Ayuso, Montero y la Belén Esteban de nuestra política
«Ha ocurrido ahora con su rifirrafe con Consuelo Ordóñez, presidenta del COVITE. Ayuso corre desbocada y su peligro es ella misma»
1. «¿Cómo es posible que Ayuso vuelva a ganar las elecciones?», se pregunta un politólogo catedrático. «Pregunta seria», añade. Esa pregunta bastaría para quitarle la cátedra, y aun la licenciatura. No está solo. Son muchos los que se lo preguntan en la pseudoizquierda, en el nacionalismo y en el proetarrismo. Buscan la respuesta (si la pregunta no es retórica) sin darse cuenta de que la tienen en sus mismas narices, como la archicitada carta de Poe. Más que en las narices, la respuesta la tienen en el espejo. Les bastaría mirarse: ‘ellos’ son la respuesta. Ayuso gana las elecciones porque la vota la gente que huye despavorida de estos mendas.
2. Es tan bajo el nivel de los antiayusistas (la acusan de trumpista mientras se cuadran ante nuestros Trumps realmente existentes: de Sánchez al último concejal del PNV), que Ayuso se crece. Está muy subidita. Y se pasa. Ha ocurrido ahora con su rifirrafe con Consuelo Ordóñez, presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo. Ayuso corre desbocada y su peligro es ella misma. Debería aprender a frenar pese a la gasolina que le sobra. La gasolina que le proporcionan los antiayusistas.
3. Francisco de la Torre, el alcalde de Málaga, dice que no hay nada que lamentar si desaparece Ciudadanos. También dice que Ciudadanos nació como una escisión del PP. A esto ha contestado Arcadi Espada en el último episodio de su podcast. Es falso, por supuesto: Ciudadanos nació en Cataluña como reacción al consentimiento con el nacionalismo del PP, pero ante todo del PSC; nació por la traición de este último. De la Torre lleva un siglo aproximadamente como alcalde de Málaga, pero nunca ha obtenido mi voto. No voto al PP. Esta vez me lo medio planteé con De la Torre, por homenaje postrero a su trayectoria. Pero ha perdido (bueno, creo que no lo hubiera votado de todas formas, ¡es que no voto al PP, aunque los demás candidatos sean peores!) mi voto. Votaré a Ciudadanos. Y esto, me temo, sí que será postrero.
4. Veo la presentación del nuevo libro de Losantos en el programa de Losantos. ‘El retorno de la derecha’, se titula. Está muy bien, pero ejemplifica por qué los antisanchistas que no somos de derechas no vamos a votar al PP. Vox nos espanta. Al día siguiente veo una pequeña cola en la librería para comprar el libro. Se entabla entre los concurrentes una tertulia. Dice uno, mientras paga: «Me gusta oírlo, pero escribiendo es durillo».
5. Ante mis amigos intento excusar a un novelista, al que le tengo afecto virtual y cuya obra aprecio, por las majaderías (sobre todo políticas) que suelta en Twitter. Esgrimo un argumento en el que creo: «Para ser un buen novelista es necesario ser un poco idiota». A lo que replica Toscano: «Este debe de ser buenísimo si la cosa va proporcionalmente».
6. Irene Montero, y no Alejandra Jacinto, era la candidata perfecta de Podemos para el Ayuntamiento de Madrid. En su encontronazo con la señora que la critica por su chalet –vemos en el vídeo–, la ministra le responde como una auténtica verdulera. Más allá de sus argumentos neoliberales y heteropatriarcales (la herencia del padre, el dinero del marido), está su gestualidad: esas caras, esos hombros, esos brazos, esas manos. Hubiera conectado con el electorado madrileño. Es la Belén Esteban de nuestra política.
7. A sus diecinueve años, era el león más longevo del mundo. Loonkito. No lo ha matado la vejez, sino las lanzas de los masáis. Cómo no acordarse de Borges. Muerte por lanzas. Un poco de épica al final. Su destino africano.