Contreras ultima una televisión de bajo coste a la espera de que se resuelva la guerra en Prisa

La televisión en abierto del director de contenidos de Prisa Media, José Miguel Contreras, sigue adelante, aunque con algunas salvedades. Sin la financiación del presidente de la compañía, Joseph Oughourlian, el directivo ha retomado el proyecto y se ha volcado para cerrar los flecos que le permitan ganar la licitación del Ministerio de Transformación Digital que probablemente verá la luz antes de este verano. Aunque, según ha podido saber THE OBJECTIVE, se trata ahora de un plan más austero, cuidando los costes al milímetro e intentando aprovechar al máximo las sinergias.

En definitiva, un canal de bajo coste (que muchos ya bautizan como La Séptima), que estará lejos de las inversiones faraónicas de más de 500 millones de euros que tuvo su anterior aventura: la Sexta. Ahora, sobre la mesa estuvo un proyecto de más de 30 millones de euros de inversión, pero las cifras se han reducido de unos diez a quince millones. Tras la reiterada negativa de Oughourlian a aportar capital a través de Prisa, Contreras y su equipo han tenido que adaptar su cadena a los recursos de los que disponen, bastante más escasos que los previstos en el plan inicial.

El proyecto tendrá una puesta a punto austera y en solitario a la espera de que se resuelva la guerra en Prisa, con la posible salida de Oughourlian de la presidencia y la designación de un presidente afín al Gobierno. Si se consuma esta nueva rebelión, Contreras tiene la esperanza de que el dueño de la Cadena Ser y El País aumente su colaboración en la televisión. Este diario ya publicó hace dos semanas de los movimientos de los consejeros rebeldes liderados por Global Alconaba y Andrés Varela Entrecanales (fundador junto a Contreras de Globomedia) para sumar apoyos y apartar al actual primer ejecutivo.

Sinergias con Prisa

Un movimiento que avanza a paso firme, pero que, sin embargo, no tendrá una solución inmediata. En este sentido, y para no acumular más retrasos (y también por las presiones del Gobierno que quiere resolver el tema antes de que expire este año) ya se trabaja en ultimar los detalles de la nueva televisión. Moncloa garantizó una cadena de TDT en abierto al fundador de Globomedia y así será. La diferencia es que -al menos en una primera etapa- se lanzarán a por la licencia sin el editor de El País, al menos como socio financiero de la operación.

El acuerdo inicial es que Contreras monte la cadena y traiga la inversión inicial y que Prisa aporte el conocimiento, las sinergias, el equipo periodístico y sus marcas para la producción de programas informativos. Oughourlian no cree que tener un canal de televisión en abierto sea una mala idea, pero no está dispuesto a poner en peligro las debilitadas cuentas del grupo para cumplir con los planes de Moncloa. Aunque sí está abierto a colaborar, si el dinero no sale de su bolsillo… ni del de la compañía.

Esto supone que Contreras ha tenido que recaudar una liquidez mínima fuera de Prisa, con la que está trabajando. Y es aquí donde algunas fuentes sitúan a Alconaba, Adolfo Utor y Diego Prieto, el núcleo de accionistas cercanos a Moncloa. No obstante, otras fuentes indican que este capital vendría de otros empresarios cercanos al Gobierno, incluso extranjeros, pero que todavía no dan el salto para entrar en el capital.

La Ser y El País

Con este capital inicial, Contreras y su equipo ya están cerrando alianzas. Este diario ha podido saber que hay un acuerdo para la realización técnica de la cadena y que estaría firmado ya desde antes de Navidad. Esto indica que al menos ya está asegurada la producción de la nueva señal de TDT y toda su estructura técnica. En lo que están más estancados es en la búsqueda de rostros importantes que marquen la diferencia, pero a los que no se le pueden hacer grandes ofertas por las limitaciones económicas que tiene el proyecto.

En este sentido, la gran baza es ofrecer a rostros cercanos al progresismo, actualmente la mayoría en La 1, la posibilidad de tener un recorrido no solo en el nuevo canal, sino que también en los medios de Prisa como la Cadena Ser y El País, una oferta a tres bandas que -creen- podría seducir a alguna estrella. En RTVE existe cierta inquietud por el riesgo de que puedan perder a muchos de sus rostros principales cuando la cadena de Contreras vea la luz.

Todo pasa por hacer una especie de Trece (la televisión de la Conferencia Episcopal) imitando sus tertulias, un tipo de programa que no requiere gran producción ni costes asociados, pero escorado hacia la izquierda. Hacer espacios similares a Al Rojo Vivo de la Sexta, a La Mañana de La 1 de Silvia Intxaurrondo o lo que en su momento hicieron Jesús Cintora en Cuatro o Javier Ruiz en TVE. En el caso de los informativos, no se descartan, pero son conscientes de su elevado coste, en especial para montar equipos y unidades móviles.

Productoras y proveedores

El resto del espacio se llenará con programación de bajo coste y algún programa que pueda realizar la propia CoProductora de Prisa para aprovechar al máximo las sinergias. También se ha contactado con otras productoras de la órbita de Contreras para hacer programas en esta línea informativa ideológica, que es en definitiva lo que prometió a Moncloa, pero hay dudas en el sector de que finalmente puedan poner en antena demasiados espacios por las estrecheces de su presupuesto.

En cuanto a costes fijos, el mayor que debe abordar la cadena es el del transporte de la señal a Cellnex, cercano a los cuatro millones, al que hay que sumar costes de plantilla y parrilla de programas y un plan de marketing para que los espectadores conozcan la nueva cadena. Las previsiones iniciales hablaban de nueve millones de euros al año en total, pero en el sector creen que si la cadena comienza con pocas expectativas de crecimiento inmediato y si son austeros, podrían reducirlo a unos seis millones de euros, o incluso menos en su primer año de emisión.