Mercedes equipa con toda su artillería el monovolumen de lujo que llevarían en 'Star Trek'
Las dos versiones para el mercado europeo del modelo se fabricarán en España, en la planta de Vitoria

Un vistazo al espectacular interior del nuevo Mercedes-Benz Vision V.
Epatante. Deslumbrante. Smackchiflante. Es la nueva propuesta de Mercedes en el ámbito del ultralujo para presidentes de países, altos ejecutivos, celebridades que llenan cines y directivos de clubes de fútbol. Deja atrás cualquier intento de la competencia, especialmente de los fabricantes chinos, que han elevado el nivel en los últimos años. Mercedes responde con algo aún más ambicioso: la Vision V.
Esta tendencia comenzó en Estados Unidos, donde grandes SUV se utilizan como coches de representación, y ha sido reinterpretada en China con monovolúmenes de lujo repletos de tecnología. Mercedes, histórica referencia entre los altos cargos empresariales y políticos, presenta ahora una alternativa inédita para Europa en un segmento en el que aún no había profundizado: el monovolumen de lujo con chófer.
En esta nueva batalla automovilística, ya no basta con ofrecer acabados opulentos: el verdadero campo de batalla es la tecnología y el espacio interior. Mercedes eleva el listón ya conocido con un vehículo que parece sacado directamente de una película de ciencia ficción. Si una escena de la próxima película de Star Trek se grabara en el interior de esta furgoneta, no solo no desentonaría, sino que haría parecer obsoleta a la nave Enterprise que pudimos ver en cintas recientes.
Su estética, especialmente el interior, no solo es espectacular, sino que parece parte del videojuego al que puedes jugar desde sus asientos. Es una mezcla de futurismo, exquisito diseño, opulencia y el sibaritismo que hace que incluso un Maybach parezca un coche estrecho y barato (y obviamente no lo es).
El proyecto comenzó con la plataforma VAN.EA (Van Electric Architecture), en principio pensada solo para vehículos eléctricos. Sin embargo, el lento despegue del mercado eléctrico llevó a Mercedes a ampliar su desarrollo con una variante para motores térmicos, denominada VAN.CA (Van Combustion Architecture). Así nace un concepto modular que abre una nueva categoría: la del monovolumen ejecutivo de superlujo.
Esta apuesta busca redefinir el coche de representación. Mientras en China proliferan los MPV de alta gama y en EEUU abundan los SUV gigantes, ninguno ha logrado llevar el espacio y la comodidad al nivel que propone Mercedes. La marca ha sabido interpretar la demanda de clientes que ya pedían modificaciones y variantes de lujo de sus furgonetas comerciales.
Con unas dimensiones imponentes –5,48 metros de largo, 2,10 de ancho y 1,89 de alto–, el Vision V en su acabado VLS está pensado para un máximo de cuatro ocupantes: dos en la parte delantera (el chófer y un acompañante o escolta) y dos en la zona trasera, configurada como un salón rodante. De hecho, el modelo se presentó en el Salón del Automóvil de Shanghái, pues es China quien ahora marca el estándar de exigencia en el segmento de ultralujo automotriz.
La forma del vehículo responde a las claras a un diseño de adentro hacia afuera, donde la optimización del espacio ha guiado cada trazo. Se accede a bordo mediante una gran puerta corredera automática con un estribo retráctil iluminado. Los asientos traseros, inspirados en una cabina de primera clase, están montados sobre bases de aluminio pulido y se reclinan hasta formar una cama casi horizontal.
La consola central se adapta automáticamente a la posición del asiento, y los reposapiés incluyen compartimentos de almacenamiento. El interior está forrado en cuero y seda blanca con inserciones de madera de poro abierto en tonos oscuros. Se incluyen vitrinas, aparadores y compartimentos para objetos personales en los laterales.

Dos pasajeros muy VIP
Entre los dos asientos traseros, la consola central incorpora una mesa plegable que también sirve como tablero de ajedrez, y hay un panel táctil desde el cual se controla el sistema de infoentretenimiento. Una mampara de vidrio separa los asientos delanteros de los traseros; puede volverse opaca total o parcialmente.
Una pantalla de 65 pulgadas, activada mediante el panel táctil central, permite ver contenido en resolución 4K gracias a siete proyectores que, además, pueden lanzar imágenes sobre las ventanas laterales para una experiencia inmersiva. Todo ello se complementa con un sistema de sonido Dolby Atmos con 42 altavoces, incluidos excitadores en los asientos, y un sistema de iluminación ambiental que se sincroniza con la música o el contenido reproducido.
En caso de buscar un momento de paz, el sistema ofrece un «modo relajación» que enciende una chimenea virtual o imágenes inspiradoras similares. La pantalla también se conecta a internet para navegar, hacer videollamadas, gestionar correos o realizar compras online.

Una oficina rodante de lujo
La Vision V puede configurarse como una oficina móvil, lo que permite trabajar en movimiento, con acceso a una vista de navegación envolvente en la pantalla, usando gráficos en 3D y realidad aumentada para mostrar los alrededores del vehículo con información extra.
El conductor tampoco se queda atrás, y disfruta de la Mercedes Superscreen, tres pantallas que recorren todo el ancho del salpicadero. Gran parte de las funciones audiovisuales del vehículo usan software ya existente, aunque la diferencia está en la escala y sofisticación con la que se despliegan. La tecnología de vidrio conmutable también se encuentra en el techo panorámico y las ventanas laterales.
Mercedes ofrecerá versiones más convencionales del modelo, con distintas longitudes de batalla y configuraciones de tracción delantera o total. También configuraciones para cuatro, seis, siete u ocho pasajeros, siempre con piso plano y arquitectura eléctrica de 800 voltios.

Disponible el año próximo
Las primeras unidades llegarán en 2026, en principio solo eléctricas, y probablemente primero en China con los acabados más altos. Europa, Estados Unidos y Canadá las recibirán algo más tarde, también con versiones híbridas. Las versiones eléctricas y de combustión compartirán un 70 % de componentes y se fabricarán en la misma línea de producción.
Mercedes no ha revelado muchos datos técnicos, probablemente para no facilitar el trabajo a la competencia asiática. Pero sí ha insinuado detalles como llantas iluminadas de hasta 24 pulgadas, doble motorización eléctrica para mantener el piso plano, y el techo panorámico más grande del mercado.
Según Ola Källenius, CEO de Mercedes-Benz, «esto no es solo un coche. Es una declaración». Y la guinda: las unidades destinadas a Europa —y probablemente también a Norteamérica, si los aranceles de Donald Trump lo permiten— se fabricarán en España, concretamente en la planta de Vitoria.
España, tradicionalmente abonada a la fabricación de vehículos pequeños y asequibles, será así cuna del modelo más lujoso fabricado hasta la fecha en suelo nacional. Cada vez que el Capitán Kirk o el señor Spock se suban a esta nave, podrán leer en algún rincón: Made in Spain. Ojalá otras marcas sigan el ejemplo y asignen a sus fábricas españolas proyectos parecidos, porque nadie y en ninguna parte, construye nada parecido.