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Opinión

Ahora viene Bertín Osborne y te embaraza

«En cuanto se produzca un embarazo críptico en España, ya sabemos a quién le van a echar la culpa»

Ahora viene Bertín Osborne y te embaraza

Bertín Osborne entra en un restaurante para celebrar el día del padre con su familia. | Europa Press

Hace unas semanas, un teletipo llegó a todas las redacciones provocando una reacción que no sabríamos definir, si de sorpresa o directamente de cachondeo. No, no era el mismo teletipo que Núñez Feijóo lleva días buscando entre los despachos de Génova 13 para restregárselo por la cara a Silvia Intxaurrondo, porque no atañe a la seguridad nacional, mucho peor, dónde va a parar, éste pone en peligro a medio planeta que pasea libremente sin saber el riesgo que corre: «Una mujer afirma que quedó embarazada por una ráfaga de viento», era el titular de la noticia, cuya explicación, para sorpresa de propios y extraños, no ha sido tratada en ningún monográfico de Cuarto Milenio, con lo que a Iker Jiménez le gustan los grandes enigmas de este mundo: «El aire entró en mi vagina».

Ojo cuidado que el milagro va más allá: la protagonista del notición, de 25 años, natural de un pueblo de Indonesia, había terminado de orar cuando sintió el frescor entrar entre sus piernas, su estómago (sic) se hinchó y en una hora dio a luz a una criatura de casi tres kilos. Los médicos describieron el caso como un embarazo críptico, es decir, que sus síntomas pasan inadvertidos para la madre hasta el último momento.

En cuanto se produzca un embarazo críptico en España, ya sabemos a quién le van a echar la culpa. Y no va a ser el viento precisamente. Viendo como está el patio, en cualquier momento nos vamos a encontrar con alguna señora que asegure que Bertín Osborne la miró a los ojos y la dejó preñada. Tiempo al tiempo. Por ahora se está preparando el terreno. Y el despacho de abogados del cantante y presentador ya está trabajando a pleno rendimiento porque se le acumulan las barriguitas. Y no todas parecen tener un final feliz. Bueno, en realidad ninguna, pero una va a acabar en los juzgados.

Bertín, padre de familia numerosa y camino de ser abuelo a los 68, tuvo un romance con Gaby, Gabriela Guillén, 32 años más joven que el otrora galán de las rancheras y boleros. ¿Qué son tres décadas de nada cuando hay amor? Pues eso, un suspiro. Pero el amor se fue y quedó su semilla como se quedan las grasas acumuladas en los muslos: no es algo que haga mucha gracia, pero se tiene que asumir con resignación o elegancia, uno elige. Entonces llegaron los primeros conflictos: «No ha sido buscado, ha sido un accidente, cosas que pasan muchas veces en una relación» confesó Bertín a la ligera. Y añadió una coletilla que traería cola: «Eso no quita para que no vaya a asumir mis responsabilidades, como siempre he hecho. Intentaré ayudar, procuraré que no le falte de nada». La futura madre replicó: «Ha sido una sorpresa, pero no un accidente. Él dirá lo que quiera y que se haga responsable de lo que diga». Gabriela no dio puntada sin hilo. Sabe que Bertín es padre de tres hijas: «Yo quiero una niña. Ésta va a ser mía». Más claro, agua.

Éramos pocas y entonces apareció Chabeli Navarro, ex participante de esa fábrica de noviazgos hormonales y conflictivos que fue Mujeres y hombres y viceversa, causando un auténtico tsunami al confesar cómo terminó su relación con Bertín: «Estuve embarazada de él y me convenció para que abortara». La expretendienta relata en una exclusiva que el presentador no la creyó y pidió cita en una clínica para determinar si el embarazo era real, así como la realización de una prueba de paternidad tras el parto, si se llevaba a cabo. Pero ella, bajo el miedo y la presión, asegura que se vio obligada a abortar, decisión que le comunicó a través de su chófer, porque ya no se hablaban. En este caso, siguiendo la versión de Chabeli, el cantante no quiso asumir esas responsabilidades de las que tanto presume ahora.

Bertín Osborne, que llamó en directo a Sonsoles Ónega para explicar lo suyo con Gabriela, ha puesto el caso de Chabeli en manos de sus abogados. Mientras tanto, queridas lectoras, por su propia seguridad y mientras no se aclare la facilidad de nuestro particular semental otoñal para ir embarazando a diestro y siniestro, si se cruzan con Bertín Osborne por la calle, apártense en caso de estar en edad fértil, no vaya ser que una ráfaga de aire les juegue una mala pasada y se vean en una portada hablando de su próxima y críptica maternidad. Un descuido y nos llega su caso por teletipo.

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