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Alpine pisa a fondo el acelerador con su versión radical y eléctrica del Renault 5: el A290

Lo último de La Regie puede acelerar de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos, pero frena mucho mejor. Pasa de 100 a 0 en tres

Alpine pisa a fondo el acelerador con su versión radical y eléctrica del Renault 5: el A290

Alpine A290.

El plan de Renault sigue dando pasos, y uno de ellos era recuperar su alma deportiva. Luca de Meo ha decidido desplazar esta característica hacia su marca filial Alpine, donde van a desembocar sus modelos más potentes, prestacionales, y extremos. Si el Alpine A110 marcó un hito en su historia, es ahora el A290 el que quiere darle el empujón definitivo hacia la popularidad a la firma.

Eléctrico, con aceleración de superdeportivo, pequeño, ciudadano, y heredero del espíritu que impulsó a los históricos Renault 5 Copa y Turbo de hace décadas. Si muchos miraban —hasta ahora— con desdén a los coches eléctricos por su falta de pedigrí y personalidad, este Renault 5 E-Tech, y ahora su hermano de carreras, el Alpine A290, están despertando un interés inusitado. Del primero llevan reservados en Francia más de 80.000, y al Alpine se le supone un aterrizaje ruidoso con su panoplia de tecnologías, características dinámicas y esencia extrema.

Renault 5 tuneado

Porque el Alpine A290 no es un modelo de nuevo cuño, como lo fue el A110S. Lanzado en 2017, lo tuvo como coche de empresa Fernando Alonso cuando corrió para la escudería del mismo nombre. El nuevo modelo no pertenece a la familia de Renault, aunque sea una preparación radical del que está llamado a cambiar la mirada sobre el mercado de los eléctricos pequeños, accesibles, y que rellenen nuestras calles en los próximos años.

El primer coche nuevo de la marca en siete años combina tecnología inspirada en la alta competición y el recuerdo del Renault 5 primigenio, con unas formas retrofuturistas muy personales. Es una mezcla de lo nuevo y lo viejo, y una de las apuestas más fuertes de La Regie.

Siempre con el Renault 5 E-Tech como referente, hay cambios. Los pasos de rueda se han ensanchado para albergar a las enormes llantas de 19 pulgadas (hasta 21 pulgadas en opción), que son de serie 60 mm más anchas que en su hermano menor. Los faldones laterales también son más voluminosos, y las fibras que ejercen de paragolpes delanteros y traseros llaman a lo más salvaje de su interior. Los faros, alargados y colocados en los extremos, evocan al modelo original de los años 80.

A pesar de los cambios estéticos, el A290 está construido sobre la plataforma AmpR Small de Renault, que comparte con el R5 y es, en esencia, el mismo vehículo. En Alpine han hecho equilibrios para recabar prestaciones deportivas, sin que sus aceleraciones devoren la batería de 52 kW, que lleva bajo los asientos en una especie de patinete energético.

Un coche pequeño no puede llevar una batería grande. Sus 220 CV, que le permiten alcanzar los 6,4 segundos en el 0 a 100, deberían permitirle una autonomía más que suficiente en ciudad y conducción urbana y mixta; algo más limitada si se sale a la carretera. Según la firma, en ciclo WLTP es capaz de recorrer 380 kilómetros. Dispone de carga rápida de corriente continua de 100 kW, que puede pasar del 15 % al 80 % en 30 minutos. Para la carga en corriente alterna, el cargador de a bordo de 11 kW puede pasar del 50 al 80 % en una hora y 20 minutos, y del 10 al 80 % en tres horas y 20 minutos.

Este utilitario ultramusculado, con una velocidad máxima limitada a 170 km/h, no está pensado para hacer largos viajes, pero sí para transmitir sensaciones. Y para ello tiene dos ases en su manga. Una es su peso, de 1.479 kg, muy liviano si lo comparamos con otros eléctricos de prestaciones afines. La segunda carta es el especial cuidado que ha puesto Alpine a la hora de calibrar su frenada.

Los eléctricos suelen pecar de tener un tacto impersonal y algo blando en sus pedales; es un efecto poco deseable a cuenta de la regeneración energética. Sin embargo, el A290 ha aprovechado su experiencia en la Fórmula 1, para prometer una «transición natural imperceptible entre el frenado regenerativo al principio del recorrido del pedal y el frenado hidráulico». Los enormes discos de la casa Brembo hacen gran parte del trabajo y esto, a falta de una prueba dinámica, debería notarse. Según Alpine, el A290 puede pasar de 100 km/h a cero en solo tres segundos, por lo que los interesados deberían empezar a entrenar los músculos del cuello.

Refinamiento técnico

Otra ventaja respecto a su hermano, el Renault 5 E-Tech, es la suspensión trasera multibrazo. Este mecanismo promete un pilotaje extremo muy puntiagudo, con gran tacto en el volante. Al mismo tiempo, las barras estabilizadoras delanteras y traseras diseñadas por Alpine deberían añadir más equilibrio y aplomo.

Tiene cuatro modos de conducción: Ahorro (de energía), Normal, Sport y Personal, el último de los cuales permite personalizar la respuesta del acelerador, el tacto de la dirección y el «Alpine Driving Sound». Esto último es un sistema que acentúa el ruido procedente del motor eléctrico y lo vuelca en el sistema de audio del coche. Alpine se ha asociado con la prestigiosa firma de sonido Devialet para desarrollar su equipo de audio. Es un paquete opcional y consta de un amplificador de 615 vatios, un subwoofer de 30 cm, y nueve altavoces.

Una vez al volante, hay dos pantallas, la relacionada con los datos de la conducción tras el volante, y otra central de 10,1 pulgadas orientada hacia el conductor. Muestra el sistema operativo basado en Google, pero con una capa estética de Alpine. Admite comandos de voz, y bajo ella hay botones físicos para controlar la climatología interna. Lo que no hay son los enormes velocímetros y cuentarrevoluciones al estilo del Renault 5 Turbo, aunque hay otras cosas interesantes.

Botones para la diversión

El volante, de corte muy deportivo, dispone de dos botones satélites. Uno es para ajustar el grado de regeneración en la frenada, con tres niveles, con las letras RCH. Con el otro botón, donde se lee OV, se obtiene la potencia máxima aplicada a las ruedas durante diez segundos. Tardará 30 segundos en recuperar el resuello si quieres disponer de toda esa caballería extra. Es un gadget, en realidad no añade más potencia, pero la administra de una forma muy juguetona.

Y algo más. Los múltiples sensores transmiten a las pantallas datos de aceleración, fuerzas G, frenado, potencia, presión de los neumáticos, temperatura, etc. Sus conductores tendrán mucha información, seguramente más que las que recibía Jean Ragnotti cuando corría rallyes en un Renault 5 Turbo.

Si el Renault 5 E-Tech ha sido un éxito de preventa, de este A290 se espera que eleve la temperatura de un sector público que se muestra frío ante la electrificación. A la venta en el primer trimestre de 2025 y sin precios aún, aunque se esperan que arranquen en los 38.000 euros. Con cuatro acabados, habría, como es natural, cuatro escalones que subir para poder conducirlo en propiedad.

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