La moción emociona a Sánchez
«Se le nota más cómodo al presidente replicando a Tamames que a Abascal, pero es lo que tiene que te escriban todo lo que uno dice»
Abre Santiago Abascal haciendo un resumen de lo que nos ha traído hasta aquí. El repaso ha sido fino y razón no le falta, —no ha dejado usted a ningún español vivo tranquilo, ni muerto— ¿Motivos para esta moción de censura?, —todos—, asevera el de Vox. Para Sánchez, todo lo que hay a la derecha del centro es ultra y facha. Es una teoría que requiere, como en todo, de un adjetivo similar al otro lado, por lo que todo lo que está a la izquierda desde ese cero donde habitamos el resto es del todo comunista, y por ende, asesina. Es lo que tiene jugar todo el rato a eso de la guerra fratricida, gobernar con los que quieren romper España y mentir como medio de vida. Al menos es lo único fiable del tipo.
La moción que estamos pasando no queda claro si es polvo o paja, al final, un poco de circo, algo de demagogia, un buen pellizco de locura y a seguir cobrando del bote mientras los demás no podemos llenar la nevera de lo que cuesta todo. Los de Vox, que inicialmente encontraron en el profesor Tamames, la excusa perfecta para decir que era rojo, ahora resulta que ha servido para que al menos, Tamames, se muera tranquilo por aquello de lo que casi llegó a ser. Todos hemos estado a punto de ser algo y esto ha sido un broche bruto para redactar un libro, como hizo con la Regenta de Clarín y descubrió Arjona en Twitter. Vox ni siquiera conocía el alcance de sus hazañas (las de Tamames) hasta que le pusieron en el foco, así como a Sharon Stone pero sin abrir las piernas. Él ha seguido hacia adelante por todos los que no lo hicieron, y porque así le arreglamos a Sánchez dejar de hablar de sus fechorías y pasamos de Franco al 78 para seguir afrontando bien este 2023. Lo que nos preocupa en la calle, vamos.
Sánchez sale a contestar vestido de primavera. Replica telonero a Abascal y continúa en una prosa redactada hace días, pleno de maravillas acometidas, y en el que busca el aplauso de los suyos como quién busca palmaditas en el patio. Es hasta gracioso escucharle hablar de dignidad democrática. Asegura que Vox no ganará las elecciones por si sólo, olvida que su Gobierno se apoya en Bildu y Esquerra hasta para hacer una peineta al resto de los españoles, que según Díaz, ha de decirse y españolas. Réplica, contrarréplica y dúplica. Y cuando parecía que todo había terminado ya, el doctor Tamames salió para demostrar que no le conocen ni filtrando el discurso. Vaya repaso le pega a Sánchez con esa cascada voz que ha gritado de todo. Tamames ha venido a recortar el que se filtró, pero sobre todo, ha venido a recordar que la historia es para los historiadores. Al menos Sánchez no hace sonrisitas con Calviño como ha hecho durante las alusiones. Eso sí, ha llamado negocio a la política y ahí está todo dicho.
«El discurso del doctor Tamames ha sido la conferencia de lo que somos hoy, incluyendo al PP en más de un tirón de orejas»
El discurso del doctor Tamames ha sido la conferencia de lo que somos hoy, incluyendo al PP en más de un tirón de orejas. Éste, como ya avisó, se ha ausentado de pensarlo, no vaya a ser que les llamen fachas y se pongan colorados para las elecciones. No han dejado un bolso, pero tampoco han podido borrarse de la cara la mueca de sonrisa que antes pintaba la bancada socialista. Parece que en la moción de hoy, lo que está claro es que con «verdades afiladas» (sic, Calamaro), a uno se le pinta la risa en la cara.
Feijóo aprovecha la visita de los Embajadores de Suecia para decir dos cosas en una. Yo miraría lo de hacerse el gallego en exceso, que miren cómo acabó la policía e Interior de safari para tumbar a su tesorero mientras se jugaba de lado a los cuchillos en despachos de medios de comunicación. ¿Acaso no han aprendido nada de Ayuso?
Al pan pan, al vino vino, y lo de las Residencias se lo cuenta a otro alumno que le pague los 15 euros al mes que cuesta la subscripción de su propaganda. Eso sí, en Holanda, que ya sabemos por dónde se las gasta también su jefe, pues es de camaradas tener el domicilio fiscal allá donde rente menos. ¿Será del Pino también de ultra izquierda? Está todo el mundo loco, como lo de hoy en el Congreso. Yo también soy comunista y de izquierdas, ¿cómo no lo voy a ser si conlleva ganar siete mil euros, dietas, casa de trescientos metros, chófer, vasallos y un armario que ni la Lomana? Salud, camaradas. Y tanto que salud.
«Es coger Sánchez el micro y comienza el circo y la degradación de lo que es hoy este chisme»
Sánchez replica a Tamames lamentando que contribuya al blanqueamiento de un partido que va contra los derechos de igualdad de hombres y mujeres, las vacunas y los terraplanistas. Es coger Sánchez el micro y comienza el circo y la degradación de lo que es hoy este chisme. De nuevo la suerte de haber escrito todo en Palacio, como gusta llamar a La Moncloa. Habla incluso de Blas Piñar. Es acojonante que se dedique a esto. «Vox, usted y el PP» es la forma que decidieron los escribidores que debía llamarse a la extrema y ultra derecha esta mañana en el Congreso. Se le nota más cómodo replicando a Tamames que a Abascal, pero es lo que tiene que te escriban todo lo que uno dice. «Eso de venir con un tocho de veinte folios…» interrumpe, el propuesto. Y la presidenta del Congreso devolviendo el uso de la palabra sin que Tamames tome una sola nota para contestarle. Sánchez gana porque habla el que más. Menudo tostón. ¿Sigue hablando?
Como dice Tamames, 1 hora y 40 minutos de réplica. Al menos, como ha dicho, esta moción de censura será útil para cambiar las normas y tiempos del Congreso y que no se pueda estar hablando 1 hora y 40 minutos leyendo panfletos. Contrarréplica Tamames hablando de la sedición, la malversación y de aquellas cosas que pasarán a la historia. Es un lujo ver a alguien improvisar y no leer. Vuelta a las risitas en la bancada socialista y de sus aliados.
Después, Yolanda Díaz ha conseguido citar hasta en cuatro ocasiones a Cernuda, 1 hora y cinco minutos de «presentación de un proyecto político», como le ha contestado Tamames. No se sabe si todo lo acontecido lo ha escrito un guionista de Walt Disney o la oficina de Moncloa, pero lo de llegar a la tribuna con más palabras que el Ulises de Joyce ya canta en demasía. A las 16, vuelta a la carga, pero esto de seguir así, termina después de Mayo.
Y mientras, uno que de niño soñaba con ser policía, bombero, escritor, o rico a secas, ahora torna en ser futbolista, árbitro o simplemente político, cómo se rifan en sus mejores aspiraciones los chiques para llegar un día a presidente del Gobierno.
Enano, ¿tú qué quieres ser de mayor?, pues está claro papá, yo quiero ser mentiroso compulsivo. ¿Y cómo vainas le explico ahora al chaval que con eso de la mentira no se llega a nada?