Xiaomi muestra en el Mobile de Barcelona el coche que trae de cabeza a Porsche
El Xiaomi SU7, hermano menor del nuevo modelo, está arrasando en ventas en China

El coche presentado por Xiaomi.
En Porsche no saben qué hacer. Están desesperados, y por varias razones. Las ventas del Taycan, uno de los mejores eléctricos del mercado global y un coche impresionante, han perdido tracción en el barrizal de las ventas. El problema es que su más inesperado rival, y el que le quita más clientes en el emergente mercado chino, corre más, acelera más, tiene más autonomía… y lo que es peor: cuesta la cuarta parte.
Porsche perdió en 2024 el 28 % de sus ventas en suelo chino, y las del Taycan se han desplomado a la mitad a nivel global. En Sttutgart resoplan, porque lo de las prestaciones podrán arreglarlo, pero de manera muy difícil van a poder rebajar el precio de su Taycan GT Turbo, su modelo más prestacional. A los compradores chinos no es que les haya atacado un virus nacionalista, que también, sino que carecen de tradición, de un pasado, de memoria colectiva y desconocen el valor de las marcas. Lo que sí creen, es que a su criterio se compran un coche equiparable al alemán y que cuesta 264.000 euros en los concesionarios, a cambio de 70.000.
El nuevo modelo, el Ultra, es tan relativamente barato que en diez minutos vendieron las cifras previstas para todo el año. Querían colocar 10.000 unidades y cayeron 6.900 en ese periodo de tiempo; llegar a las diez mil les llevó dos horas. No olvidemos que el mercado chino bulle y supone las ventas de coches combinadas de Europa y Estados Unidos. La tendencia, además, marca un doloroso declive en los productos de origen europeo, ya sean fabricados allí, como exportados desde aquí. La explicación es sencilla: los coches chinos están empezando no a ser buenos, sino incluso mejores que los nuestros.
Y no solo sufre Porsche, también una marca que tiene un producto similar: Tesla. El Model S Plaid entra dentro de las berlinas eléctricas de mil caballos, con prestaciones equiparables al Xiaomi, pero cuesta casi el doble. Entre los tres mantienen una de las guerras más electrizantes de los últimos años, con un campo de batalla común: la pista de Nurburgring.
Este antiguo trazado de carreras perdió el favor de las competiciones reguladas por quedar obsoleto desde el punto de vista de la seguridad, tal y como la marcan los federativos. A pesar de eso, no deja de ser la prueba del algodón para todo modelo de altas prestaciones; si tienes que vender un coche que corra, este es el sitio donde demostrarlo.
Si para la marca alemana es como el patio trasero de su casa, su rostro se tornó en amarillo cuando llegó Tesla y los dejó atrás con una preparación de su Plaid (más tarde superada de nuevo por Porsche). Cuando ambas marcas estaban enzarzadas en su pelea, el color del rostro de ambos quedó en encarnado cuando el deportivo chino indicó un nuevo récord para turismos de cuatro puertas que rebajó en más de 20 segundos el mejor registro conocido. Si el Plaid logró marcar un 7:25,23, y el Porsche lo redujo a 7:07,55, el Xiaomi SU7 Ultra lo reventó todo con un estratosférico 6:46,874.
El Tesla Model S Plaid dispone de tres motores que generan un total de 1.020 CV. A pesar de la rimbombante cifra, es el menos poderoso del trío, y por ello requiere de 2,1 segundos para llegar a los 100 kilómetros por hora desde una salida en parado. Es una cifra propia de un Fórmula 1, y su velocidad máxima ronda los 322 km/h.
Algo más rápido en aceleración, pero más lento en las rectas, es el modelo de Stuttgart. Con 1.034 caballos, el Porsche Taycan Turbo GT acelera de 0 a 100 en una décima menos, 2 segundos clavados. Sobre el papel es espectacular, pero va a ser muy complicado dar con un piloto lo suficientemente sensible como para apreciar la diferencia.
El problema para ambos modelos, bien conocidos tras un buen ciclo como productos en el mercado comercial, es que el Xiaomi Su7 Ultra los deja atrás en casi todos los guarismos. Con 1.526 caballos de potencia, podría hacerle saltar los empastes de las muelas al conductor más atrevido con sus prestaciones. No solo alcanza los 350 km/h, sino que rebaja los registros de aceleración por debajo de los dos segundos en las arrancadas desde parado hasta alcanzar los 100 kilómetros por hora.
También la batería
Para más señas, sus 5,11 metros de largo, albergan una batería tipo NMC fabricada por CATL, de 93,7 kWh. De acuerdo con las siempre optimistas cifras de homologación china, es capaz de recorrer hasta 620 kilómetros con una carga, que también es muy rápida. De acuerdo con el fabricante, sería capaz de devorar energía suficiente como para cargarla del 10 al 80 % en 11 minutos.
Lo más sorprendente de todo no son sus prestaciones del vehículo, las cifras de ventas, ni que la versión previa —el Xiaomi SU7 ‘normal’— fuese en China un éxito de ventas instantáneo. Es que se trata del primer modelo de una marca, y que nunca había hecho coches antes, porque se trata de una firma tecnológica, y no automovilística. De manera habitual, como ya hicieran Tesla o BYD, arrancan con modelos discretos, no en especial brillantes, que empiezan sus recorridos comerciales de manera poco llamativa más allá de la curiosidad. No es el caso.
El Xiaomi ha barrido a su competencia directa en su mercado nativo, y quiere más. Es por eso que desde hoy, 3 de marzo de 2025, el Xiaomi SU7 Ultra ha pisado suelo europeo con vistas a su lanzamiento comercial como ya hiciera el SU7 básico en 2024. Desde hoy se puede ver expuesto en el espacio expositivo de Xiaomi en el Mobile World Congress de Barcelona. El modelo se expone en una feria tecnológica, en España, y donde ya andan barajando su desembarco europeo.
Exitazo comercial
En China, el SU7 de acceso, el normal con solo 300 CV, ha reventado todas las expectativas y en apenas un año ha matriculado más de 140.000 unidades. En gran medida, su éxito se debe a un precio casi de utilitario al cambio: 28.500 euros.
Sería lógico que, con tasas, aranceles, y todo lo que acarrea una importación hasta Europa, su precio se fuese a una cifra que rondase los 50.000 euros. Seguiría siendo barato, y en el mercado del viejo continente apenas hay productos así. Los directivos de las marcas europeas aprietan la mandíbula.