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Opinión

Abascal hace la pinza con Sánchez

«Con este sainete parlamentario, Abascal da pista libre al presidente Sánchez para que en sus intervenciones más que a Vox o a Tamames, ataque a Feijóo»

Abascal hace la pinza con Sánchez

El líder de Vox, Santiago Abascal. | Eduardo Parra (Europa Press)

Cuando hoy empiece la moción de censura de Vox contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, nadie estará más contento que el propio Sánchez. Si acaso la alegría vital del candidato Ramón Tamames que se va a dar el gustazo de hacer en sede parlamentaria lo que a millones de personas les gustaría. Ni más ni menos que decir todo lo que le salga de dentro y que le escuche el propio presidente Sánchez y toda España.

Una moción de censura que es de todo menos moción y censura. Nadie sabe lo que puede proponer el candidato. Es más, como a Tamames le dé por venirse arriba, puede que no le vote ni siquiera Vox. El viejo político está disfrutando como un niño con un caramelo. Y seguro que durante su discurso da más de un susto a los propios diputados de Vox con alguna interpretación suya sobre el gobierno, autonomías o Cataluña.

Es viejo zorro Tamames. Sus 89 años y medio le han dado una coraza de protección impensable si el candidato hubiera sido cualquier otro. A Tamames se le respeta. Su trayectoria política desde el comunismo activo con Franco en vida, sus años de diputado con el Partido Comunista hasta su viaje al CDS, del siempre añorado y castigado Adolfo Suarez, le dan un plus de conocimiento que retiene y que une a su reconocida trayectoria intelectual o ser el autor del libro de economía mas estudiado en la universidad española. Una trayectoria que le da independencia intelectual incluso frente a las ideas del partido que le presenta.

Abascal lo sabe y no le importa. Su maniobra es más siniestra. Se trata de poner en evidencia la para él impresentable moderación y crecimiento en las encuestas del partido popular. Con este sainete parlamentario no solo pervierte las herramientas democráticas del sistema parlamentario, sino que da pista libre al presidente Sánchez para que en sus intervenciones más que a Vox o a Tamames, ataque a Feijóo.

En esta pinza de Abascal y Sánchez hay un mismo objetivo final: Alberto Nuñez Feijóo. Para los ultras de Vox porque saben que con el líder gallego el voto al PP se convierte en voto útil para todos los que quieren castigar a los socialistas. Necesitan que el ruido suba para mantener ese voto indignado, pero también prestado, y que puede volver a su espacio natural, máxime con los antecedentes vividos en la Comunidad de Madrid y Andalucía donde los populares no han necesitado a Vox para gobernar.

Y para Sánchez esta moción de censura es oxígeno puro. Llega el partido socialista tan castigado por las encuestas que hasta los barones socialistas se alejan de él como si fuera un apestado. Incluso los datos limpios del CIS, sin cocinas manipuladoras del siempre agradecido Tezanos, confirman que tanto los socialistas como la izquierda de la izquierda vive momentos confusos. 

«No va a perder Sánchez el tiempo en contestar a Tamames. El presidente va a ir a degüello a por el discurso moderado de los populares»

La crisis económica es como ese dinosaurio de Augusto Monterroso, que cuando nos despertamos siempre está ahí. Los precios de los alimentos disparados y sin expectativas e bajar. Casi medio millón de parados que afloran de golpe, aunque sean en esa nueva categoría de zombis llamada fijos discontinuos. La indignación social con la ley del sólo sí es sí sigue presente y creciendo con cada nueva rebaja de condena a violadores y pedófilos. El caso de corrupción del ‘Tito Berni’, con sus fiestas con prostitutas y droga, no ha terminado, aunque los socios Frankenstein hayan pactado que no haya comisión de investigación al grupo parlamentario socialista, a cambio de hacerla solo de la parte de los trama que afecta a mandos de la Guardia Civil.

Sánchez necesita intentar convencer a esos casi dos millones de votos perdidos de Ciudadanos de que Feijóo es malo. Un tipo malo de extrema derecha. No va a perder Sánchez el tiempo en contestar a Tamames. El presidente va a ir a degüello a por el discurso moderado de los populares a los que acusará de ser la mayor amenaza de… da lo mismo de lo que sea. Y esa oportunidad se la regala a Sánchez el líder de Vox. También Abascal atacará al PP por no apoyar la moción. Una pinza en toda regla.

No es nuevo esto de la pinza. En su día Aznar y Anguita crearon una pinza similar contra el gobierno de Felipe González.  Eran dos partidos que desde la oposición legitimante atacaban al gobierno. 

Ahora esta pinza es perversa. Es el propio gobierno el que insiste en comportarse como si fuera la oposición. Y con una única idea: el PP es extrema derecha. Una pinza que forman así el propio gobierno y el aliado principal del partido al que precisamente quieren hacer daño. Hace bien Feijóo en quedarse en casa y no acudir al sainete.

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