Jeep tiene uno de los coches urbanos más interesantes en versión eléctrica y gasolina
Nuestro país será uno de los que sí podrá acceder a la versión térmica, a un precio de 21.800 euros
No hay muchas marcas en el mercado que ofrezcan el mismo coche tanto con motor térmico como en versión eléctrica. Pero ninguna otra lo hace de una manera tan asequible como lo hace Jeep con su modelo recién puesto en el mercado, el Avenger. El benjamín de la firma norteamericana, actualmente bajo el paraguas de Stellantis, tiene solo dos versiones, gasolina y eléctrica, ninguna más. En su catálogo, y a pesar de que en el grupo hay soluciones mecánicas disponibles, no ofrece opciones a medio camino entre los dos extremos. No hay híbridos, ya sea con enchufe o sin él, y solo comercializa estas dos motorizaciones, y no en todas partes. Su fabricante considera que en los mercados italiano, polaco, y español lo eléctrico no está lo suficientemente consolidado como para cerrar la puerta a un modelo exclusivamente a batería. Es por eso que nuestro país será uno de los que si pueda acceder a la versión térmica, a un precio de 21.800 euros. Esto coloca al Avenger al nivel de utilitarios más pequeños, y se convierte en una opción excelente como vehículo de uso diario en zonas donde la electrificación no está muy extendida, como es la España interior. Aunque la marca matriz ostente una larga tradición en vehículos todoterreno, el Avenger es más bien un vehículo urbano con aires de SUV. Con tracción delantera y una muy buena altura con el suelo —20 centímetros—, no podrá subir por montañas, pero sí cruzar sin problemas pequeños arroyos, avanzar por carriles de tierra o rodar asfalto en mal estado sin temor a ir golpeando sus bajos reforzados.
Por otro lado, su estética más moderna, su interior muy bien equipado, algo minimalista, pero lejos de lo espartano de otros modelos de la firma, entran por los ojos del público más joven. Muchos prevén será un éxito entre el público femenino, entre el que su hermano de gama, el Renegade (ligeramente más grande) gozó de una enorme aceptación. Tras su lanzamiento, nueve de cada diez Jeeps vendidos en España fueron Renegades, y fue debido a esto.
Alma eléctrica y corazón de gasolina
El Avenger crea un antes y un después en la firma, con su primera opción 100 % eléctrica. Sus cotas y capacidades recuerdan mucho a las del Fiat 500L, un Cinquecento agrandado, que es solo seis centímetros más largo, aunque son coches distintos. El Avenger está basado en la plataforma modular CMP del grupo, también presente en los Citroen C3 y C4, Opel Corsa y Moka, o los Peugeot 208 y 2008, entre otros. Por dimensiones, capacidad y línea se encuadra en los llamados B-SUV, sin capacidades todoterreneras, pero que podría adaptarse al uso diario en funciones algo más allá de las urbanas. Mide 4,08 metros de largo, 1,52 de alto, y 1,77 de ancho, lo que lo sitúa por encima de los utilitarios urbanos y justo al lado de los compactos a los que va a robar muchos clientes.
La diferencia entre ambas opciones, eléctrica y térmica, es mínima y apenas les separa su potencia, peso y capacidad del maletero; el resto es prácticamente igual. El de motor térmico equipa un propulsor de 1.2 litros que desarrolla cien caballos, algo justo para andar por autovía, pero más que suficiente para recorridos urbanos. Declara un consumo medio de 5,6 litros a los cien, es poco sediento, y sus emisiones de CO₂ alcanzan los 126 g/km. Más dotado de caballería está el eléctrico, con 156 CV, pero tendrá que tirar de unos cuantos kilos más. Si uno pesa 1.257 kilos, las baterías del otro le hacen subir en la báscula hasta los 1.536, que quedan compensados por esta superior potencia. El Avenger no está diseñado para correr, sino para ser práctico, por eso su versión de gasolina alcanza los 100 km/h en 10,6 segundos, y su velocidad máxima es de 184 km/h. Su hermano a pilas entrega su potencia de manera suave, no como la mayoría de los más enérgicos vehículos eléctricos, aunque es más ágil y alcanza los cien en 9 segundos. Tiene su velocidad autolimitada a 150 km/h. Si el gasolina dispone de un maletero de 380 litros, el eléctrico necesita algo de espacio para sus baterías de iones de litio y 54 kWh. Por eso el vano al que se accede a través de un portón trasero eléctrico se reduce a 355 litros de capacidad. Gracias al volumen que desaloja de su trasera, homologa una autonomía de 404 kilómetros en ciclo WLTP, y el fabricante declara que en uso urbano puede irse con facilidad a los 550. Una batería más grande, moneda común en su entorno comercial, añadiría una superior autonomía, pero también precio, peso y restaría agilidad al conjunto.
Más características
En el caso del gasolina su caja de cambios es manual, de seis velocidades, sin más opciones en este aspecto. El eléctrico, obviamente, tiene solo dos pedales, pero dispone de varios programas de utilización. A su motor síncrono de imanes M3, que así es como se denomina, se le puede administrar la energía y tipo de empleo con los modos Normal, ECO y Sport, a las que se suman opciones más campestres (y menos habituales), como Nieve, Barro y Arena.
Los dos tienen unas suspensiones suaves que se tragan las irregularidades del terreno con suavidad, aunque según se va subiendo de velocidad, su peso tira de él hacia el exterior de las curvas. Por potencia, tamaño y capacidades, las autovías no son su espacio natural, y tampoco el campo. Su espacio natural son las calles de nuestras ciudades, y para ello sí que tiene mimbres excelentes en sus dos versiones. Si vives donde la electrificación resulta un problema, no tienes dónde cargarlo, o sencillamente prefieres un motor térmico, es una muy correcta opción. Si vas a usarlo de forma intensiva, en entornos urbanos, por legalidad, ecología, o porque entiendes que es hacia donde se encamina la movilidad, el eléctrico es una de las mejores opciones en el mercado de ese tamaño y segmento. Es una muy buena opción si vas a utilizarlo a diario, para una persona, una pareja o una familia pequeña. Aunque está diseñado para albergar a cinco pasajeros, la parte trasera admite mal a más de dos personas adultas, y será algo que has de tener en cuenta.
Entre su equipamiento tecnológico cuenta con control de crucero adaptativo, frenada de emergencia con reconocimiento de peatones y ciclistas, mantenimiento en el carril, sensor de ángulo muerto, de aparcamiento 360°, y cámara de visión trasera. En su interior hay dos pantallas, la propia del conductor de 7 o 10 pulgadas dependiendo del nivel de acabado, y otra de 10,25 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Si el precio al Avenger de acceso de gasolina era de 21.800 euros, el eléctrico se sitúa en unos muy competitivos 35.100 euros en su configuración básica. Con descuentos, ayudas, y achatarramiento de otro vehículo, a cambio puede irse a una cifra que rodea los 27.000 o puede que algo menos, dependiendo de las promociones vigentes, que suelen cambiar de manera mensual. Si se le da un uso medio de 15.000 km/año, ese salto con su hermano térmico puede compensarse pasados unos 6-7 años. La elección ya será de cada cual, atendiendo a sus necesidades, posibilidades, y tipo de empleo. Lo bueno es que se puede elegir entre dos trajes alternativos de la misma talla, algo que no ofrece casi ninguna otra marca a este precio y con este rango de utilidades. Como vehículo térmico hay alguno que otro que se le parece, pero como eléctrico, es una de las opciones urbanas más interesantes del mercado y a un precio bastante razonable. Si buscas un urbano compacto, sin demasiadas salidas a carretera abierta, echa un vistazo al Avenger, es una opción excelente.