó el domingo con la huida del presidente, Ashraf Ghani, y la toma de Kabul. Mientras, Estados Unidos ha tomado las riendas del control del tráfico aéreo en el aeropuerto de Kabul, que se ha sumido en el caos con miles de personas intentado subir a los pocos vuelos disponibles para salir del país. Durante la mañana han muerto cinco personas en las aglomeraciones del aeropuerto.
Lo más importante: en el primer día del país bajo el control de los talibanes, la seguridad de la capital afgana y la mayor parte del país ha amanecido en manos de los insurgentes que patrullan las calles y controlan el movimiento de personas. En el aeropuerto de Kabul hay miles de personas que intentan huir del país, pese a la cancelación de la mayoría de los vuelos comerciales y las restricciones.
La marea de gente comenzó a llegar desde el domingo por la noche al aeropuerto internacional Hamid Karzai, en la capital afgana, con muchos de ellos sin ni siquiera documentos de viaje o visado, dejando imágenes angustiantes, después de que los talibanes entraran en la ciudad culminando su victoria final tras dos décadas de guerra. La mayoría son ciudadanos que se apresuraron al aeropuerto llevados por la idea de que Estados Unidos, que está evacuando a su personal en el país, va a sacar a los afganos, según ha explicado a Efe un funcionario del aeropuerto.
Tras el caos generado en el aeropuerto de Kabul, donde miles de personas han acudido para intentar salir de país, a pesar de las cancelaciones de vuelos comerciales, Estados Unidos ha tomado el control del tráfico aéreo. «Las fuerzas estadounidenses han asumido ya las responsabilidades del control de tráfico aéreo en el aeropuerto, con la ayuda de aliados afganos», ha dicho a Efe el portavoz del Pentágono, John Kirby. El objetivo de esa medida es garantizar la seguridad del aeropuerto internacional de Kabul, asegura, con el fin de «permitir la salida segura del personal estadounidense y de sus aliados de Afganistán, en aviones civiles y militares».
En la mañana del lunes, las tropas estadounidenses han disparado al aire en el aeropuerto de Kabul cuando miles de personas se han aglomerado en una de las pistas para intentar coger un vuelo que los saque del país.
Según han informado varios testigos a Reuters, al menos cinco personas han muerto mientras cientos de personas trataban de subir aviones para abandonar el país. Un testigo ha asegurado que ha visto cómo los cuerpos de cinco personas eran trasladados en un vehículo. Lo que no está claro es si han muerto a causa de la estampida o por disparos.
La turba ha dejado decenas de personas golpeadas, entre ellos niños, que se lanzan unas sobre otras para llegar a la pista, donde permanecen algunos aviones programados para una limitada evacuación de extranjeros. En este momento todos los vuelos comerciales del país están suspendidos, y medios locales han informado del cierre del espacio aéreo afgano.
Para reforzar la operación, el Pentágono autorizó este domingo el envío de 1.000 soldados más a Kabul, lo que significa que, en un plazo de 48 horas, habrá «aproximadamente 6.000» militares estadounidenses en el aeropuerto de la capital afgana. De esos, unos 3.000 se encontraban ya este domingo sobre el terreno en Kabul.
El Gobierno estadounidense prometió hace semanas que, antes de que acabara agosto y con él su retirada militar de Afganistán, ayudaría a evacuar del país a hasta 70.000 ciudadanos afganos, entre intérpretes y otros trabajadores que ayudaron a las tropas estadounidenses durante la guerra, junto sus familiares. Este lunes, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha anunciado que había «completado» el proceso para transportar al aeropuerto a los aproximadamente 4.000 empleados de su embajada en Kabul.