El exdirector de 'El Mundo' Francisco Rosell se querella contra Unidad Editorial por su cese
Acusa al grupo empresarial de falsedad en documento mercantil y estafa procesal en relación a su cese al frente del diario, donde fue sustituido por Joaquín Manso
El director del diario 'El Mundo', Joaquín Manso; el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo y el exdirector del diario 'El Mundo' Francisco Rosell. | Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)
Nuevos quebraderos de cabeza para el diario El Mundo y para Unidad Editorial. El exdirector Francisco Rosell ha decidido querellarse contra la compañía por falsedad en documento mercantil y estafa procesal, aunque la causa se ha retrasado hasta el próximo 10 de julio al no haberse citado un representante del Ministerio Público.
Los representantes legales de Rosell, que sustituyó a Pedro García Cuartango al frente del diario, habían sido citados junto a los de Unidad Editorial para un acto de conciliación que no se ha producido. La querella se da entre el choque entre ambas partes a raíz de la marcha del profesional y la insatisfacción con las pretensiones económicas ofertadas por parte del grupo que controla además Marca y Expansión.
El periodista sostenía que su cese desde la dirección se dio de forma unilateral y sin respetar los acuerdos alcanzados entre las dos partes tras los cinco años de relación. La querella se dirigirá a todos los consejeros del grupo y a la secretaria de este órgano, tal y como ha adelantado El Confidencial Digital.
Según señala el citado medio, el objetivo de la cita judicial buscará que una de las partes informe sobre la existencia de más actas y grabaciones de las reuniones relativas a su marcha. En el caso de que las hubiera, se exige a las partes que las entreguen. La defensa del periodista afirma que las aportadas son incompletas e inveraces.
El periodista considera que su cese y posterior sustitución por su adjunto, Joaquín Manso, se debió, entre otras razones, a su postura crítica con el Ejecutivo con la consiguiente merma en los ingresos por publicidad institucional, una de las principales fuentes de sustento de los medios en la actualidad.
En la demanda, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, puede leerse que la defensa no considera «casual que se aparte de la dirección de uno de los grandes medios de comunicación nacionales a la persona que realizó la investigación periodística más importante en materia de corrupción política en lo que llevamos de siglo [se refiere al caso de los EREs de Andalucía], que afectó directa y gravemente al partido hoy en el poder». Además, sostiene que Rosell, de 65 años, sufrió un acoso constante con el objetivo de apartarle del puesto.
Unidad Editorial afirma que el periodista sigue colaborando con ellos a través de la presentación de los Desayunos Informativos de la compañía y que, por ello, no se encuentra en situación de despido a pesar de que en 2022 fuera relevado por el periodista Joaquín Manso.
Los directores de ‘El Mundo’
Este era jefe de la sección de España hasta su nombramiento como adjunto al director por el propio Francisco Rosell, después de haber ejercido de máximo responsable del área de Opinión en la etapa de Casimiro García-Abadillo como director. Su nombramiento se considera, por tanto, como una apuesta continuista con la labor de Rosell. Es un hombre de la casa que conoce las dinámicas de la redacción y de la cabecera.
El vía crucis de los directores de El Mundo comenzó en enero de 2014 con la traumática salida de Pedro J. Ramírez que abandonaba el cargo después de 25 años tras ser el fundador de la cabecera. Le reemplazaba su mano derecha Casimiro García-Abadillo que solo estuvo un año y medio, tras lo que llegó David Jiménez que también permaneció durante un año.
Su sustituto fue Pedro García Cuartango que fue destituido en mayo de 2017 sin lograr superar un año en el cargo. Cuartango era nombrado director en funciones de la cabecera el 30 de mayo de 2016 tras la complicada salida de Jiménez, contestado por gran parte de la redacción. En ese momento Unidad Editorial indicaba que se abría un proceso de transición «encaminado a consolidar una dirección de la cabecera».
