Pues sí, conduciremos coches españoles, pero hechos en China
El gigante asiático lleva años de adelanto en materia de automoción eléctrica: venderá en su mercado más coches con batería que en el resto del mundo
No ha sido el primero, pero será uno de los más significativos porque será 100% chino en su factura. El Cupra Tavascan de la submarca de Seat será construido en la factoría de Anhui, a unos cuatrocientos kilómetros de Shanghai, China. Este SUV de corte deportivo será totalmente eléctrico, se pondrá a la venta en el viejo continente en 2024, y compartirá con otro modelo, el Born, la plataforma MEB. No será un modelo llevado a Oriente tras su construcción previa en Europa, sino que en principio, y tal y como ha aclarado Volkswagen, todos los modelos de esta serie que veamos rodando vendrán exclusivamente desde allí.
Por estos lares ya podemos conducir algunas unidades del Model 3 de Tesla, el iX3 de BMW, el Polestar 2 y el Dacia Spring de Renault con un adhesivo donde se puede leer Made in China. Esto es algo que aprieta el gaznate de las autoridades europeas que comienzan a asumir la avalancha no ya de coches chinos, sino de coches europeos fabricados lejos con todo lo que ello conlleva. En un estudio reciente la compañía PwC, una de las auditoras más solventes, indica que este año en Europa se venderán unos 800.000 vehículos de este tipo. China lleva años de adelanto en el plano industrial en lo referente al coche eléctrico, y se calcula que este 2022 se venderán en su mercado doméstico más coches eléctricos que en todo el resto del mundo en su conjunto.
Sin petróleo
Los mandatarios chinos entendieron que su gigantesco crecimiento en las últimas décadas llevaría a un consumo automovilístico que crecería en la misma medida. Ante la práctica ausencia de petróleo en su territorio, no tuvieron reparos ni tampoco prejuicios a la hora de tirarse de cabeza hacia lo eléctrico. Es por ello que llevan la delantera en muchos aspectos de corte industrial en la materia, y se han acabado convirtiendo en un referente inevitable. Si a esto sumamos su voracidad hacia los recursos naturales relacionados, se entienden las dificultades de los fabricantes de otros destinos a la hora de encontrar acero, aluminio, o elementos con relación más directa con el coche eléctrico como cobre, litio, o cobalto.
China se lo está quedando todo y con ello se explican otras cosas. Una es el crecimiento de los propios coches chinos destinados a la exportación, que poco a poco se están colando en el patio trasero de la industria europea y norteamericana. Un dato que confirma la tendencia es que, según el consultor británico JATO Dynamics, el 45% de coches eléctricos vendidos sobre la faz de la tierra llevaban el Made in China impreso en alguna parte de su anatomía. Por realidades como esta, y de una manera similar a la que ocurre en Estados Unidos, donde se premia a los coches hechos en su propio país, el ministro de economía galo, Bruno Le Maire, expuso su idea de que los coches eléctricos hechos en Europa recibieran un bono a modo de ayuda.
Uno de cada cinco
Otro dato de JATO Dynamics indica que uno de cada cinco coches que se vende dentro de la Unión Europea es ya de origen chino. Para ser concretos, entre enero y agosto de este año fueron el 19%. Ya casi alcanza a Alemania, líder continental en la materia, que produce el 22%. El gigante asiático pisa los talones a los germanos con un dato extra: en el mes de agosto, el incremento de las ventas de coches eléctricos producidos en el país teutón fue de un 17%; el de China fue de un 78%. Marcas como Geely, Lynk & Co, con su novedoso sistema de uso por suscripción, DFSK, Aiways, Maxus, NIO, Xpeng son unas cuantas.
A ellas que hay que añadir a Volvo, de capitalidad china y su hermana Polestar, o la creadora de deportivos míticos como es MG (Morris Garage). Esta última está viviendo un renacer de la firma, tras años muy grises, con faros modelos entre los que destacan el MG4 y el novedoso MG ZS. Estos dos coches prometen una autonomía que ronda los cuatrocientos kilómetros y te lo puedes llevar a casa por poco más de veinte mil euros con las ayudas; una de las opciones más asequibles y con mejor equilibrio entre calidad y precio del mercado.
Coches baratos chinos, coches caros europeos
Los chinos saben que la clave del mercado reside en el precio, y es por ello que quieren traer a Europa modelos de acceso, urbanos ultracompactos, similares a los Kei Car nipones, con precios que rocen los 10.000 euros. El coche eléctrico más vendido del planeta es el Wuling HongHuan Mini, y será precisamente MG la encargada de sacarlo de su mercado nativo para ponerlo a la venta en la primavera de 2023 en India con el nombre de MG Air EV. Este microcoche con capacidad para cuatro pasajeros, cinco algo apretados, costará unos 11.000 euros y es perfecto para un uso urbanita.
De momento la mitad de los coches que llegan a Europa desde China son del exitoso Model 3, pero resulta evidente que esta tendencia va a cambiar, y la clave reside en el modesto Dacia Spring, una de las opciones eléctricas más baratas del mercado. Durante la primera mitad de 2022 treinta mil unidades de este SUV con ADN Renault viajaron desde el país asiático hasta el lugar que le vio nacer. Si los niños vienen de París, ahora los coches poco a poco van a ir viniendo de China en un viaje parecido al que hizo Apple con sus iPhone, por poner un ejemplo: «se diseña aquí, pero hace allí». Allí se construye rápido, barato, sus factorías funcionan bien, y tienen los materiales. ¿Y aquí? Casi mejor no hacerse esas preguntas.